Bajo el peso anímico y físico de la eliminación en Champions ante el PSG, el equipo ‘red’ no tuvo respuestas ante un rival superior, que decidió con goles de Burn e Isak.
Isak celebra tras marcar ante la desesperación de Van Dijk
Después de 70 años sin ganar un torneo doméstico, la espera del Newcastle acabó este domingo en Wembley, donde se proclamó campeón de la Carabao Cup, la Copa de la Liga inglesa, al derrotar al líder de la Premier, el Liverpool de Arne Slot, que defendía el título y que, quizás bajo el peso anímico y físico de su eliminación en Champions contra el PSG, se vio totalmente superado por el equipo de Eddie Howe, que cumplió su sueño (1-2).
Sabían los jugadores del Newcastle lo que estaba en juego. Les bastaba con mirar a las gradas de Wembley y ver a su afición, que no celebraba un título desde la Copa de Ferias de 1968-69 y, a nivel doméstico, desde la FA Cup de 1954-55. La ilusión era tan grande que, unida a la calidad de los jugadores de Howe, llevó en volandas al Newcastle ante un Liverpool sin respuestas.
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Los jugadores del Newcastle, con la Carabao Cup
Tras el durísimo golpe que supuso para el Liverpool la eliminación de la Champions por penaltis contra el PSG el pasado martes, el equipo ‘red’ no pudo levantar la Carabao Cup ni ampliar así su récord. Nadie la ha ganado más veces (10). Le sigue el Manchester City, con 8. Ahora espera que el primer título de Slot como entrenador ‘red’ sea esta Premier en la que tiene 12 puntos más que el segundo, el Arsenal, a falta de 9 jornadas.
Dan Burn fue el autor del primer gol de la final (AP Photo/Scott Heppell)
El Newcastle se erigió en dominador del partido ya en la primera parte y llegó con peligro en numerosas ocasiones ante la portería defendida por Caoimhin Kelleher. Los ‘magpies’ se mostraron imprecisos y chocaron con el trabajo defensivo del Liverpool. Pero fueron superiores a los ‘reds’.
Mental y físicamente, daba la impresión de que el Liverpool, que defendía el trofeo, estuviera aún bajo el efecto del cansancio (tanda de penaltis incluida) y la enorme decepción que supuso la eliminación de la Champions del martes ante el PSG de Luis Enrique.
Harvey Barnes fue quien tuvo una de las primeras ocasiones, pero Ryan Gravenberch desvió el balón y Sandro Tonali pudo avanzar al Newcastle, pero su disparo salió desviado. Andy Robertson estuvo providencial dos veces seguidas (la primera en un remate de Alexander Isak) en la misma jugada.
Los jugadores del Newcastle, celebrando su primer gol EFE/EPA/TOLGA AKMEN
Aunque mayoritariamente no eran ocasiones clamorosas las del equipo de Eddie Howe, Kelleher no tuvo respiro. Mientras, los ‘magpies’ controlaban a un Mohamed Salah de nuevo apagado y que solo pudo crear peligro, a través de un gran pase, cuando el Liverpool ya perdía por 0-1. Diogo Jota no pudo aprovecharlo.
Bruno Guimaraes, capitán del Newcastle, con el trofeo
Fue en el 45′ cuando se avanzó el Newcastle. Lo hizo a la salida de un córner servido por Kieran Trippier, cuando Dan Burn marcó gracias a un gran remate de cabeza. Esta vez ni Ibrahima Konaté ni Virgil van Dijk pudieron evitarlo.
Parecía iniciar con más fuerzas la segunda parte, pero el Newcastle se puso 0-2 en el 52′. Antes, un gran Joelinton frustró un contragolpe conducido por Luis Díaz y, vía VAR, fue anulado un tanto de Isak por entorpecer Bruno Guimaraes la visión de Kelleher.
La jugada del 0-2 la inició Tino Livramento por la banda izquierda, colgó el balón en el área, Murphy cabeceó el esférico e Isak marcó de primeras. El sueño del Newscastle estaba aún más cerca.
Arne Slot dio entrada a Curtis Jones y Darwin Núñez y el medio tuvo un impacto inmediato en el juego. Con una gran parada evitó Nick Pope, portero de los ‘magpies’, que marcara el centrocampista ‘red’. Pero el Liverpool no logró remontar. Sin embargo sí que marcó Federico Chiesa en el 94′ y la ‘diana’ subió al marcador tras suspense con el VAR. También el VAR desestimó una acción de Joelinton sobre Harvey Elliott.
Esta vez la épica del Liverpool no funciono. Antes, Kelleher incluso evitó en una estelar intervención que Isak volviera a marcar. La afición del Newcastle, tan fiel y entusiasta, vio esta vez cumplido su sueño. A Slot le toca recuperar moralmente a su equipo para rematar la Premier, tras el parón por las selecciones.