Las autoridades guatemaltecas recuperaron a casi 160 niños, a los que miembros de la secta judía ultraortodoxa Lev Tahor sustrajeron de un albergue donde se encontraban en custodia. Este grupo está siendo investigado por diferentes denuncias de violación de derechos humanos.
Alexis Millares
La policía de Guatemala recuperó el lunes a casi 160 niños, a los que miembros de una secta judía ultraortodoxa, Lev Tahor, sustrajeron de un albergue donde se encontraban en custodia. Tras un allanamiento de la propiedad, este grupo está siendo investigado por diferentes denuncias presentadas en los últimos meses y algunas otras que datan de varios años.
La finca se encuentra a 60 kilómetros de la ciudad de Guatemala. Entre los casos más graves, se investigan posibles embarazos forzados, casos de violación y de maltrato. Julio Saavedra, Procurador General de la Nación de Guatemala, dio más detalles a los micrófonos de RFI.
“No se cuenta con antecedentes del estado en el que se encuentra la población que reside en la comunidad, derivado que no se le permite el ingreso a ningún tipo de institucionalidad. Se tiene conocimiento que los niños niñas y adolescentes no reciben una educación integral e igualitaria, al no permitir que las niñas y adolescentes mujeres tengan acceso a la misma. No se cuenta con registro de los niños, niñas, y adolescentes que residen dentro de la comunidad. El cuarto derecho es uno de los más graves y se relaciona con embarazos en niñas y adolescentes; se tiene conocimiento que las mismas son obligadas a casarse a temprana edad y obligadas a concebir. Dentro de la información obtenida de las distintas denuncias recibidas se cuentan con antecedentes de abuso sexual, físico y psicológico, así como falta de alimentación”.
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Lev Tahor funciona desde la década del 80 y se establecieron en Guatemala en 2013.
“Los antecedentes se remontan a por lo menos el año 2014, cuando esta comunidad judía ultraortodoxa toma la decisión de asentarse en el territorio guatemalteco. Por último, se asentaron en el municipio de Oratorio, departamento de Santa Rosa; esto es en el al sur del territorio guatemalteco, en el kilómetro 94 desde la ciudad de Guatemala. Ese asiento lo hicieron en una finca que adquirieron y allí se desarrollaron todas sus actividades”, agregó.
Desde la secta calificaron las investigaciones como persecución religiosa y denuncias falsas. Las autoridades estiman que este grupo estaría conformado por 50 familias principalmente de Guatemala, Estados Unidos, y Canadá.