Testimonio de dos senadoras que pasaron por el Covid-19


Rocha afirma que Dios da una segunda oportunidad. Rek asegura que debe existir una evaluación sicológica del paciente para evitar traumas

Fuente: El Deber

María Rocha Muñoz (CC) y Centa Rek López (Creemos) son dos senadoras de cinco que ya pasaron por el Covid-19 en la Cámara Alta. Fueron diagnosticadas a finales de diciembre de 2020 y empezaron su lucha perteneciendo al grupo de riesgo. Ambas legisladoras relataron sus temores y sus esperanzas para vencer al virus. Lo lograron.



“Notamos que en cualquier momento podemos morir, eso es lo que produce más ansiedad, que podemos morirnos y no avisar a nadie porque estamos aislados, hospitalizados, no podemos ver a nuestra familia para decirles lo que sentimos. Es una sensación muy íntima, no sé si les pasa a todos”, relató la senadora Rocha al empezar su testimonio.

Desde su experiencia, influye mucho el estado de ánimo de una persona, “sentir esa necesidad de seguir viviendo, porque sabes que todavía tienes que luchar, eso es importante”, recordó y afirmó convencida que salir de esta enfermedad “es una segunda oportunidad que Dios nos da para poder seguir en esta vida, porque no hemos terminado nuestro camino”.

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Admitió que pasar el virus deja un trauma para varias personas, lo constató por conversaciones con otros pacientes, vecinos, que le contaron de las secuelas que quedaron después de superar el Covid-19.

Afirmó que no es momento de buscar culpables cuando uno se contagia, sino armarse de valor para enfrentar y vencer al virus. Pero dijo que es evidente que ningún centro de salud estaba listo para enfrentar una emergencia como esta. “En el hospital, mientras estaba internada, aislada, veía cómo eran las necesidades de nuestro personal de salud, trabajaban sin un descanso, los turnos son de 24 horas, no tienen material de bioseguridad”.

Rocha es opositora, pero como paciente de Covid-19 opinó que solo el anuncio del presidente, Luis Arce, sobre el arribo de las vacunas ya genera una esperanza en tanta gente que no tiene recursos para enfrentar la pandemia.

Explicó que en el hospital General de Oruro hay 10 unidades de terapia intensiva, pero mal equipadas; solo tienen dos respiradores que son ínfimos; las cajas de salud afirman que tienen siete UTIs pero resultan insuficientes. Por eso la gente sigue aislándose en sus casas, procurando medicamentos difíciles de conseguir o recurriendo a yerbas y brebajes que les den alguna esperanza.

Desde su curul apoyó una petición de informe escrito dirigido al Ministerio de Salud para que informe sobre todas estas falencias, lo presentaron en diciembre; hasta ahora no llega la respuesta, pese a que el plazo legal indica dos semanas.

Diez días

La senadora Rek recordó que ella comunicó a sus allegados cuando ya se había aislado y cumplido el décimo día de asilamiento, “no por esconder, sino para no recibir el impacto emocional de ellos, porque a veces eso es lo que te puede enfermar, ver la reacción de las otras personas”.

Centa Rek, de profesión sicóloga, aseguró que su preparación académica le permitió enfrentar y vencer al virus. Al igual que su colega, dijo que solo saber que es positivo para coronavirus «genera una amenaza de entrada, es inevitable», y dijo haber experimentado la sensación de peligro y riesgo. Eso incide notablemente en la forma de encarar y de sobrevivir a esta enfermedad.

“Las noticias, las redes sociales están llenas de personas que fallecieron, ya son un obituario, todos los días se lee sobre personas fallecidas y lógicamente, los enfermos están ahí, recibiendo además de la carga viral,  esa carga de noticias negativas. Emocionalmente hace un impacto, es innegable”, dijo y aconsejó desconectarse de toda la información y concentrarse en distraer la mente y el cuerpo en otras actividades.

Afirmó que no existe un tratamiento sicológico para esta enfermedad en los hospitales, donde sí debería haber. «La pandemia está tomando a todos por sorpresa». Ratificó que no hay un protocolo que tome en cuenta el factor emocional en el paciente cuando recibe la información.

“Yo no me lo tomé a mal, estoy acostumbrada a lidiar con situaciones emocionales difíciles porque soy sicóloga y me dije: ‘tengo el espíritu de lucha y voy a salir bien. Dios va a querer que salga bien'».

La senadora se trazó una rutina con muchas actividades dentro de su cuarentena para estar todo el tiempo ocupada, tales como escribir, leer, pintar y tratar de sentirse bien. «Sobre todo, procuré aislarme de las noticias malas”.

Después de vencer al virus ambas legisladoras ya pudieron volver a sus actividades, pero el trauma que experimentaron impide que puedan desarrollar aún sus tareas. Según la disposición de la Cámara Alta, las personas que pasaron por la pandemia asistirán a las sesiones de manera virtual y no tendrán la obligación de acudir a sesiones presenciales en La Paz.