Huevo boliviano, el más barato de la región, rompe fronteras por vías clandestinas


Las autoridades y productores locales de Bolivia y de otros países identifican más de una veintena de nuevos pasos ilegales. El ilícito atenta contra la economía del sector avicultor.

M. COSSÍO / M. REVOLLO

Imagen ilustrativa referida al contrabando a la inversa de huevo desde Bolivia hacia el exterior. / GENERADA CON IA
Imagen ilustrativa referida al contrabando a la inversa de huevo desde Bolivia hacia el exterior. / GENERADA CON IA

 



Fuente: Opinión

“Huevos, caserita… con su sello de garantía. Huevo, huevo”, se repite una y otra vez en medio del bullicio de una calle comercial de Juliaca, Perú. La voz femenina, amplificada por un megáfono, se filtra entre el ruido de motores, conversaciones y bocinas. Los maples de huevo boliviano están por doquier: apilados sobre aceras, alineados incluso en la calzada, acomodados dentro de tiendas o cargados en vehículos de todo tipo, desde autos pequeños hasta camiones. También se venden botellas y bidones de aceite, sacos de azúcar y otros de la canasta básica. Hay productos que cruzaron la frontera desde Bolivia sin control, pero se comercializan a plena luz del día, como si su ingreso fuera legal.

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El producto es apetecido. El huevo boliviano es el más barato en comparación con países vecinos, de acuerdo con informes y las voces de autoridades nacionales y productores de Perú y Chile, entre otros. Este es un factor que genera la actividad ilícita del contrabando a la inversa.

Esta práctica consiste en la salida de productos de manera ilegal hacia otros países, pasando por alto los controles en las fronteras. Esta actividad atenta contra la economía nacional, porque se pierden ingresos para el Estado; puede generar la subida de precios; afecta a los productores locales formales tanto en Bolivia como en los países vecinos; además, alimenta estructuras contrabandistas.

PASOS CLANDESTINOS Según el viceministro de Lucha Contra el Contrabando de Bolivia, Luis Amílcar Velásquez, se detectaron 23 nuevos pasos clandestinos: 10 hacia Chile, tres a Perú, dos a Argentina, siete a Brasil y uno a Paraguay.

Por ejemplo, a fines de junio, en las proximidades del sector de San Pedro de Tiquina, en la línea fronteriza, se interceptaron dos camiones que transportaban productos de contrabando de la canasta familiar cuyo valor económico ascendió a aproximadamente 250 mil bolivianos. Entre lo decomisado, había 2.100 unidades de huevo, informó el comandante del Comando Estratégico Operacional de Lucha Contra el Contrabando (CEO-LCC), José Pardo.

En entrevista con OPINIÓN, el vocal de la Asociación de Productores de Huevos del Perú (Aprohperu), Elmer Quispe, expresó que existen al menos 12 puntos vulnerables por donde ingresan productos de contrabando desde Bolivia hacia Perú.

Aunque Bolivia designó militares para intentar frenar esta práctica, las mafias encuentran formas de sortear los controles y llegar a su destino.

En contacto con transportistas que realizan viajes internacionales hacia la frontera de Perú y Chile, informaron que los caminos son diversos para la salida del contrabando y que, además, no siempre existe control en las zonas limítrofes.

Según Velásquez, “el contrabando tiene la capacidad de abrir constantemente nuevos pasos clandestinos para operar”.

Identifica dos modalidades: una planificada y otra conocida como ‘hormiga’. Esta última involucra a pobladores que viven cerca de las fronteras, quienes acopian huevos con el argumento de consumo propio y luego los sacan del país por rutas ilegales para venderlos.

Como un migrante sin pasaporte, los huevos bolivianos rompen fronteras.

Para el vicepresidente de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC), Bolivia, Rolando Morales, solo Cochabamba, el segundo productor de huevo del país, envía semanalmente 1.200 millones de unidades a La Paz y El Alto para abastecer el mercado interno. Sin embargo, una parte significativa de esta producción toma un rumbo distinto, y cruza los límites internacionales de forma ilegal.

