Falta de seguridad jurídica frena la inversión extranjera en Bolivia


Según el Banco Central de Bolivia (BCB), entre 2018 y 2024, la inversión extranjera en Bolivia descendió en 18%

Por Erika Ibáñez

inversión

La inversión extranjera es fundamental para la mayoría de los países. Foto: Cepal



Fuente: La Razón

La inversión extranjera es fundamental en el desarrollo económico de Bolivia, ya que aporta recursos que impulsan diversos sectores productivos. Sin embargo, la falta de seguridad jurídica y la inestabilidad han causado el descenso del financiamiento.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Según el Banco Central de Bolivia (BCB), entre 2018 y 2024, la inversión extranjera en Bolivia descendió en 18% y el porcentaje se eleva por encima de 60% si se toman en cuenta datos desde 2013.

La Inversión Extranjera Directa (IED) recibida en 2024 registró un flujo de $us 247 millones, cifra superior a 2023, cuando alcanzó a $us 240 millones, según un informe del BCB. Y destaca que este comportamiento se explica principalmente por las utilidades reinvertidas de los sectores de hidrocarburos y manufactura.

Es decir, la reinversión de utilidades fue el motor de la IED en 2024 y no el ingreso de nuevas inversiones o capital fresco.

La cifra de IED más alta se registró en 2013, cuando llegó a $us 1.750 millones, y desde entonces comenzó a descender.

EL BCB informó que, en 2024, el sector de hidrocarburos captó $us 210 millones de inversión extranjera; la industria manufacturera reportó $us147 millones; comercio, $us 123 millones, e intermediación financiera, $us 68 millones, entre los principales sectores.

Cifras

El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero, explicó que en los últimos 10 años la inversión extranjera en Bolivia bajó al menos en un 50% y dijo que, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la inversión extranjera en Bolivia solo representa el 0,02% de la inversión total en Latinoamérica.  “Es decir, de cada 100 dólares que se invierten en la región, 20 centavos corresponden al país”.

Romero explicó que la inversión extranjera es el flujo o la llegada de capitales o recursos financieros hacia un país, sea a su sector público o privado. “Y puede consistir en la adquisición de empresas, constitución de empresas, compra de activos financieros estatales o privados con la finalidad de que genere rendimientos”.

Además, se trata de uno de los cuatro flujos más importantes de entrada de divisas y recursos al país y su importancia es clave para cualquier economía.

Estabilidad

Ernesto Rossell Arteaga, abogado independiente, experto en Derecho de las Inversiones y exsubprocurador de Defensa y Representación Legal del Estado, explicó a La Razón que la inversión extranjera directa llega por financiamiento externo, por la consecución de proyectos por parte de otros Estados, de organismos financiadores internacionales o empresas transnacionales que quieren trabajar algún rubro o sector de la economía local.

“Para que este tipo de inversión se configure de manera efectiva, el país tiene que brindar una serie de elementos que garanticen que la inversión va a tener un retorno y que, de alguna manera, y, pese al riesgo que conlleva este tipo de movimiento, va a estar garantizada de alguna manera”, dijo.

Rossell remarcó que, para atraer inversión extranjera directa, los países requieren ante todo seguridad jurídica. Explicó que los inversores piden que, en caso de algún problema, éste sea tratado de la mejor forma y preferentemente en un tribunal imparcial y que no sea la justicia de ese país la que resuelva el diferendo.

Bolivia

“Hace tiempo que no ofrecemos esa seguridad, y no es solo un tema de Bolivia; los países de la región adolecen de deficiencias en sus sistemas jurídicos y por eso el inversionista internacional, el exportador de capital, prefiere un foro de inversiones y concebir algunas prerrogativas de un foro de arbitraje que no responde a los intereses de un país”, acotó.

A decir de Rossell, “no se puede tapar el sol con un dedo, hace tiempo que la justicia boliviana está siendo mal vista por una serie de deficiencias y el inversionista extranjero está enterado de todo lo que pasa en el país”.

Sin confianza, lógicamente es difícil que llegue más inversión extranjera para Bolivia.

