Ante los últimos casos de infanticidio en Santa Cruz, la Asamblea Legislativa Departamental (ALD) y la Defensoría del Pueblo, expresaron su rechazo ante estos hechos a tiempo de pedir de que se refuercen las acciones de prevención de estos hechos que conmocionaron a la sociedad.
Fuente: El Mundo
Por un lado, a través de un pronunciamiento, la ALD expresó que no se puede permitir que más niños sean víctimas de crímenes atroces sin que la sociedad y el Estado actúen con firmeza y celeridad.
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En ese marco, la ALD exige a las autoridades judiciales que caiga todo el peso de la ley sobre los responsables de estos delitos y que se garantice justicia para las víctimas y sus familias.
Asimismo, instan a la revisión y el fortalecimiento de las normativas de protección a mujeres, niños, niñas y adolescentes con medidas más severas para los agresores y mecanismos de prevención que incluyan: el endurecimiento de penas por delito de violencia y abuso sexuales contra menores; mayor presupuesto y apoyo a instituciones de protección infantil; programas de educación y prevención en barrios y unidades educativas; protocolos efectivos para al denuncia, atención y seguimiento de los casos.
LA DEFENSORÍA HACE SEGUIMIENTO
La Defensoría del Pueblo en Santa Cruz, activó acciones de seguimiento a los casos de infanticidio de dos niñas de 2 y 1 año de edad. Por lo que determinarán si existen más víctimas colaterales; es decir, otros niños o niñas dentro del mismo seno familiar.
Sin embargo, señalaron que más allá de las acciones investigativas, se debe analizar la situación de ambas familias como la parte económica, el entorno de la comunidad y la falta de políticas para que todas las instancias públicas trabajen en la prevención de estos casos, según indicó Sheila Gómez, delegada defensorial en Santa Cruz.
SILENCIO CÓMPLICE
Durante la investigación, Gómez indicó que se denotaron situaciones donde seguramente tanto la niña de Warnes y la del Plan Tres Mil venían sufriendo violencia física y psicológica y ningún miembro de la familia y/o de la comunidad advirtió o se involucró para alertar de esa situación, “es lamentable que ni la vecindad o la comunidad, ni el mismo entorno familiar haya dado parte de estas situaciones, se están normalizando estos hechos y optamos por el silencio cómplice y lamentablemente si escuchamos y no decimos nada y pasamos por alto estos hechos después tienen desenlaces fatales”, acotó.