Los legisladores estadounidenses quieren prohibir los drones chinos al considerarlos una amenaza de espionaje y comercial

 

Fuente: infobae.com

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Russell Hedrick, agricultor de Carolina del Norte, vuela drones para rociar fertilizantes en sus campos de maíz, soja y trigo por una fracción de lo que le costaría utilizar un esparcidor terrestre convencional.

Como rescatador voluntario, Hedrick utiliza drones térmicos para buscar a personas atrapadas por corrimientos de tierra y drones de carga para enviar agua y leche maternizada a los que se quedan tirados, algo que hizo tras el huracán Helene.

Ahora teme que algún día tenga que dejar en tierra su flota de drones. La mayoría de los drones comerciales que se venden en Estados Unidos, incluidos los que utiliza Hedrick, se fabrican en China. Se han convertido en el objetivo de los legisladores estadounidenses, que ven en el dominio de los drones chinos no sólo una amenaza de espionaje, sino también una amenaza comercial porque hacen casi imposible competir a los fabricantes estadounidenses.

Es otro frente en la competencia económica y tecnológica entre Estados Unidos y China que probablemente se intensificará con el regreso a la Casa Blanca en enero de Donald Trump, que ha prometido mano dura con China.

Washington ya ha impuesto restricciones a las empresas chinas de telecomunicaciones y elevados aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China, mientras Estados Unidos compite con China en semiconductores, inteligencia artificial y otras áreas.

Un proyecto de ley de defensa que el Congreso aprobó el 18 de diciembre incluye una cláusula para impedir que dos empresas chinas vendan nuevos aviones no tripulados en Estados Unidos si una revisión determina que suponen “un riesgo inaceptable” para la seguridad nacional estadounidense. El Congreso ha prohibido a las agencias federales la adquisición de drones chinos, con algunas excepciones, y varios estados han prohibido a los programas financiados con fondos públicos el uso o la adquisición de drones chinos.

Una prohibición más amplia es preocupante para los estadounidenses para quienes los drones se han convertido en parte de su vida y su trabajo. Podría interrumpir operaciones de gran alcance, desde la aplicación de la ley a la cartografía y la filmación, que los operadores de drones afirman que son viables debido al bajo coste y alto rendimiento de los drones chinos. Según ellos, los drones fabricados en Estados Unidos no son comparables.

En Hickory, Carolina del Norte, Hedrick comenzó a volar drones fabricados en China en 2019 para fertilizar cultivos y monitorear la salud de los cultivos. Un esparcidor de drones cuesta 35.000 dólares, mientras que un pulverizador terrestre convencional le costaría 250.000 dólares, dijo.

“Con la eficiencia de los drones, podemos hacer cosas que antes no podíamos: aplicar fertilizante pero usando menos, lo que es bueno para los consumidores estadounidenses”, dijo Hedrick.

Pero es precisamente esa dependencia de los drones chinos lo que preocupa a los legisladores estadounidenses.

“Es estratégicamente irresponsable permitir que la China comunista sea nuestra fábrica de drones”, argumentó la representante Elise Stefanik, republicana por Nueva York, que ha sido elegida por Trump para ser embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas. Stefanik lideró los esfuerzos de la Cámara de Representantes para prohibir los nuevos drones chinos.

Fue el papel de los drones en la vida cotidiana lo que llevó al senador Rick Scott, republicano de Florida, a conseguir que el Congreso restringiera la compra de drones chinos por parte de las agencias federales. Esas restricciones se incluyeron en un proyecto de ley de defensa que el presidente demócrata Joe Biden firmó el año pasado.

Scott ha comparado los drones chinos con globos espía que podrían “recopilar datos o transportar cargas dañinas” por todo Estados Unidos, lo que supondría un riesgo para las bases militares, las infraestructuras críticas y los recursos naturales.

Michael Robbins, presidente y director ejecutivo de AUVSI, un grupo de defensa de vehículos no tripulados como los drones, se opone a una prohibición inmediata. En cambio, su grupo ha instado al gobierno a apoyar a la industria estadounidense de fabricación de drones mediante inversiones para que pueda alcanzar a sus competidores chinos tanto en capacidad como en coste.

