Según directores de 15 hospitales de este seguro, sólo hay entre 25 y 40% del stock de medicamentos. Todo es tan precario como en la primera ola de covid.
Fuente: paginasiete.bo
Verónica Zapana S. / La Paz
Hace un mes, Miriam tenía síntomas de covid y se trasladó al Policlínico Central de la Caja Nacional de Salud (CNS). Hizo fila para acceder a una prueba; había mucha gente, se sentía mal y se vio obligada a buscar atención en un centro privado, donde confirmó que tenía la enfermedad.
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Asustada, la mujer retornó al policlínico para seguir un tratamiento, pero el personal de la CNS rechazó el diagnóstico privado y le exigió otra prueba en la institución. Tuvo que hacer otra fila desde las 5:00 para conseguir una ficha y recibir atención.
“Cuando me diagnosticaron en la Caja me indicaron que como los hospitales estaban saturados, debía ir a mi casa para aislarme. Sólo me dieron Ibuprofeno. No tenían los otros fármacos que me recetaron”, dijo y afirmó que por eso solicitó ayuda a sus amigos para conseguir un médico y seguir un tratamiento. Ahora, ya se recuperó. “Hasta ahora, ningún médico de la CNS me llamó para hacerme seguimiento o saber cómo estoy”, sostuvo.
No es el único caso. Según el secretario ejecutivo de la federación departamental de los jubilados, Roberto Santillán, “miles de personas se quejan por la mala y precaria atención en la CNS” en plena tercera ola de la pandemia de la covid.
En su criterio, desde la primera hasta la tercera ola “no mejoró en casi nada” el servicio de salud en la CNS. “Entenderíamos que pase eso en la primera ola, pero ahora es ineficiencia”, agregó.
Santillán aseguró que no hay material de bioseguridad. “Los médicos reutilizan sus trajes”, sostuvo. Indicó que no hay camas y todas las unidades están saturadas por la pandemia; tampoco hay personal en los hospitales. “Por eso en cada pico de la pandemia los hospitales colapsan y la gente debe morir en sus casas porque no hay centros para recibir a los enfermos”, indicó.
Datos de la CNS muestran que en La Paz hay más de un millón de afiliados. Este seguro tiene 20 centros de salud, 10 centros integrales de medicina familiar, seis centros integrales de salud, cinco institutos de especialidad, tres hospitales integrales de especialidad, dos policlínicos de atención integral, un hospital integral y uno de atención general. Pero no son suficientes.
El representante del sector dijo que el problema es estructural porque existe “pésima atención” de parte del personal hacia los pacientes; además se sufre carencia de camas, de recursos humanos y de medicamentos.
“No hay camas. La gerencia de la Caja conoce sobre la realidad de los centros de salud, las carencias que hay y la cantidad de afiliados que tiene la institución, pero no mejora nada”, aseguró.
Santillán añadió que si la gente necesita una cirugía, debe esperar al menos seis meses porque no hay quirófano y personal.
Ante esa situación y desde hace dos semanas, pacientes renales y oncológicos, y personal de salud se unieron en protestas y huelgas de hambre para exigir la compra de fármacos y la destitución de la gerente nacional de la institución, Silvia Gallegos.
Los directores de 15 hospitales y policonsultorios se reunieron en pasados días e hicieron llegar una carta -con fecha del 13 de julio- al administrador regional de la institución, Max Gonzales. En la misiva informan sobre la carencia de recursos humanos y medicamentos en la regional.
“En reunión de directores de los diferentes centros de la CNS regional La Paz y debido a los múltiples problemas comunes que estamos pasando básicamente por la falta de recursos humanos y medicamentos hacemos conocer a su autoridad que: pese a que se hizo la solicitud de contratos con la debida anticipación (fines de mayo), a la fecha no contamos con todos los recursos humanos necesarios”, se lee en la carta, documento al tuvo acceso Página Siete.
En la misiva se indica que debido a la falta de personal, “se registran constantes reclamos de los asegurados y beneficiarios, quienes terminan arremetiendo contra (los funcionarios). Nos tildan de ineficientes”, agrega.
La carta dice que tampoco se concretó la recurrencia de profesionales con especialidad. “Muchos segundos contratos aún no han firmado, y los contratos que no se han firmado como primeros no cuentan con una aprobación”, dice la misiva. “A 12 días de julio seguimos con deficiencias de recursos humanos”.
