Momento fundacional de un nuevo proyecto político


Bolivia tiene una particularidad política expresada en la creación de diversos proyectos políticos que rompen con las posibilidades del bipartidismo o el partido único.

Dentro del contexto histórico, liberales y republicanos tuvieron su espacio de acción a principios del siglo XX. Durante toda ese siglo se organizaron políticamente expresiones como el PIR, PCB, POR, con sus posteriores escisiones. La Revolución del 52 tuvo al MNR como su protagonista y la FSB como su antagonista. Luego advino el ELN, MIR, PDC, el Partido Socialista y el PS-1. La misma dictadura banzerista mutó hacia su expresión política en la ADN y fueron contemporáneas Condepa y UCS. Con una inclinación indianista tuvieron presencia el MITKA, MRTKL, Eje Pachakuti, MIP de Felipe Quispe y el MAS. Es probable que tenga omisiones involuntarias en este recuento, pero el punto que defiendo es la enorme posibilidad del nacimiento de un nuevo proyecto político en la presente coyuntura.



Se vive en un momento fecundo y fundacional para la política boliviana donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de germinar. Lo viejo es el MAS y las expresiones opositoras del pasado, donde UN, Demócratas, MTS, no producen ni política ni ideológicamente nada sustancial. Lo nuevo es ese movimiento ciudadano y democrático que no se articuló políticamente en el pasado (2016 y 2019) por no tener vocación de poder, pero que puede organizarse y mutar hacia un proyecto político de gobierno de aquí en adelante.

Todos sabemos que el MAS tiene un techo político y de igual manera, los candidatos opositores tradicionales y derrotados en el pasado.

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¿Qué componentes debería de tener un nuevo proyecto político en la actual Bolivia?

Representar al ciudadano, en sus aspiraciones convertidas en el “bien común” a través de espacios participativos de toma de decisiones, con ello desterrar el pacto corporativo y prebendal entre el gobierno y las corporaciones llámense movimientos sociales, cooperativistas, cocaleros o agronegocios. Gobernar para todos y no para solo algunos.

El otro elemento es la tolerancia ideológica, anteponer los grandes intereses nacionales, de la patria, a las visiones ideológicas e ideologizantes.

La gestión del conocimiento como eje fundamental de la trasformación del Estado y de la economía del país. Recuperar y promover la ciencia, la tecnología y todos los recursos de los saberes para generar políticas públicas de resolución de grandes problemas del país orientados a transformar con valor agregado, no ser exportadores de materias primas, romper la dependencia y atraso tecnológico y la división internacional del trabajo impuesta a Bolivia desde la Colonia para adelante.

Promover el patriotismo como generador de cohesión social e integrarlo a la visión de país que queremos construir.

Generar políticas de Estado, manifestado en acuerdos a largo plazo, superar la política de gobierno restringida a planes anuales o de corto plazo.

La renovación debe ser otro componente del nuevo proyecto político, dar la oportunidad a otros, promover la participación.

Las manos limpias, requisito imprescindible de la política, todo antecedente de corrupción, procesos judiciales o cola de paja te inviabiliza para la gestión pública.

Las elecciones generales 2025 son la posibilidad de cambiar a los que nos han gobernado hasta el presente, pero también de cambiar su modelo, esperemos que los ciudadanos comprendan la trascendencia del momento histórico que vivimos y puedan participar de este proceso fundacional.


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