Rodrigo Paz señala en Harvard que debe reconocerse el protagonismo de lo nacional popular


El candidato presidencial subrayó la importancia de entender el “vecindario” regional de Bolivia antes de pensar en alianzas con Europa o China

El candidato presidencial Rodrigo Paz. Foto: Brújula Digital

Fuente: Brújula Digital

Raúl Peñaranda U.



En la jornada de cierre de la conferencia de Bolivia360, realizada en la Universidad de Harvard, el candidato presidencial Rodrigo Paz centró su intervención en la necesidad de replantear la visión del país reconociendo el papel protagónico del sector nacional popular, compuesto por cooperativistas, gremiales, cuentapropistas, transportistas y emprendedores.

“Si no entendemos lo nacional popular o lo popular nacional (…) no estamos entendiendo que todo lo que hemos hablado hoy día no va para el 85% de esa economía nacional que es parte necesaria para resolver”, afirmó.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Reivindicó para sí mismo una posición centrista con capacidad de dialogar con ese segmento “nacional popular”, y dijo que el resto de los candidatos opositores se ubican a la derecha y ello reduce sus posibilidades de diálogo con el resto de la sociedad.

Con el respaldo del empresario boliviano Marcelo Claure, y en coordinación con la Universidad de Harvard, uno 90 empresarios, analistas, especialistas y candidatos presidenciales debaten cómo conseguir unos consensos mínimos sobre las reformas económicas necesarias para superar la crisis.

Rodrigo Paz fue el último de los candidatos presidenciales. También dieron presentaciones Samuel Doria Medina, Eva Copa, Manfred Reyes Villa, Tuto Quiroga y Jaime Dunn.

Al inicio de su ponencia, Paz subrayó la importancia de entender el “vecindario” regional de Bolivia antes de pensar en alianzas con Europa o China. Dijo que la política exterior debe considerar a los “dos grandotes” del vecindario: Brasil y Estados Unidos.

“Tomamos decisiones en función de qué determina ciertas decisiones en nuestro barrio”, señaló, y recordó su experiencia personal como exiliado en diversos países latinoamericanos durante las dictaduras de los años 70.

Sobre la economía, coincidió en que el principal problema del país es el gasto excesivo. Propuso revisar el rol del Banco Central y dejar de usarlo como “caja chica del gobierno nacional”.

Habló de una política clara de retorno de capitales (estimando que hay más de 7.000 millones de dólares fuera del país), emisión de bonos, y reformas legales en minería e hidrocarburos. Sin embargo, advirtió que todos estos cambios serán insuficientes si no se acompaña con una verdadera descentralización del Estado y de la economía.

Reafirmó su propuesta del modelo “50-50”, que consiste en distribuir los recursos y responsabilidades entre el gobierno central y las regiones.

Paz argumentó que la descentralización no debe limitarse al aspecto fiscal, sino también debe aplicarse en salud y educación. Propuso que el 50% de los contenidos curriculares sean definidos por cada región.

“Cada departamento va a poder tener derecho a establecer un tipo de formación de recurso humano”, señaló. Lo mismo planteó en salud: “Tendremos un centro desde lo nacional que hay que tener transversal, pero después cada ciudad tendrá libertad para desarrollar las tecnologías que quieran”.

En otro momento, denunció la existencia de un “estado tranca” que impide ejecutar proyectos desde los gobiernos locales. Contó que, siendo alcalde de Tarija, intentó implementar un modelo de ciudad inteligente, pero fue bloqueado por funcionarios del nivel central.

“Tuve que ir a pedirle permiso a un señor de La Paz (…) para hacer una planta de tratamiento o un sistema de ciudad inteligente. Y me dijeron que no cumplía con un decreto, y por eso no podía hacerlo”, explicó. A raíz de estas gestiones, dijo haber enfrentado 16 procesos judiciales bajo el gobierno de Evo Morales, y cuatro más con la actual administración.

Sobre la construcción de gobernabilidad, recalcó que sin acuerdos con las regiones y los sectores populares, no se puede avanzar. Reiteró que la clave está en incluir al 85% de la economía informal y emergente, antes que priorizar exclusivamente a los sectores empresariales formales. “Hoy día tiene más peso los cooperativistas, gremiales y cuentapropistas que las confederaciones de empresarios”, afirmó.

Destacó que los métodos tradicionales de hacer política ya no funcionan, y que es necesario construir una nueva cadena de transmisión del mensaje. En ese marco, mencionó su alianza con el Capitán Lara, figura popular en redes sociales, con quien ha logrado más de 1,4 millones de visualizaciones.

“No puede ser que lo mismo que yo digo tenga 100 mil vistas, pero si lo dice el Capitán Lara, tenga 1,4 millones”, dijo, reconociendo la necesidad de una comunicación más cercana a la ciudadanía.

Paz también se definió como parte de un centro político aún no ocupado. Sostuvo que el electorado ya no se divide entre izquierda y derecha.

“Después de 20 años, lo que queremos es crédito abierto, bajos impuestos, bajos aranceles y que la corrupción se acabe”, dijo, citando a un productor de quinoa de Uyuni. “Hoy en Bolivia hay una izquierda ligada al gobierno nacional, una derecha que está expresada en candidatos de hace 20 o 30 años, pero hay un gran centro que no está ocupado”, argumentó.

Cuestionó la eficiencia de la Aduana Nacional y propuso cerrarla: “Maten esa aduana […] ¿Dónde está el contrabando si esa aduana debería evitarlo?”. Dijo que ha recorrido a pie varias veces la frontera con Chile y que ha sido testigo de las rutas del contrabando y el narcotráfico.

Propuso “liberar” las reglas del comercio y convertir a Bolivia en “un gran supermercado”: “El argentino viene a comprar, el de Brasil viene a comprar, el de Perú. Hagamos de Bolivia un gran supermercado”.

Finalmente, exhortó a los asistentes a invertir en política y a participar activamente en la toma de decisiones: “Si no invierten en política, no se quejen después de la política”. Recordó que esta elección ocurre en el año del Bicentenario de Bolivia y consideró que puede ser una oportunidad histórica para ofrecer una alternativa de centro que represente a las grandes mayorías.