Con reglas claras y voluntad del Gobierno, el agro puede generar exportaciones que superen los $us 13.000 millones, según la CAO


A menos de dos meses de las elecciones y Bolivia ocupando el último lugar en productividad, el sector agropecuario resalta que hay 10 cultivos clave con los que se pueden duplicar los recursos que generados la exportación de gas

Por Álvaro Rosales Melgar

“Solo se necesita decisión política, confíen en los productores”, fue el pedido de Frerking

Fuente: Unitel



Con políticas claras, apertura tecnológica y seguridad jurídica, el agro puede duplicar su aporte a la economía nacional y superar los $us 13.000 millones en exportaciones para el año 2033, según la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), desde donde se apunta a una agenda concreta para que el agro se convierta en el principal motor económico del país.

Actualmente, el sector agropecuario aporta el 16% al PIB nacional, con $us 6.000 millones, genera el 24% del empleo en Bolivia -equivalente a 1,6 millones de puestos de trabajo- y representa el 24% de las divisas, con exportaciones por $us 3.200 millones, detalló Klaus Frerking, presidente de la CAO, durante el Foro Agropecuario realizado este miércoles con tres candidatos presidenciales.

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Pero el potencial real va mucho más allá. La CAO identificó 10 cultivos clave: soya, maíz, sorgo, trigo, girasol, chía, arroz, sésamo, algodón y caña, con los que Bolivia puede escalar de 13,9 millones de toneladas actuales a más de 30 millones de toneladas en 10 años, sin necesidad de ampliar la frontera agrícola, según el reporte.

“Solo en Santa Cruz, con esos cultivos se produjeron 13,93 millones toneladas en 2024. Podemos llegar a 30 millones sin deforestar, solo con productividad”, afirmó Frerking al reflejar que la biotecnología es clave en el horizonte sectorial. “Podemos generar lo que el gas en su mejor momento produjo y lo podemos duplicar.

El ejecutivo resaltó que el gas, en su mejor momento, exportó $us 6.113 millones y el agro puede duplicar esa cifra para el 2033, tema que al Estado no le significará desembolso de recursos, potencial que no solo se da en Santa Cruz, sino también en otras regiones con vocación agrícola.

“Tenemos castaña en Pando, trigo en Chuquisaca, frutas en Tarija, camélidos en Oruro, leche en Cochabamba. Pero si seguimos con políticas de bloqueo e incentivos distorsionados, Cochabamba va a seguir perdiendo producción. Hoy produce 50% menos leche y menos pollo por los bloqueos y la mala política del maíz subvencionado”, lamentó.

BAJA PRODUCTIVIDAD

La clave está en cambiar el modelo productivo y romper las barreras que impiden competir globalmente. Por ejemplo, Bolivia ocupa el último lugar en rendimiento de maíz: 2,5 toneladas por hectárea. Brasil produce 5,37 y Argentina 7 toneladas. “Sin biotecnología no se puede competir”, resaltó Ferking.

“El año 2013 se cerraron las exportaciones de maíz. Desde entonces, el sector dejó de competir con el mundo y vino el déficit. Hoy consumimos 1,4 millones de toneladas y solo producimos 640.000. El déficit entra por contrabando, principalmente desde Argentina”, denunció.

En el caso del trigo es más dramático: Bolivia necesita 860.000 toneladas de harina de trigo, pero solo se producen 125.000, por lo que hay un déficit de 734.000 toneladas y ese mismo patrón de baja productividad se repite en arroz, papa, tomate, quinua, algodón y otros cultivos.

La papa, por ejemplo, rinde apenas 6,4 t/ha, frente a las 15,9 de Perú. En algodón, el rendimiento nacional es de 0,57 t/ha, uno de los peores del continente. En quinua, mientras Perú produce 1,33 t/ha, Bolivia apenas llega a 0,6. “Eso es falta de visión y de incentivos”, subrayó el titular de la CAO.

La solución, según el sector, no pasa por ampliar frontera agrícola, sino por liberar la producción. Santa Cruz tiene 15,5 millones de hectáreas habilitadas para el agro según su Plan de Uso de Suelo (PLUS), pero actualmente solo se utilizan 7,5 millones.

“Tenemos un remanente de 8 millones de hectáreas, pero no queremos usarlo hasta mejorar la productividad. No estamos destruyendo bosques, los protegemos porque de ellos vivimos”, explicó Frerking. “Solo se necesita decisión política, confíen en los productores, porque somos los que damos respuesta más rápida en tiempos de crisis”, fue el pedido a la clase política.