Por: Teresa Gutiérrez Vargas
En los últimos meses, el liderazgo político cruceño ha sido duramente cuestionado por la confrontación entre las autoridades que nosotros mismos hemos elegido. Las acusaciones permanentes que parecen disparar misiles a quema ropa, entre unos y otros, quienes defienden su verdad a ultranza, y, además, están aquellos que acusan de enemigo de Santa Cruz a todo aquel que le hace sombra.
Mientras esto sucede, Santa Cruz sigue perdiendo líderes valiosos, personas a las que, después que parten de esta vida, recién se acuerdan de otorgarles honores póstumos. A los cruceños nos hace falta querernos un poco más entre nosotros y saber reconocer al prójimo que aporta positivamente a nuestra sociedad. Bien se ha hecho popular la frase: “El peor enemigo de un cruceño, es otro cruceño”, y ha quedado demostrado, desde el momento en que fueron los mismos cruceños que permitieron el debilitamiento y la división de la institucionalidad, tal cual lo hicieron las prácticas del masismo cuando tomó el poder nacional. ¿Compartirán el mismo asesor?
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Hombres como Sergio Antelo y Herland Vaca Díez, no nacen todos los días en esta nuestra noble tierra, y estos eran de los pocos que promovían liderazgos basados en ideología y la búsqueda del bien común de la sociedad. Este par de Cambas de pura cepa, fueron promotores de sabiduría, cultura e identidad y la protección de nuestros recursos naturales; regalaban libros, banderas cruceñas y no llaveros, ni poleras con su rostro impreso.
Fueron hombres de palabra y no se les conoció la mezquindad cuando se trataba de meter la mano a sus propios bolsillos y arriesgar el pellejo en la defensa de los intereses cruceños.
Como bien dijo una vez el arquitecto Sergio Antelo: “No nos impresionan los cruceñistas de mentira, cuyo patriotismo se halla en el fondo de sus propios bolsillos, los verdaderos cambas deben colocar los intereses del pueblo por encima de sus propios intereses ¡LAS PATRIAS SE CONSTRUYEN PONIENDO, NO SACANDO!”. Hoy, los cruceñistas de mentira no solo han dinamitado la institucionalidad y hoy hasta amenazan con urbanizar el cordón ecológico del rio Pirai.
El Dr. Vaca Diez en una de sus últimas entrevistas públicas sentenció «Santa Cruz está perdiendo su oportunidad por la ambición» y lo cierto es que en realidad Santa Cruz necesita nuevos liderazgos que la guíen hacía el desarrollo sostenible, que promuevan la verdadera unidad, pero no en torno a sí mismos, ni tampoco líderes improvisados, sino más bien líderes con formación política y ambiental, con conocimiento profundo de nuestra historia para no repetir los errores del pasado.
Los viejos líderes políticos deben aprender a dar un paso al costado y convertirse en maestros, y no candidatos que dividirán el voto y fracasarán por enésima vez, llevándonos nuevamente a la orilla del abismo.