Lais Abramo; “Las mujeres dedican el doble de horas al trabajo de cuidados”


Trabajo. La autoridad brasileña dice que la mujer debe integrarse más al campo laboral, mediante políticas públicas que la liberen de la carga en el hogar. El trabajo no remunerado en la región equivale al 20% del PIB

Raúl Domínguez

Lais Abramo habla de la incorporación de la mujer a escenarios laborales
Lais Abramo habla de la incorporación de la mujer a escenarios laborales

Fuente: El Deber

La brasileña es titular de la Secretaría Nacional de Políticas de Cuidado y Familia del Ministerio de Desarrollo, Asistencia Social, Familia y Combate al Hambre del Gobierno Federal de Brasil. Estuvo en Santa Cruz, invitada por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), para la presentación de los resultados de la Encuesta Urbana de Uso del Tiempo 2023, un inédito estudio sobre la desigualdad laboral en Bolivia.



¿En qué consiste la Política Nacional de Cuidados que se implementa en Brasil?

En Brasil, como en todos los países de América Latina, el trabajo de cuidados es fundamental para la reproducción de la vida, para el bienestar de las personas y para el funcionamiento de las sociedades y de las economías. Una parte muy importante de ese trabajo, sigue siendo realizada por las familias y, en su interior, por las mujeres, muchas veces sin ningún reconocimiento.

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El trabajo de cuidados es ese trabajo cotidiano de organizar la casa, producir la alimentación, cuidar a los niños, cuidar a una persona mayor que tiene dificultades para las actividades básicas de la vida diaria o que tiene alguna discapacidad. Todo eso, en nuestra sociedad, no se reconoce como un trabajo, pero significa una gran inversión de tiempo de las mujeres. La encuesta que acaba de ser divulgada (por el Cedla) muestra que las mujeres dedican el doble de horas a ese tipo de trabajo, en comparación con el trabajo que realizan los hombres.

En Brasil sucede lo mismo y en muchos países de América Latina hasta se triplica ese tiempo. Entonces, ese es un gran problema porque impide a las mujeres ejercer sus derechos en otros ámbitos de sus vidas, como concluir su educación, formarse profesionalmente o ingresar al mercado laboral. Por eso es que en Brasil y en varios países de América Latina, se ha empezado a construir lo que llamamos una Política Nacional de Cuidados, que es entender que ese trabajo no debe sobrecargar a las familias y a las mujeres. Existen familias que pueden contratar a una trabajadora del hogar y eso permite tener más tiempo para buscar un empleo, pero la compra de ese servicio lo puede hacer solo una parte de las familias. Y eso es lo que pretendemos transformar con esa Política Nacional de Cuidados.

¿Cómo se podría llegar a un equilibrio si la mayoría de las familias no puede contratar ese tipo de servicios?

Primero, tiene que haber una redistribución de ese trabajo de cuidados, entre hombres y mujeres al interior de las familias. Segundo, aquí hay una responsabilidad del Estado, de las empresas y de las comunidades.

Existe una serie de servicios, que son fundamentales y que pueden transformar bastante esa realidad. Por ejemplo, los servicios de cuidado infantil, las salas cunas (guarderías), que son muy importantes para el desarrollo psicológico, físico y emocional de los niños; son servicios que liberan el tiempo de las familias, principalmente de las mujeres.

Para las personas mayores, en Brasil y en varios países, existen los Centros de Día, pero todavía con una oferta muy insuficiente. Son lugares vinculados a políticas públicas, en los cuales una persona mayor, puede pasar el día haciendo actividades deportivas, culturales, conviviendo con otras personas, porque uno de los temas que afecta a la vejez es la soledad. Hablando de las empresas, por ejemplo, ahí entran las licencias de maternidad para las mujeres cuando está embarazada o tiene un hijo, recibiendo la integridad de su sueldo.

Otra cosa importante que libera el tiempo de la mujer son los restaurantes populares, las cocinas comunitarias, las lavanderías colectivas, en las que tiene que participar la comunidad.

¿Cómo puede impactar todo esto en la economía de un país?

Cuando uno habla del Producto Interno Bruto (PIB), se trata de la suma, de todos los bienes y servicios que se ha producido en un país o en una región. Pero en eso no se cuenta la cantidad enorme de bienes y servicios como hacer una sopa, que es un bien que va a ser consumido; lavar una ropa, que es un servicio, una otra economía invisible o sumergida.

Uno de los resultados importantes de la encuesta que fue divulgada es que en Bolivia, al día, hay 17 millones de horas de trabajo no remuneradas, en las cuales es mucho mayor la presencia de mujeres. Haciendo un equivalente monetario, es muy impresionante ver que el trabajo no remunerado equivale al 20% del PIB. En México eso es un 26%, más que lo que produce la industria petrolera.

Uno entonces puedes decir: universalizar el servicio de jardín infantil en Bolivia o en Brasil cuánto costaría, yo creo que el cálculo sería 1,2% del PIB, pero eso genera mucho empleo formal, con posibilidades de que sea ocupado por mujeres y aumentaría la recaudación tributaria.

Las necesidades de cuidado van a aumentar. En Brasil, por ejemplo, se proyecta que en los próximos 20 años se va a triplicar el número de personas de 80 años. Entonces, si no enfrentamos ese tema ahora, estamos creando una bola de nieve.

Por eso, las políticas públicas son tan fundamentales, pero también las empresas tienen un rol muy importante, tienen que entender eso muchas veces, porque para una empresa tener 40 años eres considerado viejo. Hay que entender que la sociedad está envejeciendo.

Fuente: El Deber