FAO y OCDE: la producción de alimentos crecerá a un ritmo más lento


La previsión de estos organismos es que la producción seguirá creciendo

POR PABLO DEHEZA

FAO y OCDE prevéen que América Latina incremente el superávit comercial de productos agrícolas

 



Fuente: La Razón

INFORME

Se prevé que América Latina incremente el superávit comercial de productos agrícolas en un 17%, llegando a un total del 40% hasta 2032. El trigo, el maíz y la soya disminuirán significativamente su crecimiento comercial.

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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), junto a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentaron su proyección sobre la producción y el comercio de alimentos para el periodo 2023-2032.

La previsión de estos organismos es que la producción seguirá creciendo, aunque lo hará a un ritmo más lento que en la década previa. Además de cambios en la demografía, juegan en contra el aumento en la incertidumbre como consecuencia de las tensiones geopolíticas, las condiciones climáticas adversas, las enfermedades de los animales y las plantas, y el incremento de la volatilidad de los precios de los principales insumos agrícolas.

Se calcula que la producción mundial de la agricultura, la ganadería y la pesca crecerán a una tasa media anual del 1,1 % durante el período que abarca el informe, la mitad del ritmo registrado en el decenio que finalizó en 2015. Se espera que el consumo alimentario total aumente un 1,3 % al año hasta 2032, lo que supone un incremento en la cuota de productos agrícolas utilizados como alimentos.

Estas predicciones asumen una rápida recuperación de las recientes tensiones inflacionistas, unas condiciones climáticas normales, la ausencia de cambios importantes en las políticas y una evolución de las preferencias de los consumidores en sintonía con las tendencias. La posibilidad de que las tensiones inflacionistas sigan siendo persistentes plantea riesgos a la baja en la demanda y la producción mundiales de alimentos.

El trigo, el maíz y la soya disminuirán significativamente su crecimiento comercial.
El trigo, el maíz y la soya disminuirán significativamente su crecimiento comercial. Foto La Razón-Archivo

“Las tendencias generales descritas en este informe apuntan en la buena dirección, pero deben acelerarse”, señaló el Qu Dongyu, director general de la FAO al presentar el informe. “Promover una transición más rápida tras unos sistemas agroalimentarios sostenibles reportará numerosos beneficios y contribuirá a abrir paso a una vida mejor para todos, sin dejar a nadie atrás”, afirmó.

“Las subidas de los precios de los insumos agrícolas registradas en los últimos dos años han suscitado preocupación por la seguridad alimentaria mundial”, dijo por su parte Mathias Cormann, secretario general de la OCDE. “La inversión en innovación, el aumento continuado de la productividad y las reducciones en la intensidad de carbono de la producción son necesarios para sentar las bases de la seguridad alimentaria, la asequibilidad y la sostenibilidad a largo plazo”, aseveró.

HALLAZGOS.

En la parte conclusiva, el informe se refiere a los principales productos alimentarios. Se estima que disminuirá la demanda de una mayor producción de cereales, debido en parte a que en muchos países el consumo alimentario per cápita de la mayoría de cereales está alcanzando niveles de saturación. En 2032, se calcula que el 41% del total de cereales se destinará directamente a consumo humano; el 37%, a piensos animales; y el resto a biocombustibles y otros usos industriales.

El crecimiento de la producción mundial de cultivos estará impulsado fundamentalmente por los continuos avances en el fitomejoramiento y una transición hacia sistemas de producción más intensivos. Se calcula que las mejoras en el rendimiento representarán el 79% del crecimiento de la producción mundial de cultivos; la expansión de las tierras de cultivo, el 15%; y la intensificación de los cultivos, el 6% durante el período que abarca el informe.

El crecimiento mundial del consumo de azúcar estará impulsado en su totalidad por África y Asia, donde se prevé un aumento de la demanda en zonas en las que el nivel de ingesta per cápita es actualmente bajo. Por el contrario, en los países de ingresos altos, el consumo continuará descendiendo.

Se estima que el consumo mundial medio per cápita de carne aumentará un 0,1% anualmente, el mismo estará impulsado fundamentalmente por los países de ingresos medios y bajos. A escala mundial, se prevé un aumento de la demanda de carne hasta el final de 2032, pero se calcula que los niveles de consumo per cápita en los países de ingresos altos descenderán en el próximo decenio.

El volumen de pescado disponible para consumo alimentario aumentará previsiblemente en todas partes, siendo en África donde lo hará más deprisa. Si bien el rápido crecimiento demográfico en esta región limitará los incrementos de consumo per cápita.

Se prevé un aumento anual del 1,3% durante el próximo decenio en la producción mundial ganadera y pesquera, un ritmo inferior al observado en el pasado reciente. Se estima que la carne de aves representará casi la mitad del incremento total de la producción de carne hasta el final de 2032.

La producción mundial de leche crecerá previsiblemente a un ritmo del 1,5% anual a lo largo del próximo decenio, correspondiendo más de la mitad de este incremento a la India y el Pakistán, que juntos representarán casi un tercio de la producción mundial de leche en 2032. Se prevé un ligero descenso de la producción de leche en la Unión Europea como consecuencia de la actual transición hacia sistemas de producción ambientalmente más sostenibles.

COMERCIO.

