Productores de soya, sorgo y maíz advirtieron que bajará la producción de estos alimentos por la falta de lluvias y también indicaron que se han incrementado los precios de los insumos para la producción.
eju.tv / Video: Canal Rural
Juan Carlos Véliz / La Paz
La falta de lluvias y la escasez de dólares están afectando gravemente la producción agrícola en Bolivia. Estos dos factores combinados han generado una disminución significativa en los cultivos y han encarecido los alimentos, según los actores involucrados en el rubro.
«Vemos que la siembra arrancó dentro de la ventana de siembra que normalmente permite que sea la época óptima de siembra, pero se ha parado en algunas zonas porque no hubo lluvia. La disparidad de las lluvias ha hecho que varias zonas paren de sembrar la soya que se puede sembrar en invierno, eso preocupa porque nuevamente el efecto será sobre las exportaciones porque son excedentes que producen en invierno y puede haber también un impacto en la producción de semillas», informó el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Fernando Romero, en una entrevista con Canal Rural Bolivia.
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La zona conocida como Norte Integrado en el departamento de Santa Cruz y que comprende los municipios de Santa Cruz de la Sierra, Cotoca, Porongo, La Guardia, El Torno, Warnes y Okinawa se caracteriza por una doble producción anual de soya; sin embargo, este proceso se vio interrumpido debido a que en la campaña de invierno la siembra llegó apenas al 40% debido a la falta de lluvias.
Los productores de oleaginosas ya afrontaban una crisis en la producción de soya como consecuencia de la reducción productiva de al menos 800 mil toneladas en la campaña de verano 2022-2023. Esta merma dejó más de 300 millones de dólares como consecuencia de la sequía.
«La siembra está paralizada porque hay una sequía marcada, si bien tuvimos las últimas lluvias a finales de junio benefició a una parte del norte (integrado), pero hay otro sector donde ha llovido muy poco y no fue suficiente, además ya estamos desfasados en la época de siembra. El clima no nos está ayudando y es muy probable que en la campaña de invierno no se logre completar la meta establecida», advirtió el vicepresidente de la Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (CAPPO), Demetrio Pérez.
La sequía no sólo afectó a la producción de soya sino también a otros cultivos como el sorgo y el maíz.
Especialistas en el sector han alertado que como consecuencia de la disminución en la producción bajarán las exportaciones hasta en 900 millones de dólares y tendrá un impacto directo en la economía nacional que actualmente requiere divisas extranjeras.
Asociación de Productores de Maíz y Sorgo (Promasor) advirtió la pasada semana que esta año habrá un déficit de 600 mil toneladas en la producción de maíz.
Este dato encendió las alarmas de sectores que depende de la producción nacional como los avicultores y lecheros que han solicitado al Gobierno que se permita la importación de maíz.
«El año pasado se han sembrado 500 mil hectáreas de sorgo, se ha tenido una producción de 1,5 millones de toneladas, pero este año debido a la sequía hemos tenido una reducción en área de 35% y también se ha sumado por sequía la disminución de la productividad, eso nos hace estimar que vamos a tener en esta campaña de invierno cerca de 500 mil toneladas de sorgo y comparado con el año pasado significa una reducción de 1 millón de toneladas menos que se producirá», refirió el gerente de Anapo, Jaime Hernández
Los efectos de la escasez del dólar
A los golpes del clima se suma otro factor: la escasez de dólares incrementó los insumos para la producción de los alimentos lo que ha generado que muchos productores alquilen sus propiedades o abandonen la producción.
«En algunos municipios hay muchas parcelas que se están poniendo en alquiler, gente que está pensando cambiar de rubro porque no encuentra el alivio financiero que le permita equilibrar en un corto plazo sus finanzas y por otro lado tener las líneas para producir», afirmó Romero.
Bolivia afronta una escasez de las divisas extranjeras esencialmente en el sistema financiero oficial lo que ha fortalecido el mercado informal o paralelo que ofrece cotizaciones que superan los Bs 10.50 mientras la cotización oficial es de Bs 6,96 para la venta.
«Tenemos insumos más caros y eso afecta al costo de producción», alertó el presidente de Anapo.
Los productores avícolas y lecheros también sufren los impactos de la subida del dólar.
«Tenemos inestabilidad de precios y cuando un país está inestabilizado tenemos un carnaval de precios hace tres meses el sorgo estaba en 42 bolivianos y ahora está cerca de los 80 bolivianos, y ya existe especulación», denunció Javier Velarde, directivo de la federación de productores de leche de Santa Cruz.
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El investigador de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), Marín Condori, alertó que la caída de la producción y la escasez de dólares provocarán irremediablemente el incremento de precios de los alimentos.
«El hecho de que pueda faltar alimentación para los animales y para nosotros prácticamente va a encarecer el producto final, estoy seguro que habrá una subida de los precios por este tema de la escasez de los alimentos, por otro lado también está asociado con el dólar, la falta de dólar hace que encarezca también de manera que el agricultor pueda hacer las peripecias para encontrar dólar paralelo para seguir importando algunos insumos que necesita para la producción», afirmó.
Desde el Gobierno se indica de que se garantizará la seguridad alimentaria y que si bien existe un mercado paralelo de dólares también existe la liquidez en el sistema financiero oficial.