Volatilidad e incertidumbre, el panorama de la economía en 2024


El crecimiento en 2024 será de las economías emergentes

POR PABLO DEHEZA

Los economistas en jefe encuestados por el Foro Económico Mundial prevén que el crecimiento en 2024 será aportado por las economías emergentes.

Fuente: La Razón



INFORME

Los economistas en jefe encuestados por el Foro Económico Mundial prevén que el crecimiento en 2024 será aportado en mayor parte por las economías emergentes, frente a una marcada desaceleración entre los países más desarrollados.

Si se busca un resumen de una sola palabra de lo que le espera a la economía mundial el próximo año, bien podría ser: volatilidad. Una de las mayores fuentes de esta volatilidad será la variable geopolítica, según los jefes de economía encuestados por el Foro Económico Mundial.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

El último reporte de la publicación periódica, “Perspectivas de los Jefes de Economía”, también establece matices. Insinúan probables cambios positivos, incluidas caídas de la inflación y una desaceleración en los incrementos de las tasas de interés por parte de los bancos centrales.

Los jefes de economía o economistas en jefe, se desempeñan en un trabajo de un solo puesto que tiene la responsabilidad principal del desarrollo, coordinación y producción de análisis económicos y financieros. Se distingue de los otros puestos de economista por el alcance más amplio de responsabilidad que abarca la planificación, supervisión y coordinación de la investigación económica. Los jefes de economía trabajan principalmente en bancos e instituciones gubernamentales. En la década de 2010, el puesto se estableció en grandes empresas de Internet como Google y Microsoft. Además, comenzó una tendencia en las empresas de datos y servicios financieros a utilizar este perfil de profesionales en funciones de atención al cliente y a los medios para ayudar a ubicar los datos en un contexto económico más amplio.

A continuación, les presentamos las principales conclusiones de la edición de septiembre de “Perspectivas de los Jefes de Economía”.

La encuesta se lanzó en medio de una desaceleración del impulso global y una continua incertidumbre económica. A pesar de que las preocupaciones sobre una recesión parecen haberse aliviado, las previsiones siguen siendo anémicas: seis de cada diez economistas en jefe esperan que la economía mundial se debilite durante el próximo año.

VOLATILIDAD.

Se prevé que los factores políticos tengan una influencia importante en la evolución económica mundial durante el próximo año, y una gran mayoría de los encuestados espera que la geopolítica (90%) y la política interna (79%) sean una fuente de volatilidad.

A nivel regional, las perspectivas de crecimiento siguen siendo irregulares. Los encuestados siguen viendo el crecimiento más fuerte en Asia durante el resto de 2023 y hasta 2024, con la notable excepción de China, donde las perspectivas de un fuerte repunte se han visto empañadas por presiones deflacionarias. En EEUU, las perspectivas se han fortalecido significativamente desde la encuesta de mayo de 2023, y aproximadamente ocho de cada diez encuestados esperan ahora un crecimiento moderado o fuerte en 2023 y 2024. En Europa, alrededor del 77% todavía espera un crecimiento débil o muy débil este año. Sin embargo, de cara a 2024, los encuestados señalan una mejora significativa de las perspectivas por primera vez en años.

La encuesta revela algunos signos de optimismo sobre el probable alivio de las presiones inflacionarias. Aunque, a nivel regional, los jefes de economía esperan que las preocupaciones inflacionarias persistan este año, el 86% de los encuestados dice que lo peor del aumento inflacionario habrá pasado dentro de un año. Esta mejora de las perspectivas está impulsada por las expectativas en una variedad de áreas, incluido un crecimiento salarial más débil (72%), condiciones más flexibles en el mercado laboral (68%) y la disminución de las presiones en la cadena de suministro (61%).

También puede leer: Felicidades, Santa Cruz: presente y futuro del país

La mejora de las expectativas de inflación se refleja en las opiniones de los jefes de economía sobre la trayectoria futura de la política monetaria. Los encuestados son casi unánimes (93%) en esperar que el ritmo de ajuste se desacelere en las economías propensas a la inflación y esperan que la política monetaria global se vuelva menos sincronizada en el próximo año (78%).

Los jefes de economía siguen destacando los efectos colaterales potencialmente perjudiciales del endurecimiento prolongado de las condiciones financieras. Entre ellos se incluyen el endurecimiento de las condiciones crediticias, el aumento de los impagos de la deuda corporativa y la perspectiva de correcciones en los mercados inmobiliario y de valores.

Muchos de los vientos en contra que continúan azotando a la economía global tienen un impacto particularmente agudo en los países en desarrollo.

Los jefes de economía encuestados comparten una imagen algo pesimista de la trayectoria actual del desarrollo global. La mayoría de los encuestados espera que el progreso futuro hacia los objetivos de desarrollo se vea socavado por tensiones geopolíticas (74%) y condiciones financieras más estrictas (59%), mientras que solo una minoría espera ver una cooperación más fuerte (41%) y un aumento de los flujos de capital privado (30%) entre economías avanzadas y en desarrollo.

Sin embargo, si se pueden desbloquear los flujos de capital privado, los jefes de economía parecen optimistas sobre su eficacia para impulsar el progreso en una amplia gama de categorías relacionadas con el desarrollo. Esto es particularmente cierto en relación con la transformación digital (97%), el acceso y la asequibilidad de la energía (76%), los sistemas alimentarios y la nutrición (67%) y el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación (67%).

