Economista afirma que pregunta reformulada para el referéndum sobre la subvención genera más incertidumbre

El Gobierno reformuló la pregunta sobre la subvención de los carburantes, de plantear la eliminación de este subsidio pasó a preguntar si el soberano está de acuerdo con un levantamiento gradual de la subvención.

En Bolivia, la gasolina y el diésel tienen los precios congelados debido a la subvención del Estado. / Foto: Archivo

eju.tv
Juan Carlos Véliz / La Paz



El presidente Luis Arce modificó la pregunta del referéndum sobre la subvención de hidrocarburos. De la propuesta de eliminar la subvención en una primera instancia pasó a un levantamiento gradual de esta medida. Para el economista Fernando Romero, este cambio no resuelve los temas estructurales en materia de hidrocarburos y aumenta la incertidumbre.

«En primer lugar reitero que el Gobierno nacional se está equivocando al preguntar algo tan importante y estructural como es la subvención a los hidrocarburos, cuya decisión debía ser netamente técnica y hecha por el ministerio de Economía, YPFB, ministerio de Hidrocarburos, ANH y otras instancias competentes, y que conocen del tema, por ende hacer que decida la población que en su mayoría está desinformada al respecto y además que puede decidir políticamente no es lo más óptimo», evaluó el presidente del Colegio de Economistas de Tarija en un análisis realizado para eju.tv.

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El órgano Ejecutivo remitió al Tribunal Constitucional las siguiente preguntas para el respectivo control constitucional: «¿Usted está de acuerdo con levantar gradualmente (es decir poco a poco) la subvención a la gasolina especial? ¿Usted está de acuerdo con levantar gradualmente (es decir poco a poco) la subvención al diésel?».

Un giro significativo en relación a las preguntas que envió en primera instancia al Tribunal Supremo Electoral en la que preguntaba al soberano si estaba de acuerdo con mantener la subvención a los carburantes debido al alto gasto que representa para el Estado.

«Hubo un gran cambio, importante, respecto a la primera pregunta que fue enviada al Tribunal Supremo Electoral porque era tendenciosa, bastante compleja y hablaba de mantener o no la subvención tal como está; ahora se plantea de que si está uno de acuerdo en que la subvención se vaya quitando gradualmente, aún así tampoco no resuelve nada porque no se está preguntando si desea que se quite o no totalmente, aquí deja la puerta entreabierta para que paulatinamente se reestructure si es que se lo planifica de esa manera o se vaya quitando paulatinamente. Eso significa que tal vez al año se reduzca en 5, 10 o 15 por ciento o talvez en una cuantía más pequeña, no sé sabe», afirma Romero.

«Nos da más incertidumbre y al final no resuelve nada, y tampoco está atacando a los efectos dañinos colaterales que genera la subvención de carburantes, ese sería el punto crucial. Esto tampoco resolverá de ninguna manera el desabastecimiento de carburantes y otros temas que aquejan a la población, en todo caso no tiene razón de ser que se haga ese tipo de preguntas que tampoco está solucionando algún tema y menos lo que ocasiona la subvención de carburantes», apuntó.

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El experto recuerda que el año pasado, el Estado boliviano gastó aproximadamente $us 1.811 millones de dólares en la subvención de gasolina y diésel, lo que representa alrededor del 4% del PIB nominal 2024 nominal y el 5% del Presupuesto General del Estado correspondiente a este año.

Bolivia es uno de los países que subvenciona los carburantes para que se mantenga el precio de la gasolina y diésel, fundamentalmente, en Bs 3,74 el litro o 0,54 centavos de dólares. Es decir, el Estado boliviano cubre la diferencia del precio internacional de los hidrocarburos.

«Ahora se cuestiona, no creo tanto, por el hecho mismo de lo que se gasta en mantener la subvención que al final se lo hace en bolivianos. Lastimosamente no es buen negocio porque se compra caro y se vende barato, se compra en dólares y se vende en bolivianos», reflexionó Romero.