Aplaude que el Congreso aborde algunas de las cuestiones del presupuesto de defensa para 2025, como promover la inversión en tecnología autónoma y trabajar para desarrollar una cadena de suministro segura para la fabricación estadounidense de drones.

Esa vulnerabilidad quedó patente a principios de este año, cuando Beijing sancionó al fabricante estadounidense de drones Skydio, obligándole a racionar sus baterías procedentes de China.

“Se trata de un intento de eliminar a la principal empresa estadounidense de drones y de profundizar la dependencia mundial de los proveedores chinos de drones”, escribió Adam Bry, director ejecutivo de Skydio.

Alegando intereses de seguridad, China ha restringido las exportaciones a Estados Unidos de piezas de drones, incluidos motores, controladores de vuelo y equipos de imagen.

John Goodson, consejero delegado de Darkhive, un fabricante de drones con sede en San Antonio, dijo que una prohibición no impediría a los fabricantes chinos de drones vender sus productos en otras partes del mundo, pero podría perjudicar a las empresas estadounidenses de drones que dependen de China para obtener piezas.

Por ahora, sigue siendo poco realista prohibir los drones chinos cuando hay pocos productos comparables, dijo Faine Greenwood, un entusiasta de los drones que escribe mucho sobre ellos. “Si prohibimos los drones chinos, eliminamos muchas cosas increíbles que hacemos”.

Los drones chinos más conocidos son los de DJI Technology Co, empresa fundada en 2006 y con sede en la ciudad meridional de Shenzhen. Aparece mencionada en el proyecto de ley de gastos de defensa, junto con otra empresa china, Autel Robotics.

DJI tiene la mayor parte del mercado mundial de drones y es la empresa dominante en el mercado estadounidense. Sus aparatos son conocidos por su asequibilidad y alto rendimiento. Incluso son utilizados en el campo de batalla en Ucrania por ambos bandos, a pesar de que DJI no fabrica drones militares.

Los drones de DJI han sido utilizados por equipos de primeros auxilios para localizar a víctimas de catástrofes, cartógrafos para inspeccionar carreteras y líneas de servicios públicos, agentes de control de mosquitos para llegar a enjambres de larvas y cineastas para capturar imágenes aéreas. La policía los utiliza para prevenir delitos y encontrar a personas desaparecidas.

Hedrick, el granjero de Carolina del Norte, movilizó los esfuerzos de búsqueda con drones como voluntario tras el paso de Helene. La primera noche, él y sus compañeros localizaron a 150 personas varadas. Cuando no pudieron rescatarlas inmediatamente, Hedrick dijo que su equipo utilizó drones de carga DJI para enviar suministros.

“No voy a decir que no me encantaría tener drones estadounidenses, pero no veo que los drones estadounidenses se acerquen ni de lejos a los drones DJI en términos de fiabilidad, facilidad de uso y simplemente el software de fácil manejo”, dijo Hedrick. “Los drones estadounidenses no son tan buenos como los de DJI, pero cuestan el doble”.

Pero a medida que se han agriado las relaciones entre Estados Unidos y China, los drones de DJI se han visto sometidos a escrutinio. El gobierno estadounidense ha incluido a la empresa en varias listas negras, afirmando que viola los derechos humanos al suministrar drones a la policía china para vigilar a miembros de la minoría étnica uigur y alegando vínculos con el ejército chino.

DJI ha negado haber actuado mal y ha demandado al Pentágono por considerarla una empresa militar china. Los funcionarios de aduanas estadounidenses también han bloqueado algunos envíos de DJI ante la preocupación de que los productos pudieran haber sido fabricados con trabajo forzado. DJI lo ha calificado de “malentendido relacionado con las aduanas”.

En cuanto al proyecto de ley de defensa, DJI dijo que no contiene ninguna disposición que permita a la empresa defenderse. “Hacemos un llamamiento a una agencia de inteligencia técnica pertinente para que lleve a cabo una auditoría de nuestros productos, y pedimos un derecho justo de respuesta a cualquier hallazgo”, dijo DJI.

