Tras la lectura de la bula papal y la transmisión del báculo, el nuevo arzobispo de Santa Cruz se posesionó en la cátedra episcopal y las campanas de la Basílica Menor de San Lorenzo repicaron.
En su primera homilía, el arzobispo René Leigue se refirió al asesinato de los tres uniformados en Porongo. Al respecto indicó que «hay mucha violencia, como lo de Porongo, que en realidad es uno de los tantos problemas que aquejan a la sociedad«.
Tras la lectura de la bula papal y la transmisión del báculo, el nuevo arzobispo de Santa Cruz se posesionó en la cátedra episcopal y las campanas de la Basílica Menor de San Lorenzo repicaron como señal de la buena noticia.
Del acto participaron al menos 15 obispos, además del cardenal Toribio Ticona, el nuncio apostólico en Bolivia, monseñor Angelo Accattino; representantes de la Conferencia Episcopal de Bolivia, y feligreses, entre ellos, los familiares del nuevo arzobispo y comunidades de la zona norte de Santa Cruz.
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La transición no demoró más de media hora, una vez posesionada la nueva autoridad eclesiástica inició la celebración eucarística, presidida por el nuevo arzobispo.
Tras agradecer la asistencia de las autoridades, feligreses y familiares, el arzobispo se encargó de reiterar en más de una oportunidad su deseo de trabajar en comunidad.
«Quiero caminar con ustedes», dijo en varias ocasiones. Además solicitó mayor compromiso porque de «nada sirve orar, sino se practica lo que se pide al Señor», al mismo tiempo, instó a «ser personas coherentes entre la fe y la vida», «cuidar la vida, aunque parezca que se está perdiendo cada vez más el respeto a la persona», remarcó.
Para el arzobispo Leigue «necesitamos ser más como Juan (San Juan Bautista), valientes, que vivamos en la fe, no solo dentro, sino también afuera del templo«.