“A Bermejo (Tarija, sur del país) llegan entre 20 y 30 buses diarios desde Argentina. Allí, los argentinos compran nuestros productos porque son extremadamente económicos”, reveló.

Los técnicos de la CAC evidenciaron que no se trata de pequeñas compras.

“Si hablamos de 40 buses con 40 pasajeros cada uno, son 1.600 personas al día. Si cada una gasta en promedio 100 dólares, eso es más que el cargamento de 20 camiones. Es un contrabando hormiga, pero masivo”, sostuvo.

Pero, este contrabando no se da solo en Bermejo.

Desaguadero, en la frontera con Perú, es otro punto caliente.

Desde allí, huevos y carne de pollo cruzan hacia Perú a través de pasos clandestinos alrededor del lago Titicaca.

HUEVO DE IDA El contrabando de huevo boliviano hacia países vecinos, especialmente Perú y Chile, no es nuevo. Lejos de detenerse, esta actividad crece con fuerza. Así lo advirtió Quispe, de Aprohperu, quien señaló que el ingreso ilegal de huevo boliviano se intensificó hace unos cinco años, se agravó en los últimos dos y, durante el último año, se desbordó por completo.

Esto motiva su llamado a reforzar los controles en Bolivia para frenar el ingreso de huevo de contrabando; no es solo la competencia desleal que afecta a los productores, sino también los riesgos sanitarios asociados, como la gripe aviar, entre otros. Mientras que hasta 2024 se estimaba que el volumen de contrabando alcanzaba los 8.8 millones de huevos por semana, actualmente calculan que la cifra ha subido a 12 millones.

“Ya no solo hablamos de huevo, también cruzan carnes como la de cerdo y pollo”, afirmó.

El presidente de la Asociación de Porcinocultores de Tacna, en Perú, Jesús Salas, coincidió con Quispe, y aseveró que están siendo invadidos por productos que salen de Bolivia de forma ilegal hacia su país.

Estimó que cada semana ingresan a Tacna alrededor de 10 toneladas de huevo de procedencia boliviana, a través de una ruta que cruza por Pisacoma y continúa hacia Mazocruz o Challapalca.

Salas afirmó que por esa misma vía ingresarían semanalmente unas 20 toneladas de carne de cerdo en carcasa y animales vivos directamente al camal (matadero), así como cerca de 20 reses bovinas, principalmente de raza Cebú Angus.

Según su testimonio, este viernes observaron el ingreso de una cantidad considerable de carne porcina, la cual incluso llevaba el sello del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), de Bolivia. Además, identificaron un tipo de corte característico utilizado en Bolivia para la inspección de parásitos, lo que confirma su procedencia.

Esta problemática no se limita a Perú. Chile también denuncia el ingreso ilegal de huevo boliviano. El director del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Rodrigo Sotomayor, informó a medios locales que durante el primer semestre de este año decomisaron 1.017.928 unidades de huevo destinadas al mercado chileno. La diferencia es abismal: Perú detecta casi 12 millones de huevos más por semana que Chile, lo que refleja la magnitud del contrabando en la región.

Asimismo, comunicó que en 2024 se detectaron 1.338.000 unidades de huevo decomisadas, mientras que en 2023 la cifra fue de 864 mil unidades.

El huevo boliviano se convierte en un producto atractivo para el tráfico ilegal.

EL PRECIO ES MÁS BAJO El precio del huevo boliviano es el más bajo en comparación con países vecinos.

El vocal de Aprohperu advirtió que el huevo boliviano, al ingresar de manera ilegal, se ofrece en el mercado peruano a un precio más bajo. El producto peruano no puede competir con esos valores, ya que ni siquiera cubre los costos de producción. Esta situación obliga a los avicultores peruanos a ajustar su producción únicamente a la demanda, ya que la “competencia desleal” les impide ampliar ventas o llegar a nuevos mercados.

Sotomayor señaló que esta problemática continúa en crecimiento, debido a que el huevo de contrabando es aproximadamente un 40% más barato que el huevo nacional.