La embajada china en Washington dijo que China se opone a lo que denomina politización del comercio.

“El gobierno chino apoya firmemente a las empresas chinas en la realización de comercio internacional y cooperación en drones para uso civil, y se opone a las frecuentes sanciones ilegales de ciertos países a empresas e individuos chinos por motivos de supuesta seguridad nacional”, dijo Liu Pengyu, portavoz de la embajada, en un comunicado.

Varios estados ya han restringido el uso de drones chinos. En Tennessee, los organismos públicos, incluidos los departamentos de policía y bomberos, ya no pueden comprar drones de DJI.

Eso causó un quebradero de cabeza al capitán Chris Lowe, del Departamento de Bomberos de Kingsport. Después de que su departamento perdiera un dron DJI Mavic Pro, le cotizaron $ 5,000 por un reemplazo de una lista aprobada de drones, cuando otro DJI Mavic Pro costaría entre $ 1,000 y $ 1,500.

“Básicamente sería un clon de DJI, pero no tiene todas las capacidades”, dijo Lowe sobre la alternativa. Sin ninguna ayuda estatal, dijo que renunciaría a un nuevo dron o se apretaría el cinturón en el mantenimiento de equipos en otros lugares. Dijo que el departamento ha utilizado drones para vigilar incendios forestales, fugas de productos químicos y escenarios de catástrofes, así como para buscar a personas desaparecidas. “Es cuestión de vida o muerte”, afirmó.

En Wimberley, Texas, Gene Robinson ha utilizado imágenes de alta resolución de drones para analizar las diferencias en la vegetación y descubrir cadáveres enterrados. Dijo que ayudó a la policía a encontrar el brazo enterrado de una víctima, lo que hizo posible su procesamiento. Robinson no cree que exista una alternativa viable al dron DJI que él utiliza.

Afirma que su proyecto en el Centro de Antropología Forense de la Universidad Estatal de Texas estaría “más muerto que un clavo” si se prohíben a escala nacional los drones de fabricación china.

En el Departamento de Interior, la política contra los drones fabricados en el extranjero ha obstaculizado sus operaciones con drones, lo que ha provocado la “pérdida de oportunidades para recopilar datos sobre el paisaje, los recursos naturales y culturales, la fauna y la flora y las infraestructuras”, según un informe de septiembre de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos.

En Florida, las fuerzas del orden se quejaron el año pasado ante el Senado de que la prohibición de que los organismos financiados por el Estado utilizaran drones de fabricación china les dejaba con aparatos más caros que no funcionaban tan bien. Esto llevó a los legisladores estatales a destinar 25 millones de dólares para ayudar a los programas de drones gestionados por el gobierno a adquirir modelos conformes.

Christopher Todd, director ejecutivo del grupo sin ánimo de lucro Airborne International Response Team, describió la prohibición y el posterior cambio como “un absoluto desastre”.

“Los legisladores no entendieron que este asunto es mucho más complicado que simplemente cambiar de un dron a otro”, dijo. “Hay que aprender una nueva interfaz de usuario con nuevos atajos y nuevos protocolos, y luego hay que cambiar todo el software y los accesorios y reexaminar todas las configuraciones de red para adaptarse al cambio tecnológico”.

Pero la ayuda financiera y los programas de formación, como el que imparte su grupo, hicieron posible la transición, afirmó.

Más del 90% de los organismos encargados de hacer cumplir la ley en Florida utilizaban drones DJI en 2022, y la proporción se desplomó a alrededor del 14% después de la prohibición, según el grupo de Todd.

En el condado de Orange, donde se encuentra Orlando, la oficina del sheriff dijo que gastó casi $580,000 para reemplazar 18 drones no conformes el año pasado y recibió casi $400,000 en reembolsos del estado.

“La transición ha ido bien y ha aumentado simultáneamente nuestra flota de drones con mejores capacidades y tecnología”, dijo la oficina del sheriff.