Londres. Paul Barton viajó a Tailandia con su piano para visitar un grupo de elefantes ciegos que habita la reserva ‘Elephantstay’.
“Fue un regalo de mis 50 años a mí mismo”, dijo al diario Daily Mail. “Mi esposa y yo habíamos trabajado con elefantes ciegos durante muchos años, y pensé que sería algo que disfrutarían”.
Barton se sentó al piano y pensó “¿qué se le toca a un elefante?” y, al abrir su libro de partituras apareció el Movimiento Lento 2 de la Sonata para piano nº 8 de Beethoven conocida como ‘Patética’.
Fue entonces cuando Peter, uno de los elefantes, al escuchar la melodía, “se desvió del camino de barro en el que se encontraba para acercarse al piano”, recuerda Barton.
“De pronto sentí algo extraño chupando la parte posterior de mi cabeza y me di cuenta de que tenía un inesperado compañero con el que formar un dúo”, señaló.
Pero eso no es todo. El elefante incluso utiliza la cabeza del pianista como instrumento de percusión.
Fuente: peru.com