Entre liberales y libertarios


En los últimos meses, a raíz de las elecciones que se vienen desarrollando en un país vecino, surgieron diferentes controversias con relación al modelo económico a ser aplicado, surgiendo nuevamente el viejo debate referido al tamaño y participación del estado en la actividad económica, controversia que está acompañada por la disputa filosófica entre el liberalismo, libertarismo, keynesianismo y socialismo.

Las diferencias son marcadas y conocidas entre lo que representa el liberalismo, keynesianismo y socialismo, pero existen rasgos comunes entre el liberalismo y el libertarismo, por lo que surge la interrogante ¿en qué se diferencian los liberales de los libertarios?



Smith y Friedman, entre otros, fueron precursores de la economía de mercado en momentos diferentes de la historia, promoviendo el liberalismo económico y cuestionando el tamaño del estado. Uno de los programas que promocionó el liberalismo fue la serie “Libre para elegir”, presentado por Milton Friedman, mediante la cual exponía los valores de la libertad; personal, política y económica, realizando una crítica sistemática al keynesianismo y por supuesto al socialismo.

Las raíces del libertarismo, corriente filosófica dentro de la política, fue acuñada en la época de la ilustración del siglo XVII, postulando la libertad individual como el valor político supremo en el cual las personas deben tomar decisiones por sí mismas y no forzar sus decisiones sobre otros.

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Ambas corrientes tienen rasgos comunes, pero con algunas diferencias en cuanto al estado, individualismo y la propiedad. Con relación al estado los liberales afirman que es un mal necesario, pero que su intervención en la actividad económica debe ser limitada. Dichos postulados fueron establecidos por la corriente liberal y neoliberal en la región, principalmente en la etapa posterior a la crisis económica generada por la deuda.

Los libertarios, por su parte, consideran que lo mejor es que no exista un estado, restringiendo de esta manera la implementación de políticas públicas que puedan dinamizar la economía y favorecer a sectores vulnerables, en un extremo, no habría ningún tipo de regulación y con el riesgo de desequilibrios del mercado los cuales por si solo debería autorregularse.

Con relación a la libertad individual, los liberales abogan por la igualdad social y económica, pero con respeto pleno a las libertades de los individuos, poniendo énfasis en el respeto a la propiedad privada de los medios de producción. En este aspecto, los libertarios enfatizan la libertad del individuo, combinando la defensa del mismo como ente capaz de incidir favorablemente en la actividad económica, en el cual los intereses individuales están por encima del bienestar colectivo.

Respecto a las desigualdades en la sociedad, los liberales apoyan la intervención del gobierno para coadyuvar y reducir las desigualdades sociales, mediante la adopción de algunas medidas en favor de ese sector y en las cuales puedan ser afectados algunos recursos públicos. Por su parte, los libertarios priorizan los derechos de propiedad privada, más allá de las desigualdades sociales, es decir, que cualquier medida aplicada por el gobierno no debería tener ningún efecto en la propiedad privada ni individual, sin existir obligación alguna (tributos), salvo que sea de tipo voluntario.

El liberalismo es un modelo que fue aplicado en la región, mediante la adopción de medidas en el marco de la economía de mercado, en tanto que la corriente libertaria es una idea extrema liberal, inaplicable a la realidad de cualquier estado.

Gustavo Gómez es economista

 

 


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