Aníbal Silva*
Más que instructivo o curioso, resulta divertido analizar el contenido de esta graciosa profecía del monje y obispo benedictino irlandés Malaquías quien viviera hacia mediados del siglo XII en Armagh, Irlanda. Este cura escribió una obrita que contiene un listado de 111 sobrenombres, calificativos o lemas que designarían un igual número de papas que reinarían desde el año de 1143 hasta el fin de la Iglesia Católica, mismo que describe con una sentencia de 26 palabras en latín. Los apodos señalan alguna característica personal del pontífice, elementos relacionados con su origen o función, al igual que circunstancias políticas, sociales o militares que aparecen durante su pontificado.
Así, Lucio II (1144-1145) es nombrado por Malaquías, el Enemigo Expulsado (Inimicus Expulsus en latín), este señor antes de ser papa se apellidaba en italiano Caccianemici, es decir en español, cazaenemigos; Gregorio IX (1227-1241) es designado el Ave de Ostia (Avis Ostiensis), cuando que antes de ser papa era cardenal arzobispo de la ciudad de Ostia; Pío III (1503) es llamado por el profeta el Hombre Pequeño (De Parvo Homine), quien antes de recibir la tiara se apellidaba Piccolomini que en italiano quiere decir hombre pequeño, y así por el estilo los ciento once papas enlistados.
La profecía fue escrita en la primera mitad del siglo XII, sin embargo, no se conoció hasta 1595, cuando otro monje benedictino, el francés Arnold de Wyon, compiló en Venecia una serie de escritos de miembros egregios de su orden religiosa y la publicó en una obra que denominó El Árbol de la Vida (Lignum Vitae), la lista aparece en el capítulo 41 del Libro II. El conocimiento público de la predicción de Malaquías suscitó en su época un pequeño escándalo y la subsecuente acusación al señor de Wyon como mentiroso, lioso y mendaz, con el argumento de que lo único que había hecho era repasar la historia de los papas hasta entonces, y con ello elaborar la lista.
Probablemente el infortunado monje murió con fama de falsario, pero de los 111 papas enunciados solo habían reinado 76, faltaban 35 para llegar al final del elenco.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Una revisión aleatoria no tan somera y algo documentada de la lista revela significativas coincidencias. Si se analizan, casi al azar -solo por encontrar algún tipo de orden-, los lemas o sobrenombres de los papas que gobernaron a la Iglesia al cambio de cada siglo desde el XIII hasta el XXI, el resultado es el siguiente:
Inocencio III (1198-1212)
Comes Signatus (Conde Firmado)
Antes de ser papa se llamaba Lotario Conti di Segni, apellido que en español traduce Condes de Firmas.
Bonifacio VIII (1294-1303)
Ex Undarum Benedictione (De la Bendición de las Ondas)
El escudo de armas del cardenal Benedetto Caetano, como se llamaba, porta en un solo cuartel dos bandas en ondas y además, este papa logró durante su pontificado regresar la Curia a Roma, dado que se encontraba en Nápoles, desde el periodo de su antecesor Celestino V, donde se había refugiado luego de un pleito con el Emperador Germánico, un sector de la Iglesia y el rey de Nápoles. De ahí que algunos devotos de Malaquías analoguen las ondas a las olas del mar de Nápoles y consideren una bendición su regreso a Roma.
