Termómetro político

termometro politico El Prefecto está acusado, es muy, muy popular y está sumergido. Se contenta con mandar a unos tipos vacilantes -y bastante desorientados en el mensaje- a defenderlo por televisión. Qué grave error.

El Nuevo Día.

La temperatura política

En una escala del 1 al 10, donde 1 es mucha tranquilidad política y 10 mucha intranquilidad, ¿cuánto le pone Ud. a la situación actual?



Las cosas bajan a un 8. Hay lógica tensión porque el gobierno ha decidido aniquilar con cárcel a la oposición autonomista.

I. La semana pasada

La semana que pasó fue puro lío. El gobierno está en campaña con el tema del terrorismo. Esa campaña gubernamental tiene dos objetivos. Uno, el objetivo electoral de sostener la popularidad del MAS en el altiplano: acusar a los cruceños autonomistas de cometer muchas maldades es muy popular en La Paz y alrededores y por eso, la campaña sobre terrorismo acusando a todos los cruceños es muy creíble y muy popular en La Paz. El otro objetivo de esta campaña es político: el gobierno quiere (como es natural) quedarse solo en la cancha.  Por eso, la campaña del MAS sobre terrorismo, apunta a poner en prisión a Costas y a Marinkovic. Ahora bien, el gobierno sabe que pagará un precio muy alto por encarcelar a estos dos tipos tan populares. El lógico e inteligente razonamiento gubernamental es así: ya que voy a pagar un precio tan alto por meter preso a Costas y a Marinkovic, lo conveniente es meter a unos 50 tipos más; total el precio será el mismo. De este modo, que los cruceños lo tengan claro: el día en que el gobierno logre meter presos a Costas y a Marinkovic, los siguientes 50 cruceños van de cabeza a San Pedro. Y aquí importa un bledo si alguien es inocente o no. Esto es política, no justicia.

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La campaña del gobierno sobre el tema terrorismo, esta semana, tuvo las siguientes etapas: Primero, el gobierno lanza una serie de spots de televisión contando su versión sobre el tema. El gobierno cuenta una versión bastante agresiva y melodramática pero muy creíble en La Paz y en los bastiones electorales del MAS. A precio de mercado, el gobierno va gastando en torno 300 mil dólares en esos spots. Después, sale un fiscal (que es el ejemplo universal, divino y cósmico de la transparencia  y la imparcialidad) haciendo acusaciones espectaculares contra cruceños de carne y hueso. Acusaciones muy graves pero a la vez, muy frágiles, ya que se basan en declaraciones que -se supone- hizo un tipo que arrastraba líos con la justicia y que ahora juega a ser, nada menos, que el informante del gobierno popular. Y finalmente, para cerrar la semana, el gobierno -hace entre masistas- un evento político del cual, se supone, saldrá un pacto nacional contra el terrorismo. El gobierno ha jugado la semana con brillantez. El gobierno ha ganado la semana. Tiene acorralados y asustados a muchos cruceños. 

Por su parte, los cruceños -como siempre- se limitan a defenderse. Y la verdad, se defienden muy mal. Frente a la tremenda ofensiva del gobierno, los cruceños se achican y no tienen mejor iniciativa que atrincherarse, creando unas instituciones medio raras “para defender los derechos humanos”. (Como si no tuvieran ya, instituciones sólidas para defenderse). Aparte, los cruceños, hacen una que otra declaración a la prensa, protestando por la persecución. El prefecto está acusado, es muy, muy popular y está sumergido. Se contenta con mandar a unos tipos vacilantes -y bastante desorientados en el mensaje- a defenderlo por televisión. Qué error. La bala de plata de los cruceños en esta batalla, es la cara del prefecto y la de Marinkovic. Son populares, creíbles, y por eso, la misión que tienen en esta batalla es estar todos los días en los medios y en actos públicos, haciendo dos cosas: impulsando la autonomía  (con ejemplos y beneficios reales para la gente) y a la vez, contándole a Santa Cruz que la razón de esta persecución que hoy ejerce el gobierno contra los cruceños es, precisamente, la autonomía.

Otros líos. La semana pasada también trajo otros líos: el gobierno intentando meter presos a los miembros de la Corte Suprema. Es decir, más de lo mismo: si puedo gobernar sin jueces, ¿por qué no voy a intentarlo? El gobierno quiere quedarse solo en la cancha del poder. No quiere jueces y no quiere oposición. Lo cual es lo normal; ningún político que se precie de serlo, quiere control sobre su poder. 

También la semana pasada trajo líos sobre el tema de la ropa usada. Es la primera vez que el gobierno enfrenta al sector informal de la economía boliviana. Recordemos que la Bolivia informal, no sólo vota por el MAS sino que impulsó la llegada del MAS con toda su fuerza física. Por ejemplo, el sector cocalero -que es emblema de la economía informal en América Latina- es la fuerza física y pretoriana del proyecto masista. 

II. La semana que hoy comienza

Esta semana el gobierno profundizará la batalla contra los cruceños. Quizá meterá algún nuevo preso. El gobierno sabe que en Santa Cruz, no ha ganado la batalla de la opinión pública. Es decir, el gobierno sabe que en Santa Cruz no le creen su versión sobre terrorismo. Entonces, esta semana y quizá las siguientes, las dedicará a la opinión pública cruceña, tratando de demostrar con propaganda y otros recursos (algún nuevo preso, por ejemplo), que la versión gubernamental sobre el terrorismo es cierta.