Nuevamente, las políticas públicas erróneas, con tinte totalitario, llevaron a la ciudadanía en Bolivia a parar sus actividades, a bloquear sus carreteras, a salir en marchas, a reencontrarnos en la calle y discutir de política, así como en el fútbol, todos son directores técnicos, ahora todos los ciudadanos somos líderes políticos, estrategas, analistas, estos eventos nos sirven para concientizarnos sobre la necesidad imperiosa de politizar la sociedad para recuperar la democracia, la justicia, la libertad, factores imprescindibles para lograr mejor calidad de vida de la ciudadanía.
En un conflicto, nunca se gana todo o se pierde todo, este paro nos ha enseñado que debemos tener una brigada parlamentaria que esté dedicado tiempo completo y con convicción a controlar la legislación porque la fuente de inestabilidad es el gobierno y ellos no van a cesar en sus afanes dictatoriales y mejor si es en unidad. Hemos logrado que el gobierno abrogue una de sus leyes, quizás la más importante, tenemos que lograr que la ley de registro de comercio, ley de ascensos de la Policía, de datos económicos estadísticos, de Derechos reales corran la misma suerte que la 1386, porque todas contienen el mismo sesgo dictatorial, concentran todo el poder en el Ejecutivo.
Ahora hay que pasarle la posta a las gobernaciones, las Alcaldías y las Universidades, la actitud de ellos me asombra, le quitan su autotomía, le cercenan sus recursos, volvemos a la época de administración de las dictaduras militares con una ley, que emula la época más oscura de la URSS, los famosos planes quinquenales, que fueron un fracaso, donde la iniciativa regional es sustituida por la planificación centralizada, para mí que mi cuna política fue la dirigencia universitaria, no entiendo por qué la reacción tan tibia de su dirigencia, la actitud complaciente de sus autoridades, desearía volver a la época en que las universidades eran la esencia de las ideas libertarias y sus dirigentes incorruptibles.
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Con este sacrificio del paro, hemos conseguido erosionar la base del poder del gobierno, les hemos carcomido su moral, Arce en su soledad, debe entender que su liderazgo al no ser fuerte, y ser un prisionero político de Evo Morales, si quiere gobernar en paz, debe suplir sus carencias con un tipo de gobierno que socialice las soluciones políticas, caso contrario se va a chocar con un muro cada vez más fuerte y compacto cuyo bloque social que lo sustenta tiene raíces populares, no es la derecha, los golpistas, los regionalistas, los separatistas, esos clichés tan estúpidos, la lucha no es de izquierda o derecha, es un pueblo que quiere vivir en libertad, recuperar la democracia, la justicia y trabajar en paz.
Buscamos racionalidad para mirar el futuro con esperanza.
Guido Añez Moscoso