Bonifacio IX (1389-1404)
Cubus de Mixione (Cubo de Mezcla)
Campeón de la simonía, este sujeto es reconocido como uno de los papas que más daño le causó a la Iglesia, ya que durante su reinado se inauguró la célebre práctica de vender las indulgencias, se traficó con los cargos pontificales y se comerció ampliamente con la fe. Fraccionó los territorios pontificios y los vendió acompañados de títulos nobiliarios hereditarios y llegó al extremo de autentificar -mediante el pago de una abultada limosna- la sedicente reliquia del ¡prepucio de Cristo! Para entender el simbolismo de Malaquías -ya que la designación de mezcla de cubos no tiene pies ni cabeza- es necesario también recordar que las menciones al maligno demonio eran severamente condenadas en esa época por lo que, el monje obispo pudo haber invertido el orden de las palabras y alterado la ortografía -ya que la pronunciación es idéntica- crípticamente, como todas sus designaciones para realmente decir: De Cubus Mictione, es decir Micción del Íncubo o Súcubo, dos de las representaciones más populares del diablo durante la Edad Media, tanto más cuanto que su predecesor Urbano VI (1378-1389) fue señalado por Malaquías: De Inferno Pregnante (Preñado del Infierno).
Alejandro VI (1492-1503)
Bos Albanus in Portu (Toro Blanco en el Puerto)
Rodrigo Borja (en italiano Borgia), español originario de la región de Valencia proclive a la ganadería, es una de las figuras más controvertidas de la historia del papado: sus excesos sexuales, el libertinaje de su corte y sus trapaceras alianzas políticas han dado origen a innumerables obras. El escudo de armas de este papa, en el cuartel izquierdo, porta un toro blanco.
Clemente VIII (1592-1605)
Crux Romulea (Cruz de Rómulo)
El escudo de armas del cardenal Hipólito Aldobrandini, como se llamaba, presenta en un solo cuartel una cruz romana, de dos travesaños, desde entonces denominada pontifical, acompañada de dos barras de estrellas a los lados. Roma, la ciudad de Rómulo y Remo.
Clemente XI (1700-1721)
Flores Circumdati (Rodeado de Flores)
Clemente fue un constructor, principalmente de obras públicas para el disfrute del pueblo: parques y jardines, plazas, etc. Algunas ahí están: el obelisco y plaza del Pantheon, el reloj de Santa María de los Angeles, sus academias de pintura y escultura en el Capitolio, entre otras en Roma, pero donde más plazas y jardines mandó construir fue en su ciudad natal, Urbino, tantos, que el pueblo romano se quejó por la vía del medio de expresión que mantuvo por más de trescientos años: el zoclo de una antigua estatua situada a la orilla del Tíber, casi destruida donde en grafiti pintaba un breve diálogo entre la deidad de la escultura que inopinadamente llamó Marforio y Pasquino, un sastre que fue célebre por chismoso y tenía su sastrería ahí cerca -origen de la palabra castellana pasquín-, el diálogo a propósito de Clemente decía así:
MARFORIO
Dime, ¿qué haces Pasquino?
PASQUINO
Cuido a Roma, pa’que no se la lleven a Urbino.
Pío VII (1800-1823)
Aquila Rapax (Águila Rapaz)
Como todo el mundo sabe, el símbolo de Napoleón fue el águila imperial y a este pobre papa le tocó batallar con el primer emperador de los franceses que, entre otras penalidades le infligió ir a París en 1804 a consagrarlo y bendecir su coronación, además de hacerlo firmar un concordato bastante desventajoso para el Vaticano y muy rapaz para Francia.
León XIII (1878-1903)
Lumen in Caelo (Luz en el Cielo)
El escudo de armas del cardenal Vicente Joaquín Pecci, nombre anterior a León, porta en el cuartel superior izquierdo un cometa, luz en el cielo. Durante su pontificado se anunció con gran escándalo, pero no se vio en el mundo occidental, una lluvia de estrellas que sólo se observó en Oriente.
Los papas del siglo XX merecen mencionarse todos porque las coincidencias presentan características un poco más señeras que en los anteriores:
Pío X (1903-1914)
Ignis Ardens (Fuego Ardiente)
El inicio del siglo XX fue para la humanidad un verdadero torrente de información, tecnología, ideas, creencias, dominación financiera y nuevas costumbres que, en efecto, la colocó en un estado ardiente que suscitó movimientos sociales en todas las latitudes del planeta y que en Europa detonó la Primera Guerra Mundial. Este papa sufrió ese período que incendió al mundo.