Por su lado, el viceministro boliviano Velásquez sostuvo que no se descarta que el huevo que va de Bolivia a Perú, pase luego a Chile.

“Hacer conocer que el precio del huevo en nuestro territorio es bastante bajo; si hablamos de acuerdo a la noticia que maneja Chile, un cajón de huevos en Bolivia está relacionado con un amarre de huevo; este amarre tiene seis maples, cada maple 30 unidades, un total de 180 unidades. En el lado de Bolivia, ese amarre cuesta 25 dólares; en Argentina, 48 dólares; Brasil, 36 dólares; Chile, 42 dólares; y Perú, 28 dólares”.

Es como si el mercado nacional estuviera en una jaula fácil de abrir.

En el documento ‘Comportamiento de la cadena productiva del huevo en la semana 19 de 2025’, informe de mayo de 2025 del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural (MDPyEP), en un cuadro comparativo de comportamientos del precio del huevo en Latinoamérica, se expone que en Bolivia el precio mínimo de 12 unidades de huevos es de 12.1 bolivianos, y el precio máximo tiene una “leve variación”, llegando a 12.5 bolivianos, lo que implica un «mercado relativamente estable».

Entretanto, en Paraguay, el mínimo es 12.5 bolivianos y el máximo 14.5 bolivianos con una tendencia a la baja, lo que expone una «fuerte reducción a mitad de mes». En tanto, Perú reporta 17.3 bolivianos para la docena como mínimo y como máximo; no hay variaciones. En Argentina, se mantiene estable en 20 bolivianos; y es un «mercado completamente plano». Brasil mantiene 24.2 bolivianos, también estable, con «alto precio, pero sin cambios». Mientras tanto, Chile mantiene estable un precio de 28.1 bolivianos, lo que significa el «precio más alto en Sudamérica».

Considerando el comportamiento del precio del huevo en distintos departamentos del país, tomando en cuenta la unidad en bolivianos, se tiene que en Potosí mantiene el precio más alto de Bolivia con 1.06 bolivianos la unidad (Bs/uu). La Paz y El Alto muestran precios de entre 1.02 y 1.03 Bs/uu. Cochabamba (0.90 Bs/uu), Tarija (1 Bs/uu) y Oruro (Bs/uu) presentan “precios estables”, con variaciones mínimas (hasta 0.03 Bs), según el informe.

A plena vista, y durante todo el día, el huevo boliviano ingresado por contrabando se vende sin restricciones en distintos puntos comerciales, como en la avenida Sucre de Juliaca, en Perú. Como si se tratara de un mercado en Bolivia, los maples —conocidos como casilleros en Perú— se exhiben sin reparo. Tienen cartón color marrón claro, distinto al verde que predomina en ese país, y están amarrados con pita de polipropileno.

Los compradores preguntan por el precio y eligen mayormente el huevo boliviano, pues resulta más económico que el nacional (para ellos).

“Deme el huevo boliviano, nomás”, se escucha con frecuencia.

El principal mercado para estos productos es Puno y Juliaca, donde Quispe estimó que el 95% de la población consume huevo boliviano de contrabando. También abastecen otras regiones como Tacna, Cusco, Puerto Maldonado, Ilo y Moquegua. Además, reveló que en algunos puntos estratégicos se realizan cambios de casilleros (maples) para que el huevo pueda pasar como si fuera nacional hacia otros departamentos del sur peruano.

El vicepresidente de la Asociación Departamental de Avicultores (ADA) en Cochabamba, Bolivia, Iván Carreón, destacó la preferencia por el huevo boliviano.

“En Perú, muchos insumos como soya y maíz son importados; y la calidad del huevo boliviano, presumo que debe ser superior, por eso es que es preferido por los mismos peruanos”.

La demanda alimenta un contrabando.