“Para el colmo tenemos la disposición emanada desde la regional que prohíbe la contratación eventual (…)”, se detalla en el documento. Los médicos establecen que esta medida “no permite contar con el personal mínimo necesario”.
Otro de los puntos de la carta alerta que en los contratos más recientes, el personal de salud debe firmar por tres meses, pero el administrativo tiene acuerdos de hasta seis meses.
Para el colmo, de acuerdo con la misiva “(las autoridades de la CNS) exigen resultados en la vacunación cuando no se tiene ni el personal mínimo para los puntos de inmunización, menos para trabajar en los comités”, añade el documento. Este problema ocurre por la deficiencia de personal. “Actualmente nuestros profesionales están sobredemandados en las consultas”, añade.
La sobredemanda de atención existe en todas las especialidades. En el caso de los enfermos renales, sólo contrataron a un médico para casi 100 pacientes. “Cómo nos atenderá”, dijo a Página Siete el presidente de la Asociación de Pacientes Renales, Celestino Orellana.
La carta también revela la carencia de medicamentos. Pese a que hace poco menos de un mes, la viceministra de Seguros de Salud y Gestión del Sistema Único de Salud, Alejandra Hidalgo, y el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, verificaron la entrega de medicamentos, aún los pacientes sufren por la falta de fármacos.
“La mayoría de los centros tenemos un abastecimiento que fluctúa entre el 25 y 40% de medicamentos, lo que nos trae reclamos permanentes de los asegurados y beneficiarios que llegan a la agresión verbal tanto en farmacia como en la dirección”, dice la nota.
Los directores indican que llama la atención “que (las autoridades) informen que ya estamos abastecidos, que ya se hizo la compra de fármacos y la gente viene a exigir su receta cuando en realidad sólo nos dan pequeñas cantidades que se acaban en no más de tres días”.
Orellana dijo que “no hay medicamentos” para diferentes especialidades ni genéricos, “no hay ni complejo B”, lamentó y añadió que la protesta no cesará hasta conseguir resultados.
Asimismo, los pacientes oncológicos también reclaman medicamentos para calmar el dolor, como la morfina, entre otros.
Este medio intentó comunicarse con Gonzales para conocer su versión, pero no respondió a ninguna de las solicitudes.
Así como en la primera ola, en la tercera, los pacientes continúan viviendo un calvario. Carlos Poma contó que acudió al Policlínico Central para recibir atención, pero no tuvo éxito. “Me dicen que ya es tarde, que no hay fichas y que vuelva mañana. Uno viene porque está enfermo, no para visitar al doctor”, dijo.
Afirmó que hace 15 días tenía que ser operado de su rodilla, pero como el Hospital Obrero está lleno con pacientes covid y de otras especialidades que ingresan por emergencia, su cirugía fue reprogramada porque no es de urgencia. “No puedo aguantar el dolor, por eso he venido a mi consultorio para que me den algún analgésico”, sostuvo.
Orellana indicó que lamentablemente los médicos están trabajando como “soldados sin fusil” porque aunque recetan medicamentos a los pacientes, las farmacias no tienen los productos. “Los enfermos vamos a consulta y en vez de salir con fármacos, salimos con un papel en el bolsillo”, añadió.
Ante todas esas carencias, los trabajadores de la CNS también son parte de la huelga de hambre. “Dónde están los ejecutivos de la COB (Central Obrera Boliviana) que no vienen a defender a la institución”, dijo la delegada a la COB de la Fensegural, Rosario Rivero.
Lamentó que la gerencia de la institución médica adquiera medicamentos “por raleo” cuando se supone que debería hacer una compra grande a través de una licitación de provisión.
El ejecutivo del Sindicato de Ramas Médicas de Salud (Sirmes) La Paz, Fernando Romero, indicó que el sector salud, como parte de los afiliados a este seguro social, también se sumará a la protesta. Indicó que al igual que los otros asegurados, los médicos reciben una atención pésima. “Es incumplimiento de deberes, es mala fe. No merecemos vivir en pobreza cuando hay tantos recursos que debería usar la CNS”, sostuvo.
Romero lamentó que pacientes con cáncer, renales y covid deban peregrinar por atención y sin medicamentos. “Es una injusticia”, manifestó.
Radiografía de más de un año de la emergencia sanitaria en la CNS
- Protestas El 8 de julio, los médicos, las enfermeras y el resto del personal del Hospital Obrero de Miraflores salieron para protestar en las calles por la falta de insumos y la saturación de las salas a causa de la pandemia de la covid.