Benedicto XV (1914-1922)
Religio Depopulata (Religión Despoblada)
La guerra de 1914 a 1918 dejó cerca de 10 millones de muertos, en su mayoría católicos, pero no sólo se despobló así la religión en ese tiempo, los horrores de la conflagración aunados a los avances de la ciencia, impulsados por la industria bélica, provocaron una enorme deserción de los creyentes en la cristiandad.
Pío XI (1922-1939)
Fides Intrepida (Fe Intrépida)
Aquiles Ratti es un papa que se distingue por sus esfuerzos para tratar de recuperar la clientela perdida para la Iglesia: se entiende con los dictadores Salazar, Hitler, Franco y Mussolini con tal de propagar la fe católica bajo sus regímenes, otorga seguridad económica a las instituciones eclesiásticas creando organismos financieros en el Vaticano, condena el comunismo y le enfrenta organizaciones de laicos como la Acción Católica y patrocina todo género de misioneros en todo el mundo para ganarse el apelativo de "Papa de las Misiones", ergo, un intrépido de la fe.
Pío XII (1939-1958)
Pastor Angelicus (Pastor de los Ángeles)
Papa muy controvertido debido a que durante su pontificado transcurrió la Segunda Guerra Mundial y para interpretar el sobrenombre de Malaquías han surgido tres escuelas, la PRIMERA: los más neutros dicen que está nominado así porque nació en una casa ubicada muy cerca del Castillo de San Angel y el contiguo Puente de los Angeles en Roma; la SEGUNDA: otros dicen que favoreció la obra de Hitler, quien comandaba una parvada de ángeles exterminadores que administraban los establecimientos de Dachau, Treblinka y Auschwitz, entre otros; y la TERCERA: unos más afirman que su apelativo se debe a que patrocinó y financió, con recursos del Vaticano, la migración de miles de judíos hacia América y Medio Oriente para evitar que fueran llevados a los crematorios ya mencionados, lo cual es histórica, religiosa y pontificalmente cierto.
Juan XXIII (1958-1963)
Pastor et Nauta (Pastor y Navegante)
Hombre bonachón y algo visionario dado que organizó en 1962 el Concilio Vaticano II en un intento de contemporizar a la Iglesia con la época moderna. Antes de ser papa el cardenal Angel José Roncalli era Patriarca de Venecia donde para guiar a su grey, tenía que navegar.
Pablo VI (1963-1978)
Flos Florum (Flor de la Flores)
Nacido en Concesio, Brescia, al norte de Italia -región muy florida en la primavera según los seguidores de Malaquías-, Pablo fue, antes de ser papa, Juan Bautista Montini, arzobispo de Milán donde se ubica la catedral llamada Duomo, construcción de estilo gótico que en la segunda mitad del siglo XIX fue dotada en la punta de su cúpula, de la estatua dorada de una virgen: Santa María de las Flores.
Juan Pablo I (1978)
De Mediate Lunae (Mediante una Luna)
Temeroso, enfermizo y estresado este papa reinó durante 34 días, poco más de un ciclo lunar.
Juan Pablo II (1978-2005)
De labore Solis (Del Trabajo del Sol)
Para evitar ser llevado a Alemania y confinado a un campo de trabajo durante la Segunda Guerra Mundial, Carlos Wojtyla se empleó como obrero, primero en una mina y luego en una fábrica de productos químicos en su natal Polonia, lo que le permitió seguir estudiando para finalmente hacerse cura y, con mucho más trabajo en un país comunista, llegar a ser obispo, arzobispo y cardenal. Llegó a Roma procedente del oriente, de donde sale el sol.
