El exmandatario dice que esa figura legal debe desaparecer del ordenamiento penal y que esa justicia criminal más bien debe ser menos protagonista de los incidentes entre periodistas y autoridades.
Eduardo Rodríguez Veltzé: «El desacato debe desaparecer»
Expresidente del Estado. El jurista estuvo en Santa Cruz para dar una conferencia en la Universidad Domingo Savio. Esta vez no habló sobre su pasado político, sino sobre su nuevo rol como miembro del Tribunal Nacional de Ética
Académico. Rodríguez Veltzé plantea el desafío de fortalecer las capacidades de los periodistas y la tolerancia de las autoridades.
El Deber
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– Usted describe una situación jurídica inmejorable para la libertad de opinión, información y prensa, sin embargo vivimos momentos tensos en la relación entre los medios de prensa y el poder, ¿a qué lo atribuye?
– No estoy ajeno a esas preocupaciones. El desafío está en entender la dimensión de la reforma constitucional, en la autorrestricción de algunos de los actores de estas tensiones, algunas autoridades ejecutivas y judiciales y procurar aquilatar esta nueva dimensión que trae la Constitución.
– Usted ha estado en ambos lados de la vereda: fue presidente de la República y ahora forma parte del Tribunal Nacional de la Prensa. ¿Cómo manejaba las tensiones con los medios en su momento?
– Sí, puedo dar fe que no siempre la relación entre una autoridad y los medios es de lo más cordial. No creo que eso siempre obedezca a un propósito deliberado de enfrentamiento, pero a veces las formas de preguntar, de la intención de los periodistas de que esa autoridad dé respuestas satisfactorias, puede llevar a la tensión. Las preguntas pueden ser innecesariamente incisivas. Lo que hay que entender es que más allá de un protagonismo entre el periodista y el presidente está el derecho del ciudadano a estar informado de manera imparcial y amplia. Hay que fortalecer las capacidades de los periodistas y la tolerancia de las autoridades.
– ¿La figura del desacato limita la libertad de expresión?
- Me adscribo a que esa figura legal debe desaparecer del ordenamiento penal y que esa justicia criminal más bien debe ser menos protagonista de los incidentes entre periodistas y autoridades. Favorezco la idea de promoción de los valores de veracidad, responsabilidad y de respeto por la ética en la información, en la emisión de opiniones que a mi juicio, salvo que sea muy grave, no debe llegar a la justicia criminal.
– ¿Cómo ve el juicio del presidente contra tres medios de comunicación?
- No voy a comentar sobre este particular porque soy miembro de un tribunal…
– Usted es partidario de que se apruebe una nueva ley de medios, ¿por qué?
– Sí. Lo que pasa es que la Constitución ha dado un nuevo marco normativo que abre una nueva dimensión del ejercicio de los derechos de opinión, información y expresión. Esto tiene que ver con un ámbito de autorregulación ética que hoy se la asocia a la Ley de Imprenta, pero creo que una nueva ley puede armonizar un ejercicio más circunscrito a unos valores éticos que a un positivismo o a unos espacios de criminalización primaria.
- Para los periodistas reformar la ley de imprenta es abrir la caja de Pandora, ¿qué podríamos ganar con una nueva norma?
– En esto soy muy franco: creo que pese a que la norma consigna algunos aspectos inherentes a la libertad de expresión y el ejercicio periodístico, no incluye todos y no es funcional. Fue superada por los tiempos y la posibilidad es generar un instrumento más funcional. Todos ganarían con una nueva norma. El espíritu de la reforma constitucional es priorizar que el ejercicio profesional se rija por la autorregulación y la ética, antes que otros caminos criminalizantes que están incluidos en la ley de imprenta y con los cuales no comulgo.
– ¿Considera que el pueblo exige lo suficiente su derecho a estar informado? –
El pueblo boliviano espera cada vez más del producto que recibe. Habrá una contribución a la democracia en la medida de que este producto sea más ecuánime, mejor respaldado y no se preste a los intereses informativos que puedan crearse por un Gobierno muy fuerte o una oposición muy agresiva. El ciudadano merece estar bien informado y no manipulado por la información.
– Se nos acusa a los periodistas de que respondemos más al dueño del medio que a la población, ¿en su rol de miembro del Tribunal Nacional de Ética ha visto evidencias de ello?
– Tal vez alguno de manera tangencial, pero no es precisamente la queja que llega al tribunal. Están más circunscritas a conductas individuales y distanciamientos del código de ética.
Perfil
El último exjefe de Estado
Eduardo Emilio Rodríguez Veltzé nació en Cochabamba en 1956 y ascendió a Presidente de la República en Sucre el 9 de junio de 2005, luego de que los presidentes de las cámaras de Diputados y Senadores renunciaran a su derecho de suceder al saliente Carlos D. Mesa Gisbert.
Tuvo la misión de pacificar al país y conducirlo a una nueva elección. Así lo hizo. El 22 de enero de 2006 entregó el poder a Evo Morales Ayma, convirtiéndose, hasta ahora en el último expresidente de Bolivia.
Rodríguez Veltzé estudió en el Colegio San Agustín y se graduó de Derecho en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) de Cochabamba. Tiene una maestría de la universidad de Harvard y fue elegido como presidente de la Corte Suprema de Justicia en 2004.