Roboré bajo amenaza


Fuente: Ideas Textuales

 

 



Una radiografía de la deforestación en el Valle de Tucabaca.

 

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Por el Movimiento en Defensa del Valle de Tucabaca.

La historia del Valle de Tucabaca, en Roboré, no solo es la de un bosque milenario que regula el agua, alberga vida silvestre y sostiene comunidades, sino también la de una lucha por protegerlo de una deforestación que avanza de forma implacable, muchas veces amparada por la legalidad, pero sin ética ambiental.

Nuestra organización, el Movimiento en Defensa del Valle de Tucabaca, inició una investigación ante la creciente preocupación por los desmontes que ocurren dentro y alrededor del Refugio de Vida Silvestre Tucabaca. Tras insistentes solicitudes, cartas, protestas y presión social, logramos que la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT) entregue una base de datos oficial sobre los desmontes autorizados entre 2017 y 2024.

Los resultados estremecen. Más de 36 mil hectáreas de bosque fueron autorizadas para desmonte en Roboré, un municipio de vocación forestal. De ese total, 21 mil hectáreas están en zonas clasificadas como “Uso Forestal y Ganadería Reglamentada”, donde solo se deberían permitir actividades sustentables, bajo normas estrictas y mediante microcaracterización detallada. Pero la realidad es otra.

 

Una legalidad a conveniencia

Las cifras muestran que la mayoría de estas autorizaciones se otorgan a predios privados (65%) y comunidades campesinas (31%), muchas de ellas nuevas o interculturales, incluyendo colonias menonitas. Se trata de actores que utilizan la tierra principalmente con fines agroindustriales, cultivando sorgo, soya y maíz a gran escala, actividades que están prohibidas en estas zonas forestales por el Plan de Uso del Suelo (PLUS).

Peor aún, se ha identificado el uso de la microcaracterización como una puerta trasera: un mecanismo que debería ser excepcional, se ha convertido en rutina para justificar desmontes en zonas no aptas. Esta práctica, sumada a la fragmentación de solicitudes (usando varios PDM20 por un mismo predio para evitar controles), está perforando sistemáticamente el PLUS.

 

¿Quién autoriza y quién controla?

El 63% de los desmontes fueron autorizados desde la oficina de la ABT en Roboré, lo que la convierte en la principal promotora del desmonte en la región. Sin embargo, cuando se trata de fiscalizar o controlar quemas y desmontes ilegales, la misma oficina alega falta de recursos. Se autoriza con facilidad, pero no se controla. Se recauda, pero no se protege.

Además, hemos identificado un patrón muy peligroso: autorizaciones otorgadas sobre tierras ya desmontadas antes de obtener permiso, lo que representa una “legalización del delito”. En lugar de sancionar, se regulariza. En lugar de proteger, se facilita la destrucción.

 

¿Cuál es el precio de esta pérdida?

El costo ambiental es devastador:

  • Se han talado más de 10 millones de árboles, destruyendo hábitats vitales.
  • Se pierden más de 210 millones de litros de agua al año, afectando la recarga hídrica.
  • Se dejan de capturar más de 260 mil toneladas de CO₂ cada año, agravando la crisis climática.
  • Se filtran 157 mil toneladas menos de contaminantes en el aire, con impacto en la salud humana.
  • Se fracturan corredores ecológicos esenciales, como el que une el Bosque Seco Chiquitano con el Pantanal.

Además, el 55% del desmonte se concentra en el área de amortiguamiento del Refugio de Vida Silvestre Tucabaca, y más del 4% ocurre dentro del área protegida misma. Esto afecta directamente las fuentes de agua de comunidades como Limoncito y Los Sotos, y pone en riesgo la integridad de ecosistemas únicos y frágiles.

¿Y ahora qué?

Frente a esta realidad, el Movimiento en Defensa del Valle de Tucabaca exige:

  • La paralización inmediata de todas las autorizaciones de desmonte en Roboré.
  • La elaboración urgente de un plan de recuperación forestal.
  • El fortalecimiento de los mecanismos de fiscalización, combinando tecnología satelital y verificación en campo.
  • Una revisión profunda de la Ley 741 y de la utilización de los PDM20, para frenar su abuso como vía fácil para desmontar.
  • Transparencia y rendición de cuentas de las oficinas de la ABT que emiten permisos sin el debido control.

El Valle de Tucabaca no es solo un punto en el mapa; es una fuente de vida, de agua, de cultura, de equilibrio. Cada árbol que cae allí no solo deja un hueco en el bosque, sino también una herida profunda en nuestro futuro como humanidad.

La defensa del bosque es también la defensa de quienes vendrán después de nosotros. Es ahora, o será nunca.

La defensa del bosque es también la defensa de la humanidad.


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