El abogado consideró, sin embargo, que tampoco es totalmente justo el pedido de los inversionistas de recurrir a foros internacionales, pues ellos son “expertos” en ese tipo de arbitrajes.

Arbitrajes

“Si bien no es totalmente justo que una empresa entre al sistema judicial de un país, porque posiblemente esté afectado o influenciado por otro poder, también estas empresas transnacionales tienen un conocimiento muy superior a los estados de los foros internacionales donde quieren tratar sus controversias”.

Hasta 2007, Bolivia era parte del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), una institución del Banco Mundial dedicada a la resolución de disputas internacionales entre inversionistas y Estados, así como entre Estados.

Para Rossell. el CIADI era una suerte de juez y parte porque se encargaba de proteger al inversionista y dejaba desprotegidos a los Estados afectados.

“Bolivia tomó la decisión de marginarse de este sistema y no se demostró que la participación o no en estos sistemas sea un elemento que defina el éxito de un país en la inversión o no. Los indicadores eran más estables por estabilidad económica, seguridad jurídica y estabilidad política hacen que el país sea mejor visto como recipiente de inversión”.

Infografía: Lizeth Machaca

Acuerdos

Una opción, según el abogado, es que Bolivia tenga su propio tratado de inversiones y lo presente a quienes quieran invertir; sin embargo, otros países podrían hacer lo mismo y el inversor velará por la mejor opción y la que se adecúe a sus intereses. Destacó a organismos internacionales como el Mercosur, Aladi, la CAN, que hacen fuerza con los Estados y ayudan a equilibrar la balanza para que llegue la inversión extranjera.

El presidente del Colegio de Economistas de Tarija coincidió en que la seguridad jurídica es fundamental para a atraer la inversión extranjera. “Hay factores económicos y políticos, pero el núcleo importante es la seguridad jurídica y económica de un país y si le sumas bajos niveles de libertad económica y calificaciones negativas la inversión se repele. Eso debe cambiar, el Gobierno debe buscar que la imagen de la economía boliviana sea atractiva, porque inversión no es solo pensar en venir a ganar, sino que signifique la garantía de poder realizar empresa y que sea sostenible a largo plazo”, explicó a La Razón.

Otros factores que ahuyentan la inversión extranjera tienen que ver con la estabilidad política, social y económica.

Dólar

Rossell consideró que, si el país beneficiario ofrece esas condiciones, no necesariamente se requiere la participación en un tribunal de arbitraje internacional.

Y acotó que hace años el país ofrecía estabilidad de la divisa extranjera con un dólar que mantenía un tipo de cambio fijo porque tenía la capacidad de exportar gas, minerales y garantizar un equilibrio en la balanza de pagos y comercial.

Empero, cuando se dejó de tener esa estabilidad económica, surgieron los conflictos sociales y políticos, y tambaleó la posibilidad de recibir inversión extrajera e incluso de reinversión de las empresas que operan en el país.

Además, dijo que un país que no necesita inversión extranjera es aquel que exporta sus capitales y tiene una balanza de pagos y comercial equilibrada, algo que hoy en día no ocurre en Bolivia.

“Esa balanza tiene que equilibrarse con inversión extranjera, con financiamiento externo, con deuda interna y otros elementos y si no tenemos la posibilidad de conseguir esos recursos y generar ese equilibrio, por supuesto que aparece la crisis económica, social y la inestabilidad”, remarcó.

Inversión

Rossell consideró que, actualmente, para Bolivia está complicado conseguir inversión extranjera porque —explicó— los inversionistas le exigen seguridad jurídica y estabilidad.

Y si la consigue, es a un interés o costo mayor. “El inversionista no es caridad, no es un donante; es un empresario que viene a lucrar e intenta con su modelo de negocios desarrollar, junto a su socio estratégico, alguna industria, algún rubro y generar excedente y utilidad a corto, mediano y largo plazo. El país debe preocuparse de que las condiciones no sean adversas y se logre un equilibro”.

En tanto, para Romero, un país que no recibe inversión, no crece, “y una economía que es pequeña, como la boliviana, obviamente necesita inversiones y necesita tecnología, inversión, apoyo financiero, es imposible pensar en dejar de ser un país tercermundista sin apoyo extranjero”.

Fuente: La Razón