El analista en materia hidrocarburífera Raúl Velásquez calificó de “bastante crítico” el escenario económico y energético por el que atraviesa el país. Planteó cuatro medidas de “shock” para que la situación no se agrave ya que el Gobierno no asumió medidas oportunamente.
Fuente: ANF
“Yo verifico cuatro aspectos. El primer aspecto es que hay que recortar el gasto público, eso es una de las ‘madres del cordero’ al problema económico que tiene Bolivia”, sostuvo Velásquez a la ANF. “Tener un déficit fiscal de más del 10% no es sostenible ni para este ni para ningún gobierno”, precisó. Insistió que el gasto fiscal es altísimo, por lo que debe ser controlado. Planteó la necesidad de un ajuste fiscal.
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El segundo es “ajustar la diferencia enorme que existe entre el tipo de cambio paralelo y el oficial”. Desde febrero de 2023, se ha impuesto un mercado “negro” para la compra y venta de dólares, siendo el tipo de cambio arriba de 10 bolivianos; mientras que el Gobierno mantienen en 6,96 bolivianos el tipo de cambio oficial “inexistente”.
Añadió que una tercera aspecto es “eliminar la subvención (a los combustibles) para todos. Lamentablemente es así”, afirmó. Explicó que el 81% de la energía que consume el país proviene de los hidrocarburos, principalmente diésel, gas natural, gasolina y gas licuado de petróleo, entre otros derivados, con este tipo de consumo existen dos alternativas: se produce o se importa. Pero desde el 2016 se produce menos y se importa más para satisfacer el mercado interno, detalló.
Manifestó que la aprobación de más créditos no soluciona el problema, porque los 1.660 millones de dólares que están en esos créditos solo servirá para seis meses y continuará el problema. “No tiene sentido aprobar créditos para seguir financiando un gasto público que no es el más racional”, precisó.
El cuarto aspecto es que el gobierno declare la «libre importación y comercialización de combustible, pero de manera indefinida”. Aunque el Gobierno ha rechazado esta última propuesta acusando al sector empresarial productivo de querer “matar” a YPFB y adueñarse del negocio de los hidrocarburos.
Sostuvo que las cuatro medidas deben ser dictadas en el corto plazo. “Son de shock, lamentablemente sí, son de shock”, precisó al cuestionar que si se aplicaban los ajustes hace 10 años de manera gradual, el país no estaría en el momento tan complejo en el que se encuentra. “Tienes gente haciendo 10 horas para cargar diésel y si no carga ese diésel no trabaja, y si no trabaja no llega el sustento a su familia. Entonces, es un tema complicado”.
Velásquez precisó que desde hace 10 años se ha advertido de los problemas que se avecinaban, pero las autoridades de ese tiempo ni las actuales escucharon las alertas, precisó que antes era un problema sectorial, pero ahora ha crecido como una “bola de nieve” que involucra varias esferas como la política monetaria y cambiaria.
Considera que es imposible que el Estado siga gastando Bs 14 en el litro de combustibles para venderlo en el mercado interno a Bs 3,72. Cree que un ajuste fiscal debe ser el inicio, para que posteriormente se asuman las acciones respecto a la subvención que también tiene que ser ajustada. “Hace dos años hablamos de que se tenía que refocalizar la subvención”, aunque en ese tiempo otro era el escenario económico.
Velásquez dice que estas medidas van a tener un costo muy alto y que será un “balde de agua fría” para la población, insistió que este escenario es producto de no tomar decisiones graduales que con el tiempo podían ser reguladas por el mercado. Sin embargo “se ha postergado tanto esta medida que lo único que se ha hecho es que el problema crezca hasta hacerse insostenible,
Por lo tanto, hoy en día no queda otra que hacer un “ajuste de golpe”, reiteró. Explicó que los precios de la canasta familiar y de los productos en general han tenido un primer ajuste por el tipo de cambio paralelo, y van a tener otro ajuste si se elimina la subvención a los carburantes. “Vamos a tener una suerte de como dos veces una inflación muy fuerte a raíz de no haber tomado las decisiones oportunamente.