El premio Nobel de Física John C. Mather explicó cómo la inteligencia artificial la tecnología debe estar al servicio del conocimiento, no al revés.
Por Mirko Racovsky
Fuente: Infobae
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Ante un auditorio universitario atento y entusiasta, en Almwería, John C. Mather, premio Nobel de Física y uno de los padres del Telescopio Espacial James Webb, abordó un tema que va mucho más allá de las galaxias: la irrupción de la inteligencia artificial en el universo del conocimiento.
Según reseñó National Geographic, a diferencia de las visiones apocalípticas que dominan parte del debate público, Mather ofreció una lectura más pausada, aunque no por ello menos incisiva. Para él, la IA no representa un final, sino una transformación profunda, que aún escapa a nuestra plena comprensión. “El futuro será distinto, quizás inimaginable”, afirmó, dejando claro que los sistemas inteligentes ya están redefiniendo la forma en que observamos y procesamos la realidad.
A diferencia de los discursos alarmistas que dominan ciertos espacios, Mather trazó una reflexión profunda y mesurada. No hay apocalipsis en su diagnóstico. La IA, en su opinión, no reemplazará a los humanos, pero cambiará los mapas con los que la ciencia navega lo desconocido.
Mather alerta sobre el negacionismo
Durante su intervención en Almería, no eludió los desafíos sociales y políticos que enfrenta hoy la ciencia. Entre ellos, destacó con preocupación el crecimiento del negacionismo, fenómeno que, según el Nobel, no refleja una falta de avances científicos, sino una mutación en el clima político global.
“Me sorprende el auge de quienes rechazan la ciencia, pero no lo veo como un retroceso científico, sino como un cambio político”, sentenció con claridad. La frase, breve y directa, refleja una tendencia creciente: el uso de la duda como herramienta ideológica, más que como motor de investigación.
La presencia de John C. Mather en Almería no fue un hecho aislado, sino parte de un momento de especial efervescencia científica en el sur de España. Invitado por la Universidad de Almería para participar en las XIII Jornadas Astronómicas, el Nobel de Física ofreció una mirada privilegiada sobre los grandes misterios del cosmos y el papel que la investigación actual —y futura— tiene para desentrañarlos.
Uno de los momentos más significativos de su visita fue su paso por el Observatorio de Calar Alto, situado en la sierra almeriense. Con visible admiración, Mather lo calificó como “el más grande de la Europa continental”, destacando la importancia estratégica de este centro para la astronomía global. Allí, el físico analizó con interés cómo su instrumental permite detectar exoplanetas mediante la observación del leve bamboleo estelar provocado por la atracción gravitatoria de mundos aún invisibles.