Benedicto XVI (2005-20013)
De Gloria Olivae (De la Gloria de los Olivos)
El enigmático lema de "Gloria de los Olivos" designa a este papa nacido en una aldea alemana muy cercana a la frontera con Austria en la que los olivos brillan por su ausencia y está en cambio cubierta de frondosos bosques de coníferas y bañada por un sinnúmero de ríos y arroyos que la hacen muy fértil. Este señor procede de una familia irascible y caprichosa, tal como su carácter -su padre, austríaco, litigó con su hermano por asuntos de herencia a principios del siglo XX y emigró a una aldea en la frontera de Alemania donde nació el pontífice-, a la fecha, las familias Ratzinger que viven en la misma zona, pero en ambos lados de la frontera, siguen sin hablarse por aquel motivo. Encontrar la similitud de los olivos con su pontificado ha resultado hasta ahora muy complejo:
¿Estamos en una circunstancia mundial que se relaciona con el árbol del olivo, con las regiones donde se cultiva, o con el significado genérico del olivo?, ¿en la paloma que con una rama de olivo en el pico le anunció al bíblico Noé el final del diluvio?, ¿llegaría la paz a Palestina donde se cultivan los olivos?, ¿habría paz finalmente en el mundo luego de tantos milenios de guerras durante su reinado? Pues no, nada de eso ocurrió. Habría que ser Malaquías o pitoniso profesional para adivinarlo y para los comunes mortales que no tenemos enfrente más que el plano de la realidad y alguna limitada capacidad de discernimiento, solo nos quedan los hechos.
Sin embargo, su inesperada renuncia el 11 de febrero pasado quizás apunte hacia una pequeña luz sobre esta incógnita: el sujeto dice que renunciará el 28 de febrero y el Vaticano anuncia que el cónclave correspondiente a la sede vacante iniciará el 15 de marzo, o antes, es decir una o dos semanas antes de la llamada Semana Santa. Es previsible que la elección del nuevo papa no sea cosa fácil, el propio Ratzinger, el miércoles 13 de febrero habla de traiciones, oposiciones y divergencias al interior de la iglesia, por lo que es posible que el humo blanco no aparezca sino hasta una o dos semanas luego de iniciado el cónclave. Según la leyenda de Jesús reinventada por el obispo de Lyon, Irineo hacia el año 200 D.C., a partir de los textos de los sedicentes evangelistas Mateo y Marcos, el jueves de la semana de la pasión, el nazareno cenó con los apóstoles y se trasladó a pasar la noche en Getsemaní, el huerto de los olivos, antes de ser crucificado el viernes por la tarde. Si la elección se da por esos días, pues se encontraría alguna cercanía o relación con los olivos de Malaquías.
La lista de Malaquías solo consigna un papa más "Pedro II", ese sí con nombre, al que señala con 26 palabras en latín que resultaron 41 en español por incapacidad de traducción y síntesis del que esto escribe:
Durante la última persecución de la Santa Iglesia
Romana, un Pedro romano será pontífice,
quien conducirá su grey por muchas tribulaciones; cuando
se acaben, la ciudad de las siete colinas será destruida y el
temible juez juzgará a su pueblo. Fin.
"In persecutione extrema S.R.E. sedebit. it.Petrus Romanus , qui pascet oves in multis tribulationibus: quibus transactis civitas septicollis dirvetur, & Judex tremedus iudcabit populum suum. "Finis".
