El Gobierno aseguró la normalización en la provisión del carburante en los próximos días, pero el sector alerta que la situación puede desbordar porque hay cansancio en los conductores.
eju.tv / Video: No Mentirás
Juan Carlos Véliz / La Paz
Los transportistas de carga pesada se cansaron de las promesas de abastecimiento de diésel a los surtidores del país y desarrollan bloqueos esporádicos de calles y carreteras por la falta del carburante, y amenazan con intensificar sus protestas.
“Nosotros desde el mes de julio hemos insistido al señor ministro (de Hidrocarburos) incapaz, al señor (Armin) Dorgathen, haciendo reuniones que esta escasez de combustibles iba a empeorar porque ya teníamos información de que no existe dinero para comprar combustible y hoy son las consecuencias que estamos llevando, hoy toda la gente está saliendo a las calles y han rebasado a todos los dirigentes de diferentes departamentos. Hay una desesperación total de cada transportista porque nosotros tenemos deudas en los bancos, tenemos que pagar impuestos por utilidades cada año el 25%, tenemos responsabilidades con nuestras familias, llega fin de año, no tenemos sustento y economía para nuestras familias”, justificó el dirigente del transporte pesado en Bolivia, Domingo Ramos.
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Bolivia afronta un desabastecimiento continuo de combustibles, especialmente diésel, debido a varios factores, según el Gobierno, como los bloqueos de carreteras del expresidente Evo Morales, especulación y otros. No obstante, transportistas de cisternas alertaron que el Estado no tiene recursos económicos para comprar estos insumos debido a la escasez de dólares.
“Ya no le creemos al Gobierno”, afirmó el dirigente en una entrevista con el programa No Mentirás de la red RTP porque las autoridades anunciaron diferentes fechas para la normalización en la entrega de carburantes. El presidente Luis Arce, por ejemplo, habló de 10 días a partir de hoy para la normalización de los despachos de diésel y gasolina mientras desde YPFB hablan de menos días.
Ramos advirtió de que la situación puede desbordar en la radicalización de bloqueos porque los transportistas están desesperados porque no pueden generar ingresos porque sus fuentes de trabajo están paralizadas y los conductores deben dormir hasta una semana en las filas para cargar combustible.