Cómo “aprovechar” políticamente una crisis y no morir en el intento


Pocos esperaban que el Gobierno no tuviera controlada la provisión de combustibles hasta elecciones, pero el desastre se convierte en un factor clave para ordenar la oposición. El cruce Arce – Evo puede neutralizar al bloque popular

Cómo “aprovechar” políticamente una crisis y no morir en el intento

Crónica política

Fuente: https://elpais.bo



Pocos podían imaginar que apenas diez días después de que el presidente Luis Arce confirmara su “precandidatura” para las elecciones del 17 de agosto fuera a estallar semejante crisis de provisión de combustibles en el país. Ni siquiera los más críticos y tremendistas podían imaginar que no se hubiera trazado un mínimo plan de contingencia suficientemente sólido como para que eso no pasara. Pero pasó. Bolivia tiene estas cosas.

El fin de semana empezaron a crecer las filas en los surtidores y la ministra María Nela Prada ya patinó en su conferencia de prensa negando una posible “renuncia del presidente”, algo que ni siquiera estaba en agenda, entonces. Dos días después salieron los hombres fuertes del sector de Hidrocarburos, el ministro tarijeño Alejandro Gallardo y el presidente de YPFB Armin Dorgathen a explicar la situación, pretendían presionar a la Asamblea para que les aprueben los créditos internacionales en dólares con los que bicicletear la coyuntura, pero acabó en una confesión pública de la gravedad de la situación y un reconocimiento de la ausencia casi total de dólares que, como siempre, multiplicó las filas en los surtidores.

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Arce salió dos días después, con los surtidores ya colapsados, a dictar diez medidas con las que se pretende ahorrar algo de combustible y evitar las pérdidas de tiempo, fundamentalmente, porque la realidad de los dólares es la que es. Obviamente no ayudó demasiado.

¿Y ahora qué?

Arce además detalló tres “cosas” que no se harían: no se levantará la subvención (porque el problema es de dólares y no ayudaría en nada), no se devaluará el boliviano (oficialmente) y no habrá “corralito bancario”. Sobre esta última sí versa el debate, pues hace ya varios meses que se liberaron las exportaciones de todo tipo para obtener dólares por esa vía y sin embargo solo se ha conseguido que los precios de la canasta familiar, carne, pollo, aceite, etc., se disparen pese a estar producidos con diésel subvencionados, y no está claro que esos dólares vuelvan al país. Arce hace tiempo que descartó esa medida que, sin embargo, está vigente en la Argentina de Milei.

El Gobierno tiene poco margen de maniobra: dejar de pagar la deuda externa y que el próximo gobierno se encargue de la renegociación; acudir al Fondo Monetario Internacional o a algún otro Fondo Soberano implicará concesiones, y al parecer, consideran que los cinco meses que le quedan en el gobierno no lo ameritan, sin embargo, canalizar el descontento actual y convertirlo en una victoria electoral se hace todavía más difícil de imaginar.

El relato opositor

La crisis de los combustibles ha pillado en curva a los propios opositores, que no acaban de creer la enésima oportunidad que la coyuntura les brinda para ordenar su espacio y crear una opción ganadora.

Los más técnicos explican que la conversación ha cambiado y que el malestar es grande, pero el desafío es convertir este enojo coyuntural con el actual gobierno en una condena global a los 20 años del MAS en Bolivia para que tanto Arce como Evo Morales o cualquier otra opción de ese bloque, sea Andrónico Rodríguez y otro, queden desacreditados de entrada.

No es fácil: ya en las anteriores crisis se ha cargado tanto contra el Gobierno actual que quedó desactivado como opción electoral, pero no así el bloque popular, que siguió reconociendo a Evo Morales como líder de un proceso que sí funcionó, pero que Arce arruinó. Morales, de hecho, sigue aprovechando estas crisis para seguir enterrando personalmente a Arce y no al modelo.

Ojo, en el afán de enterrar el modelo se utilizan argumentos falaces, como el de la necesidad de “levantar la subvención”, que nada tiene que ver con la falta de dólares para comprar combustible, aunque ayudara en algo a reducir el consumo, dispararía aún mas los precios de lo que ya están. Todas las encuestas señalan que esto lo entiende a la perfección el pueblo llano y que cualquiera que lo abandera es visto como una amenaza. Algo así como los que hablan de recortar un estado inexistente como solución mágica.

La oportunidad de “ordenar”

La oportunidad de ordenar existe en ambos lados. La oposición deberá construir un relato que identifique la falta de combustible como colofón de 20 años de gestión equivocada, pero sin criminalizar a los millones de personas que han crecido personal y familiarmente en este tiempo, mientras que el bloque popular necesita un “villano” a quien culpar de la falta de dólares: el evismo no duda en culpar a Arce por su “incapacidad” y el arcismo señala a la falta de previsión de Morales en hidrocarburos y las chapuzas en el litio de la situación actual, sin embargo en la muerte cruzada la oposición sale ganando. Ni Arce ni Morales tienen demasiadas ganas de cuestionar a mineros, soyeros, ganaderos y banqueros, que al fin y al cabo son los que hoy producen y manejan los dólares que el Estado ha sido incapaz. Esto les acabará condenando.


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