El GIEI en su informe sobre la crisis política de 2019 identificó a cinco personas heridas por armas de fuego, todos varones jóvenes, mineros y con pérdidas severas en su capacidad laboral.
eju.tv / Video: Archivo
Juan Carlos Véliz / La Paz
El ataque armado a patrullas policiales ayer en el tramo Challapata-Cruce Ventilla (Oruro) hizo rememorar lo ocurrido el 10 de noviembre de 2019 cuando grupos armados leales al entonces presidente Evo Morales emboscaron a una caravana de mineros que se trasladada de Potosí a La Paz para reforzar las protestas contra el Gobierno y dejaron al menos cinco heridos de bala.
“Con base en la información obtenida, se calcula que los disparos provenían de una distancia entre 400 a 700 metros de los cerros, lo que permite inferir que las armas de fuego empleadas eran largas. Asimismo, en visita ocular sobre el terreno adelantada durante el mes de abril de 2021, el GIEI encontró decenas de vainas de proyectil dispersas en uno de los cerros desde donde se produjeron los disparos, las cuales coinciden con las fotografías y los videos registrados por los mineros el día del ataque” señala una parte del “Informe final sobre los hechos de violencia y vulneración de los derechos humanos ocurridos entre el 1 de septiembre y 31 de diciembre de 2019” del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) Bolivia.
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“Según una evaluación técnica del GIEI, los proyectiles y las vainas son compatibles con fusiles Mauser, munición 7,65×53 mm de fabricación belga. Sin embargo, no es posible descartar el uso de otros rifles de guerra, pues el tipo de vaina encontrada es también compatible con otros modelos de fusiles” complementa el documento.
El 10 de noviembre de 2019, una caravana de mineros y universitarios que se dirigía desde Uyuni (Potosí) hasta La Paz sufrió una emboscada en la zona de Playa Verde, en el tramo Challapata-Huancané (Oruro). Los atacantes identificados como francotiradores dispararon desde un cerro aledaño a los buses y a los integrantes de la comitiva, integrado principalmente por mineros que protestaban entonces contra el Presidente.
Los disparos dejaron al menos cinco heridos de por armas de fuego, todos varones jóvenes, mineros y con pérdidas severas en su capacidad laboral debido a que las balas atravesaron sus cuerpos, dañaron pulmones y fracturaron costillas.
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Las ambulancias que llegaron para auxiliar a los heridos también sufrieron disparos, según el informe del GIEI.
Los atacantes fueron identificados entonces como leales al entonces presidente Evo Morales, que horas más tarde renunció a su cargo para después emprender su huida a México. Este hecho fue un detonante para el quiebre entre el órgano Ejecutivo y las Fuerzas Armadas porque éstas iniciaron operaciones militares terrestres y aéreas para “neutralizar a grupos armados que se encuentran actuando fuera de la ley”. Un avión militar K-8 realizó sobrevuelos y militares del cuartel de Challapata tomaron control de la zona, pero no hubo ningún detenido y la Fiscalía no investigó hasta ahora quiénes fueron los autores del ataque armado.
