ESPERANZA MARCHITA
¡ SI NO TE GUSTA TU CANDIDATO VOTA POR MÍ, ESCRIBE EN LA BOLETA, EN EL ESPACIO DE “CANDIDATO NO REGISTRADO” !
Crece el movimiento por el voto nulo por el hartazgo de los mexicanos con su clase política
CIUDAD DE MEXICO (CORRESPONSAL LA VANGUARDIA)
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“¡Voy a Votar por Esperanza Marchita! Los políticos ya no me volverán a tomar el pelo”, comenta Juana Bátiz, empleada de comercio de la capital mexicana.
Esperanza Marchita, una candidata virtual, se ha convertido en símbolo de un desencanto común. Es ya uno de los personajes más mediáticos de la campaña para las elecciones legislativas del 5 de julio. Ante el hartazgo de la ciudadanía, varias asociaciones cívicas, con el apoyo de intelectuales de renombre, piden respaldar a esa figura inexistente para mostrar el hastío que provocan partidos y políticos. Uno de sus lemas es “Para políticos nulos, votos nulos”. El debate surgió como resultado de la impotencia de millones de mexicanos frente al modo en que son gobernados. Algo grave está pasando cuando, una mujer como Dulce María Sauri, que ha sido gobernadora de Yucatán y presidenta nacional del PRI, apoya que se invalide el voto en protesta con tanta bajeza política…
“No cambiaremos el resultado, pero siendo el voto la única arma que tenemos, vamos a usarla para expresar nuestro rechazo a los políticos”, dijo Alberto Serdán, coordinador de Propuesta Cívica, uno de los grupos que pide sufragar por Esperanza Marchita. El voto por Esperanza Marchita, que será considerado válido, “es una llamada de atención a los partidos y al Instituto Federal Electoral (IFE) para que acepte candidaturas independientes y ciudadanas”, señala Martín Faz, activo promotor del voto nulo.
Votar nulo o en blanco el 5 julio, cuando se elegirán 1.128 cargos entre gobernadores, diputados locales y alcaldes, además de los 500 legisladores del Congreso nacional, fue una idea que surgió en blogs y redes sociales de Internet como Facebook, Hi5 y My Space y a través de videos en YouTube. La iniciativa tuvo buena acogida al reflejar la insatisfacción social con partidos millonarios con dinero público. La intención pregonada es no abstenerse sino acudir a las urnas y expresar su malestar anulando el voto.
La anulación no pretende dinamitar el sistema de partidos, sino mejorar su funcionamiento. El movimiento no va contra la democracia, sino que forma parte de un proyecto más amplio de dignificación de la política. Para los impulsores puede ser un parteaguas para regenerar la democracia y a un Congreso corrupto que vive ajeno al país.
Es tan fuerte la indignación de los mexicanos con sus políticos y gobernantes que el movimiento del voto nulo, que surgió apenas hace unas semanas, se expande con velocidad de vértigo. Según una encuesta del diario “Reforma”, en mayo el 10 % del electorado pensaba anular su sufragio; en junio, ya subió al 15%. Y va en rápido aumento.
Sergio Aguayo, académico del Colegio de México, uno de los analistas más reconocidos, señala que la degradación de los partidos no es anécdota pasajera. “Están fundidos con las redes de intereses corruptos que nos exprimen y maltratan. Se salvan personas, grupos e instituciones, pero son incapaces de modificar el quebranto ético y la mediocridad”. Aguayo subraya que ya es hora de que las lluvias de verano “nos libren de tanta mugre acumulada por los partidos, que han secuestrado la democracia en beneficio de pequeñas burocracias".
Según la analista Denise Dresser, "el sistema de partidos funciona muy bien para la clase política, pero muy mal para la ciudadanía”.
José Woldenberg, ex presidente del IFE, señala que le preocupa “la retórica antipolítica que está creciendo entre nosotros".
MARCHITA NO QUIERE DECIR MUERTA
Esperanza Marchita no tiene rostro pero sí una historia interesante. Es de Chihuahua, tierra de mujeres que se hacen fuertes a base de luchas y abandonos. Se llama Esperanza porque, hace 23 años, nació el día en que dos políticos honestos decidieron que la derecha y la izquierda se iban a unir para combatir los fraudes electorales, y lo hicieron. En 1994, sus padres se afiliaron a Alianza Cívica, una asociación civil que peleó por la democracia. Celebró las derrotas del PRI y las victorias de la oposición. Creía en el futuro. Poco a poco se fue la ilusión. Ahora, además de corrupción, reina la inseguridad. “Mis padres –cuenta la joven- me pidieron que fuera candidata de los que se sentían defraudados por los partidos. A quienes lean esta carta les pido que si los candidatos no los convencen, escriban mi nombre en la parte inferior de la boleta. A lo mejor así, la clase política entiende su responsabilidad perdida. Recuerden, Marchita no quiere decir muerta. ¡Estoy bien viva!”
Joaquim ibarz