Fue abandonado en pleno centro de la ciudad de Santa Cruz. Pasó la noche en un parqueo. Lo llamaron Bobby. Un joven rescatista lo llevó a la veterinaria Sudamericana, llegó con fiebre, deshidratado y con sarna en el cuerpo. Se recupera en un refugio.
Fuente: El Deber
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Elizabeth La Fuente
A un perro lo dejaron bien envuelto en una sábana blanca, con una cuerda celeste atada a una pequeña pilastra del frontis de una antigua casona de la concurrida calle Ingavi, a pocos metros de la Manzana Uno de la capital cruceña. Decaído, bien acurrucado en plena acera, con comida y agua cerca, permaneció dos días en el lugar, donde pasó la noche en un rincón del parqueo público de la cuadra.
Gracias a la publicación de un par de fotografías del perro en la redes sociales, el rescatista Edgar Ortega, que recoge a diario animales abandonados, llegó hasta el lugar y fue recibido por Wilma Rodríguez, la encargada del parqueo, quien lo cuidó y le colocó una inyección que compró con sus propios recursos para reanimarlo, pero que ya no podía darle cobijo otra noche.
Decaído y bien acurrucado en plena acerca en la calle Ingavi / Redes Sociales
Bobby, nombre que le puso la mujer que lo atendió, fue llevado a la veterinaria Sudamericana y atendido de emergencia. Llegó con fiebre y deshidratado, con anemia y sarna en la mayor parte de su cuerpo.
“Es inhumano cómo lo dejaron. Pero lo mas triste es que mucha gente pasó y lo vio. Sé que no es obligación de nadie recogerlo, pero tampoco se puede ser tan indiferente”, dijo Edgar, que actualmente tiene a su cargo a 90 perros rescatados en el refugio Angelitos de Edgar, los cuales alimenta y cuida con la ayuda de empresas solidarias, grupos y personas de buen corazón.
Bobby, de aproximadamente tres años, el lunes debe volver a la veterinaria para que le realicen nuevos estudios y continuar con su recuperación. Los aportes para cubrir su tratamiento, y también ayudar a los otros perros rescatados, se pueden realizar a las cuentas habilitadas a nombre de Edgar Ortega, su número de teléfono es 731-07078.
Ahora el animalito está alojado en una pequeña casa de madera, donde no volverá a pasar frío, pero sobre todo nuevamente tendrá el amor y el cuidado que tanto necesita para recuperarse y encontrar una nueva familia, esta vez para siempre.