Cuál es el significado de su nombre, dónde está el más antiguo y otros datos interesantes más
El Ceiba speciosa, popularmente llamado toborochi, llena de color el paisaje citadino /Jorge Gutiérrez
Cuando la mayoría de los árboles quedan desnudos y el viento de otoño barre sus hojas teñidas de café, en contrasentido, el toborochi llena de vida el paisaje cruceño. Sus bellísimas flores, la mayoría en tono rosa, contrastan con el azul del cielo.
El toborochi es un árbol del género ceiba, que pertenece a la familia Malvaceae. Se tiene registro de 48 especies, de las cuales 8 se dan en nuestro país: boliviana, samauma, publiflora, pentandra, speciosa, chodatii, insignis y glaziovii.
Alfrombra de flores de toborochi, en la zona del Avión Pirata / Ricardo Montero
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A continuación 7 curiosidades sobre nuestro toborochi:
1. Su nombre viene del bésiro chiquitano y significa vientre prominente.
2. Es el rey del otoño porque florece luego de perder todas sus hojas. Sus bellísimas flores estrelladas pueden ser rosadas, blancas, amarillas y lilas.
3. El toborochi más antiguo está en la plaza del Cementerio, se cree que tiene una data de unos 100 años. Lo plantó un naturalista Benjamín Burela.
4. Este árbol es parte de la cultura cruceña y está tan arraigado que incluso figura en el escudo cruceño, comparte protragonismo junto con la cruz potenzada, la torre, el león y las palmeras.
5. Es nativo de las selvas tropicales y subtropicales de Sudamérica y también recibe otros nombres como palo borracho, árbol botella o árbol de lana.
6. El toborochi rosado (Ceiba speciosa) es la especie más común que existe en la ciudad. Se caracteriza por tener una flor de color rosado intenso y los pétalos ondulados en los bordes, lo que le da una apariencia arrugada.
7. Las especies amarillo y rosado, están floreciendo dos veces y cuatro veces al año, respectivamente. Deberían florecer una sola vez al año, para tener muchos frutos y semillas.
Los toborochis tienen un proceso adaptativo. Apenas sienten el frío, pierden las hojas y florecen. Con el cambio climático (regional) los vientos de la ciudad ya no son húmedos como antaño, sino secos, y estas especies, al notarlo, reducen su metabolismo. No crecen y desprenden las hojas más rápido con el afán de prolongar la especie.
El Ceiba speciosa puede llegar a medir más de 20 metros y desarrollar abultamiento de reserva en el tronco