A unos días de la abdicación de Ratzinger surgen por todo el mundo los analistas en papalogía y las consecuentes teorías sobre su posible sucesor. Contrario a lo ocurrido en ocasiones anteriores, el próximo cónclave no está tan fácil, las expresiones del saliente sobre traiciones y divisiones al interior de la Iglesia nos hacen pensar que hay bloques de opiniones divergentes sobre temas tales como la pederastia, el matrimonio de los curas, los dogmas teológicos, evangélicos, la modernización de la institución en un mundo global entre otros. Lo que no se sabe, es quien o quienes encabezan esos bloques, dentro del colegio cardenalicio, así como sus capacidades de cabildeo. No obstante, habrá que intentar un somero análisis:
Para empezar y en consecuencia con lo asentado por Malaquías, hay cuatro papables que llevan el nombre de pila Pedro: Odilio Pedro Scherer (Brasil), Arzobispo de Sao Paulo, de 63 años, popular en el mundo católico, designado cardenal por Benedicto XVI en 2007, pero sin ninguna experiencia de cargos mundiales o relevantes dentro de la Iglesia; Peter Turkson (Ghana), Arzobispo Emérito de Cape Coast, Ghana, de 64 años, Presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz -importante dicasterio en Roma-, negrito al parecer simpático con muchos adeptos; Peter Erdo (Hungría), Arzobispo de Esztergom-Budapest, de 60 años, fue cardenal a los 50 años, muy joven, brillante abogado y teólogo, debe ser muy del gusto de Ratzinger ya que austríacos y bávaros son la misma cosa y húngaros, bueno, casi la misma también; Jean Pierre Ricard (Francia), Arzobispo de Burdeos, de 68 años, con suficiente experiencia internacional, principalmente en África y América Latina, muy cercano a las comunidades judías; y uno más que no se llama Pedro, sino Tarcisio Bertone de 68 años, pero que en relación al dictum de Malaquías, Pedro Romano, éste nació en Romano Canavese, Provincia de Turín, diócesis de Ivrea, cura salesiano que ocupa un destacadísimo puesto en la Curia vaticana, es Secretario de Estado y Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, será algo así como Encargado del Despacho del Papa, durante la sede vacante a partir del 28 de febrero.
Siguen otros purpurados que la prensa especializada mundial señala como favoritos, la mayor parte de los analistas coinciden con la posibilidad de que el electo sea italiano y ahí están: Angelo Scola de 71 años, Arzobispo de Milán, la arquidiócesis más importante de Italia, después de Roma; Angelo Bagnasco de 70 años, Arzobispo de Turín, sucesor de Tarcisio Bertone en la mitra de esa arquidiócesis, cuando Bertone fue nombrado Secretario de Estado por Ratzinger en 2006; Gianfranco Ravasi de 70 años, Presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, hombre cultísimo, historiador, arqueólogo y autor de muchas obras publicadas, es un serio contendiente.
Se apuntan también otros extra europeos: Leonardo Sandri, argentino-italiano de 70 años, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y con vasta experiencia en el mundo diplomático; Marc Ouellet de 68 años, Arzobispo Emérito de Québec, Canadá y Presidente de la Comisión Pontificia para América Latina -otro dicasterio importante en Roma-, cuenta con amplia experiencia en los asuntos internacionales y finalmente, según dicen, los que dicen que saben, Cristoph Schönborn, Arzobispo de Viena, Austria, que también debe ser muy del gusto de Ratzinger por su origen y mente cuadrada.
Para concluir, si se continuara con una misma lógica creativa y generosa, congruente con la interpretación de los lemas y sobrenombres de Malaquías hasta ahora revisados, se podría afirmar que la Iglesia Católica se encuentra en una circunstancia liminar de su desaparición -por la expresión: la ciudad de las siete colinas será destruida-, no tanto así físicamente la ciudad de Roma y quizás, dados los adelantos de la ciencia tales como la genética, la clonación, la informática y la astrofísica entre otros, éstos puedan derrumbar en los próximos años los dos principales pilares de la Iglesia y de las demás religiones: el origen de la vida y el destino del espíritu humano después de la muerte, en cuyo caso, muy posiblemente desaparecería la institución del papado y la concepción de Roma como eje central de la Iglesia. ¿Para descentralizar el gobierno de la fe y ponerlo en manos de los creyentes como lo propuso y llevó a la práctica Martín Lutero en 1517?
A lo mejor Malaquías no andaba tan errado.
*Periodista mexicano, consejero editorial de La Jornada. Ha sido subdirector de la Agencia de Noticias de México (Notimex), director de informaciones de los ministerios de Salud y de Transportes
Other News