- Acción Para la atención de pacientes con covid, el personal del Hospital Obrero habilitó espacios y se vio obligado a sacar a los pacientes de otras patologías que requerían cirugías.
- Peregrinación En los últimos meses, muchos asegurados de la CNS se ven obligados a buscar un estudio de diagnóstico en el SUS y acuden a los centros del coliseo cerrado y el Autocovid, donde el personal del Sedes realiza las pruebas antígeno-nasal para identificar el virus.
- Afiliados La CNS es el ente gestor más grande del país. Según los datos que manejan las autoridades de hace más de cinco años, esta institución tiene a más de 3,5 millones de asegurados en todo el país, es decir a más de una cuarta parte de la población boliviana.
- La Paz De los 2,9 millones de habitantes que tiene el departamento -según el INE para 2020- el ente asegurador tiene un poco más de una cuarta parte (800 mil) asegurados.
Oncología está en crisis por falta de equipos, medicamentos, infraestructura e insumos
La presidenta de la Asociación de Pacientes Oncológicos de la Caja Nacional de Salud (CNS), Margoth Nina Valladares, aseguró que todos los enfermos de esta unidad sufren cada día por la falta de medicamentos, infraestructura, equipos e insumos. Los pacientes también deben ver morir a sus compañeros por falta de atención, agregó la representante del sector.
“Hace unos días falleció una compañera con los peores dolores que uno se pueda imaginar. Esta situación ocurrió porque no había morfina para calmar su dolor”, contó Nina a Página Siete.
La representante del sector aseguró que ahora la CNS ya tiene medicamentos, pero la cantidad designada sólo alcanza para siete días. “Después ¿qué va a pasar?”, se preguntó y señaló que la licitación que se hizo de un nuevo stock llegará en noviembre. “Qué haremos hasta ese entonces”, lamentó la mujer.
No es la única carencia por la que atraviesan los pacientes de esta patología. De acuerdo con Nina, los enfermos también peregrinan por un espacio para su atención, porque hasta la fecha no se cuenta con una infraestructura propia.
“La situación es muy lamentable. Siempre fue así y hasta ahora no ha cambiado nada, todo empeoró. Primero nos trasladaron de un piso que usábamos antes en el Hospital Materno Infantil a Mallasilla, donde alquilaron un espacio en una clínica privada”, relató Nina. “Ahí estuvimos un tiempo y cuando se terminó el contrato, nos volvieron a llevar al Hospital Luis Uría de la Oliva. Pero en ese lugar nos abandonaron”, agregó.
Después, los enfermos con cáncer pidieron a la CNS resolver este problema. Según Nina, este ente tenía previsto contratar la Clínica de Achumani, pero al final no alquiló el predio porque había un problema en la cocina. “En ese momento, la gerencia nos pidió 50 días para encontrar un espacio, pero ya pasaron siete meses y hasta ahora no hay un lugar”, sostuvo. “Por esa razón, nos llevaron nuevamente al Materno y ahora tenemos cuatro salas de internación; en cada una hay entre cuatro y seis camas”, sostuvo.
En este lugar hay también un ambiente para curaciones muy pequeño que no tiene un lavamanos. “La fisioterapeuta atiende en un lado y la psicóloga, que da terapia de contención emocional, se va a cualquier sala vacía para eso. No tienen espacio propio”, explicó la representante del sector.
De acuerdo con Nina, les han “quitado además personal de enfermería y nutricionistas”. Aseguró que estos profesionales hacen mucha falta para atender a los pacientes.
También faltan equipos de radioterapia, braquiterapia, yodoterapia, medicina nuclear y de contraste. “Necesitamos con urgencia el diseño final del hospital y a mediano plazo que nos den una fecha de entrega del oncológico”, sostuvo la representante.
Ante este tipo de carencias, los pacientes con cáncer y sus familiares se sumaron en los últimos días a la huelga de hambre y las protestas, protagonizadas por dirigentes de la Asociación Nacional de Enfermos y Familiares Oncológicos, la Asociación de Pacientes Renales Terminales del Hospital de Clínicas, la Federación Nacional de Trabajadores de Seguridad Social de Bolivia (Fensegural) y Casegural, para exigir la dotación de medicamentos e insumos a los hospitales de la CNS.