Hay familiares de víctimas que se apoyan y orientan

Decenas de desapariciones suelen reportarse año tras año en Bolivia. Ante ello, familiares de las víctimas se organizaron para brindarse apoyo, pero también acompañar y orientar a otros papás y mamás que afrontan esta situación.

Es el caso de la Asociación de Apoyo a Familiares de Víctimas de Trata y Tráfico de Personas (Asafavittp), conformada por progenitores que se organizaron para continuar con la búsqueda permanente de sus seres queridos.

María Rita Hurtado, presidenta de esta organización, señala que muchas madres y padres sufren por la desaparición de sus hijos, peor aún cuando no se activa la búsqueda respectiva por las autoridades competentes.

Explica que, si bien como sociedad civil no tratan de reemplazar el trabajo policial, el fin es coadyuvar en la búsqueda y orientar en los pasos a seguir cuando desaparece un familiar.

“Damos charlas, talleres y hacemos los pegados para que la sociedad nos empiece a apoyar cuando estamos con víctimas desaparecidas.

Hacemos la ayuda entre nosotros, porque realmente el país está en decadencia y no hay los resultados esperados. Entonces, las familias que tienen personas desaparecidas sufren el doble, porque no solo dejan de trabajar, sino que uno de los esposos tiene que dedicarse a la búsqueda”.

Nancy Alé, de la Red Boliviana contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes (RBcTTP), dice que en Bolivia se tienen “muchísimos casos” de mamás que siguen buscando a sus hijos por más de 20 años.

“De hecho Juliana, que es el nombre que lleva una aplicación en Bolivia que busca personas desaparecidas, es una niña que desapareció ya hace más de 18 años. Ahí tenemos también una debilidad del Estado de no comprender que las víctimas no son solamente las personas desaparecidas, sino las familias”.

PROBLEMAS

Añade que las familias encuentran varias dificultades, primero para presentar las denuncias, segundo para lograr que se active el mecanismo de búsqueda y rescate, y tercero, para darle continuidad a estos procesos que implican gastos.

“Muchos de ellos son de contextos de pobreza, por ahí no con la mejor información, entonces no comprenden bien el sistema, primero policial y después judicial al que deben entrar y pues terminan en muchos casos abandonando la investigación y siendo ellos quienes asumen la búsqueda, que con el tiempo queda ahí”.