A medida que el tiempo se acorta hacia las próximas elecciones nacionales, cada vez son más las voces que se alzan en el oficialismo para cuestionar la continuidad de Álvaro García Linera como integrante del binomio presidencial.Es el caso del senador masista Manuel Limachi, quien opina que para el 2014 se debe dar paso a la “alternancia de género” en la conformación de la dupla. Coinciden el ex concejal del MAS en Santa Cruz, Oswaldo “Chato” Peredo, quien acusó al vice de restarle respaldo popular al gobierno con las “políticas erráticas” que fomenta; y la diputada Rebeca Delgado, últimamente disidente dentro de la bancada oficialista, quien definió a García Linera como “jefe de un sindicato legislativo” y enemigo del “librepensamiento”.Ciertamente, la deriva gubernamental y el desgaste en la aprobación ciudadana tienen razones mucho más profundas que la mera actuación del vicepresidente, pero es verdad que su radicalismo autoritario (o “jacobinismo”, como a él le gusta decir) tensiona aún más el ambiente, generando incomodidades incluso dentro del partido de gobierno.También debe anotarse que sobre “Qananchiri” (su nombre de guerra en el terrorista EGTK) pesan las sombras arrojadas por el audio del fiscal Soza, donde se habla tanto de sus manipulaciones en el caso Rozsa como del presunto vínculo de su hermano Raúl con el narcotráfico. ¿Está llegando la hora para el MAS de desprenderse del fusible García Linera?Es posible que esto no resulte tan fácil, dado el poder concentrado por el personaje en los últimos siete años y al conocimiento que tiene de más de un “secreto de Estado”.De ahí que su salida de la dupla presidencial sólo podría ser un alejamiento pactado, si es que efectivamente llega a producirse.Por lo pronto, el debate sobre el vicepresidente es un síntoma adicional de los crecientes conflictos internos en el seno del Movimiento Al Socialismo, un confuso entramado de intereses corporativos cuyo único punto en común parece ser la figura caudillista de Evo Morales…[email protected]