INCERTIDUMBRE.

Las perspectivas económicas mundiales siguen siendo anémicas: seis de cada diez encuestados en la última encuesta de jefes de economía esperan que las condiciones generales se debiliten durante el próximo año. La incertidumbre en torno a la trayectoria de la economía mundial sigue siendo elevada a pesar de que los temores de una recesión mundial parecen haberse aliviado o de que se espera que muchas regiones registren un modesto repunte de las tasas de crecimiento en 2024. Los vientos en contra a nivel mundial persisten y las perspectivas de una recuperación más sólida el próximo año se han atenuado, sobre todo debido a las crecientes preocupaciones sobre la vitalidad de la economía de China tras su reapertura posterior a la pandemia a comienzos de 2023.

Una fuente notable de incertidumbre es el impacto de los factores políticos en la economía mundial. En encuestas sucesivas, los jefes de economía han llamado la atención sobre el efecto desestabilizador de las crecientes tensiones geopolíticas y geoeconómicas. Este sigue siendo el caso en la última encuesta, donde el 90% de los encuestados espera que los factores geopolíticos sean una fuente de volatilidad económica global en el próximo año. En particular, solo una proporción ligeramente menor (79%) dice lo mismo sobre los factores políticos internos. Esta cifra puede verse influida por el inminente inicio de un ciclo electoral en Estados Unidos que, según se espera, tendrá consecuencias inusuales. Sin embargo, también apunta a una tendencia más amplia en los últimos años en la que la economía global se ha convertido en el foco de una mayor atención política interna en muchos países.

La expectativa de los jefes de economía de unas condiciones globales más débiles se refleja en las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que advierten sobre una desaceleración del impulso y riesgos a la baja inminentes a pesar de una modesta mejora al 3% en su pronóstico para el crecimiento global en 2023. Sin embargo, el pronóstico para la economía global oculta una creciente divergencia en las perspectivas de crecimiento en todo el mundo. El FMI señala que el crecimiento global actualmente depende en gran medida de las expansiones que se registran en la mayoría de las economías emergentes y en desarrollo, mientras que hay una desaceleración continua en el 93% de las economías avanzadas.

Además del repunte del consumo interno más lento de lo esperado a principios de este año, las perspectivas económicas de China se han visto empañadas por presiones deflacionarias y signos de fragilidad en el crucial mercado inmobiliario. Los volúmenes comerciales también se han desplomado, con las importaciones cayendo un 12,4% y las exportaciones un 14,5% en el año hasta julio de 2023. Si bien los efectos inmediatos de esta debilidad ya se están sintiendo en los vecinos regionales de China, una desaceleración aguda y sostenida en China correría el riesgo de tener efectos colaterales más amplios, alimentando una incertidumbre aún mayor sobre las perspectivas a mediano plazo para la economía global.

 

INFLACIÓN.

Un acontecimiento positivo para la economía mundial en los últimos meses ha sido la moderación de las tasas generales de inflación. Los efectos de base explican gran parte de esto, ya que los fuertes aumentos de precios en 2022 han desaparecido del horizonte de 12 meses de la tasa de inflación. Sin embargo, también refleja el impacto del rápido ajuste monetario, así como la normalización de las condiciones de la cadena de suministro, la relativa estabilidad de los mercados mundiales de alimentos y energía y el contagio de las presiones deflacionarias de China.

El alivio de las presiones inflacionarias se refleja en la encuesta de los jefes de economía, con una marcada disminución desde mayo en la proporción de encuestados que esperan una inflación alta o muy alta este año. La gran mayoría de los encuestados (86%) también dice que lo peor del aumento inflacionario habrá pasado dentro de un año. Las condiciones del mercado laboral contribuyen a esto, particularmente en las economías avanzadas, donde alrededor de siete de cada diez jefes de economía esperan mercados laborales más flexibles y un crecimiento salarial más débil. Además, la mayoría de los encuestados (61%) espera que las interrupciones en la cadena de suministro se vayan superando.

POLÍTICA.

Como se señaló anteriormente, el endurecimiento brusco y sincronizado de la política monetaria de los bancos centrales parece haber logrado evitar que las expectativas de inflación se desanclen y, en la mayoría de los casos, ha atenuado las presiones inflacionarias durante el último año. Ese éxito ha llevado a un creciente debate sobre el ritmo y el momento de cualquier cambio hacia una postura de política monetaria más flexible, particularmente en los primeros meses de 2023, cuando había mayores preocupaciones sobre los riesgos que planteaban las altas tasas de interés para la estabilidad bancaria y el crecimiento global.

En la última encuesta, los jefes de economía son casi unánimes (93%) en esperar que se desacelere el ritmo de aumento de las tasas de interés en las economías propensas a la inflación. También esperan que las particularidades de las economías individuales vuelvan a pasar a primer plano: casi el 80% de los encuestados dicen que esperan ver una menor sincronización de la política monetaria entre los bancos centrales en el próximo año.

Los efectos del reciente ajuste monetario y financiero los sienten cada vez más tanto las empresas como los hogares. La abrumadora mayoría de los jefes de economía (85%) destacó el endurecimiento de las condiciones crediticias para las empresas como el impacto adverso más probable de las condiciones financieras durante el próximo año.

Fuente: La Razón