Prevén que importación de diésel crecerá 91% hasta 2030 pese a biocombustibles

Bolivia enfrenta dificultades para la compra de combustibles fósiles debido a la escasez de dólares y la caída en la producción de hidrocarburos.

Fuente: lostiempos.com

El Gobierno de Luis Arce está impulsando la producción de agrocombustibles como alternativa para reducir la costosa importación. Sin embargo, una investigación de la Fundación Tierra advierte que este proyecto es una “falsa solución”.



Según el estudio, incluso en el mejor de los escenarios, la demanda de diésel en 2030 dependería en un 91% de la importación y la de gasolina en un 74% (ver infografías). Esto representa un aumento en la dependencia de combustibles fósiles importados. Para este año, la Fundación Tierra estima que se importará al menos el 88% del diésel y el 57% de la gasolina, cifras ligeramente superiores a las reportadas por Arce en mayo: 86% y 56%, respectivamente.

En un escenario pesimista, el consumo de diésel fósil dependería en un 99% de la importación para 2030, y el de gasolina en un 84%.

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“Aunque produzcamos biocombustibles, en el mejor o peor escenario, la diferencia es muy poca. Por eso decimos que es una solución falsa”, manifestó Gonzalo Colque, coordinador de la investigación, durante la presentación del estudio en La Paz.

Ante esta situación, Colque hizo recomendaciones drásticas: 1) suspender la producción de biodiésel; 2) detener el cultivo de materias primas como la palma africana y el macororó; 3) convertir el proyecto de biodiésel y la inversión realizada en uno de alcance “piloto y experimental”, y 4) cancelar la construcción de las plantas de biodiésel en Senkata y de HVO.

Según datos de la Fundación Solón, todo el proyecto de biodiésel requeriría una inversión de al menos 579 millones de dólares, que incluye la construcción de plantas de biodiésel, producción de materias primas e infraestructura para la extracción y almacenamiento de aceite.

La sustitución de gasolina fósil por etanol ha mostrado mayores avances; sin embargo, también se deben ajustar las metas y proteger la producción de azúcar granulada, señaló Colque.

Irene Mamani, investigadora de Tierra, indicó que los planes del Gobierno para 2025 eran reducir en un 40% la importación de diésel fósil (con el biodiésel) y en un 30% la de gasolina (con el etanol). No obstante, advirtió que para lograrlo se necesitaría cultivar casi 71 mil hectáreas de palma aceitera, jatropha (recientemente descartada) y macororó, además de contar con tres plantas de biodiésel y ocho plantas de extracción y acopio de aceite.

“Las metas son inalcanzables”, dijo Mamani, quien recordó que el etanol producido a partir de la caña de azúcar tampoco se adquiere a los cañeros según los compromisos en volumen y precio.

Mientras tanto, la importación de combustibles sigue aumentando. Entre 2017 y 2023, la importación de diésel pasó de cubrir un 48% a un 86% de la demanda. En el caso de la gasolina, el incremento fue del 22% al 56%.

Los Tiempos consultó al Ministerio de Hidrocarburos y Energías (MHE) y al Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) sobre sus posiciones respecto a las conclusiones del estudio de Tierra; sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se recibieron respuestas.

No obstante, en contacto con Los Tiempos, el viceministro de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje de Hidrocarburos, Adams Hurtado, aseguró que el plan es sustituir el 100% de la importación de combustibles con producción nacional, entre biocombustibles y líquidos fósiles. Sin embargo, no se tiene un plazo exacto para lograrlo. “Aunque es difícil dar una fecha exacta, estamos comprometidos en avanzar lo más rápido posible”.

El Viceministro aseguró que la primera planta de biodiésel entregada en Santa Cruz ya está en operación y ha alcanzado los 1,500 barriles diarios, los cuales se están almacenando para mezclarlos próximamente con diésel convencional.

Desde el Iniaf, en una entrevista anterior, se informó que se apostará por el cultivo de palma aceitera y macororó, cuyos resultados completos se verán en 2030, ya que para 2026 sólo se alcanzará un 5% de producción de aceite de palma.