Se calcula que el comercio mundial de los productos agrícolas básicos que abarca el informe experimentará un aumento del 1,3% anual (la mitad del ritmo registrado en el decenio pasado) como consecuencia fundamentalmente de un menor crecimiento de la demanda por parte de los países de ingresos medios. El maíz, el trigo y la soya fueron los que más contribuyeron al crecimiento general del comercio agrícola el pasado decenio. Sin embargo, se estima que en los próximos 10 años serán los que mayor caída experimenten en el crecimiento comercial.

Tras convertirse en una importadora neta de productos agrícolas básicos en los últimos años, la subregión de Asia meridional y sudoriental seguirá previsiblemente aumentando sus importaciones netas como consecuencia, fundamentalmente, del continuo y fuerte incremento de la demanda dentro de la subregión.

El déficit comercial de África subsahariana en los principales productos alimentarios se duplicará previsiblemente para 2032, reflejando en gran parte el rápido crecimiento demográfico en comparación con otras regiones.

En América Latina, el superávit comercial de productos agrícolas se espera que aumente un 17%, elevando al 40% la cuota de producción agrícola exportada para 2032.

Se estima que América del Norte seguirá siendo el segundo mayor exportador de productos básicos agrícolas a los mercados mundiales en los próximos 10 años, pero se prevé que el fuerte crecimiento del consumo interno reduzca ligeramente su posición de exportación neta. El sector agrícola de la región puede desempeñar un papel fundamental de estabilización permitiendo ampliar la producción para normalizar los ciclos de precios elevados.

El volumen de pescado disponible para consumo alimentario aumentará previsiblemente en todas partes, siendo en África donde lo hará más deprisa.
El volumen de pescado disponible para consumo alimentario aumentará previsiblemente en todas partes, siendo en África donde lo hará más deprisa.

DESAFÍOS.

El mundo se enfrenta a una serie de grandes desafíos. El primero es el hambre mundial, la inseguridad alimentaria y la desnutrición. El último informe sobre el estado de la inseguridad alimentaria y la nutrición en el mundo de la FAO estimó que en 2021 había entre 702 y 828 millones de personas desnutridas. También estimó que en 2020 alrededor del 22% de los niños menores de cinco años tenían retraso del crecimiento, 7% presentaban emaciación, 6% sobrepeso y casi 3.100 millones de personas no podían permitirse una dieta saludable.

Otro desafío es que el mundo continúa atravesando una fase de rápido crecimiento demográfico. La población mundial aumentó de unos 2.500 millones de personas en 1950 a 8.000 millones en 2022 y se prevé que alcance los 8.500 millones en 2030 y los 9.700 millones en 2050. Se espera que la demanda de alimentos aumente sustancialmente a medida que aumente la población mundial y aumenten los ingresos. También se espera que los sectores agrícolas, incluidos la silvicultura y la pesca, produzcan más productos no alimentarios destinados a la energía. Al mismo tiempo, los recursos naturales de los que depende la agricultura, como la tierra, el agua y el suelo, están cada vez más amenazados por la degradación ambiental y el cambio climático.

El cambio climático ya comenzó a afectar significativamente a la agricultura. Las temperaturas, los patrones de precipitación, la disponibilidad de agua, los niveles del mar, la salinización, así como la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, están cambiando, con profundos impactos en los sectores agrícola, ganadero, forestal y pesquero. Muchos de los países y poblaciones más afectados por el cambio climático son aquellos que ya padecen inseguridad alimentaria y malnutrición.

INICIATIVA.

La FAO está organizando la primera Conferencia Mundial sobre la Transformación Sostenible de la Ganadería, del 25 al 27 de septiembre de 2023 en la sede de la organización en Roma. El evento proporcionará un foro neutral para que los representantes de los miembros de la FAO, las organizaciones de productores, las instituciones académicas y de investigación, las agencias de desarrollo, las organizaciones de la sociedad civil y los organismos del sector privado participen en diálogos sobre innovaciones y vías para producir de manera eficiente fuentes animales más nutritivas, seguras y accesibles. alimentos con una huella ambiental reducida, y contribuir a sistemas ganaderos locales y diversificados vibrantes que son más resistentes a los impactos y las interrupciones.

En este marco, la FAO busca ayudar a sus miembros a enfrentar estos desafíos a través de su Marco Estratégico 2022-2031, que es un plan de acción de diez años que se basa en las cuatro aspiraciones principales: una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medioambiente y una vida mejor. Alinea el trabajo general de la FAO con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los sistemas ganaderos sostenibles juegan un papel importante en el logro de cada una de estas cuatro metas.

Los sistemas de producción ganadera sostenible desempeñan un papel clave para la seguridad alimentaria y la nutrición, los medios de vida, el empleo y el trabajo decente, los servicios ecosistémicos y la gestión sostenible de los recursos naturales. El estiércol de ganado es una fuente crítica de fertilizante orgánico. A nivel mundial, cientos de millones de pastores dependen de sus rebaños para obtener alimentos, ingresos y como reserva de riqueza, garantía o red de seguridad en momentos de necesidad. El ganado es un activo importante para las comunidades vulnerables.

Además, los sistemas de producción ganadera tienen el potencial de contribuir a la conservación de la biodiversidad y al secuestro de carbono en los suelos y la biomasa. En entornos hostiles, como las montañas y las tierras secas, el uso del ganado suele ser la única forma de convertir de manera sostenible los recursos naturales en alimentos, fibras y fuerza de trabajo para las comunidades locales.

Fuente: La Razón


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