Un camino habilitado por contrabandistas en la plataforma 'La Carrroñera' en Desguadero, punto fronterizo con Perú, en septiembre de 2024./ MINISTERO DE DEFENSA
Un camino habilitado por contrabandistas en la plataforma ‘La Carrroñera’ en Desguadero, punto fronterizo con Perú, en septiembre de 2024./ MINISTERO DE DEFENSA

 

DECOMISOS La identificación de los nuevos pasos clandestinos llevó a descubrir productos de primera necesidad que pretendían salir de contrabando a otros países. Durante el primer semestre, hasta el 18 de julio, por información del ministro de Defensa, Edmundo Novillo, se conoció que comisaron varios productos, entre ellos 400 mil huevos, así como otros productos de primera necesidad, por mencionar algunos, 133 cabezas de ganado de res, 32.300 kilos de ganado de cerdo, 6.000 kilos de pollo, 976 cargas de papa, 27.500 litros de aceite, entre otros que alcanzaron a una afectación económica de 13.713.621 bolivianos en cuanto a contrabando a la inversa. A ello se suma el de importación con 64.447.889, lo que sumado alcanza a 78.161.510 bolivianos.

Incluida normativa, las acciones del Gobierno en torno a la lucha contra el contrabando a la inversa se intensificaron desde 2024.

En diciembre del pasado año, en un operativo realizado en Quillima, La Paz, se interceptaron dos camiones que llevaban alrededor de 350 mil unidades de huevo y otros con otros productos.

De acuerdo con reportes de Perú, el ingreso suele ser por la zona de Puno, para luego ser trasladados a Juliaca, como punto de acopio.  El paso fronterizo de Desaguadero (Bolivia) es uno de los puntos más críticos.

Mientras que, las autoridades chilenas evidenciaron que, durante los primeros seis meses de este 2025, el contrabando se realizaba mediante caravanas de vehículos que transportan cargas de huevo hacia el mercado chileno, principalmente hacia las ciudades de Arica, Iquique, Antofagasta y Calama, donde se registraron volúmenes significativos.

“ECONOMÍA AFECTADA” En comercios locales, como en Cochabamba, en la actualidad, el maple de huevo (de 30 unidades) se comercializa en alrededor de 36 bolivianos, costo que hace meses no llegaba a los 30 bolivianos. Esto repercute de manera directa en el bolsillo de los consumidores.

Considerando que el huevo tiene un costo menor al de alimentos como la carne de res o la de pollo (costos que también se elevaron), era de preferencia para muchas familias. Pero, la subida, tiene efectos. En un sondeo realizado por OPINIÓN, los consumidores afirmaron que la subida del precio del huevo, hace que busquen el producto de menor calidad, pasando del de primera al de segunda u otros.

Para el Vicepresidente de la CAC, el contrabando “es un cáncer para la economía”.

Hizo referencia al contrabando a la inversa de huevos y carne de pollo que sale de Bolivia rumbo a Argentina y Perú. Expresó que existe una red de operadores que aprovechan la diferencia de precios para lucrar, dejando en el país “escasez y precios inflados”.

Sin embargo, existen voces distintas.

Desde el punto de vista del Vicepresidente de la ADA, aunque el huevo boliviano cruza la frontera rumbo a Perú desde hace años, el “contrabando a la inversa” no es el culpable del alza en los precios.

Expresó que en la elevación de costos influyen los costos de producción. Los efectos de este y otros aspectos, además, se exponen en que Cochabamba ya perdió su liderazgo nacional.

Carreón afirmó que el envío de huevo boliviano al Perú no es un fenómeno nuevo y descarta que sea la principal razón de la subida de precios en el mercado interno.

“Ya en años pasados teníamos conocimiento de que se llevaba, en ciertas épocas, huevo a nuestro vecino país del Perú, principalmente al lado de Puno y Juliaca. Siempre ha ocurrido este fenómeno”.

El dirigente avícola reconoció que en la actualidad se percibe con mayor intensidad debido a que el precio del huevo ha subido, pero aclaró que este fenómeno responde a otros factores también.

Una de las condiciones estacionales que influyen en el precio es el invierno.

“Debido a las temperaturas bajas, la producción de huevo disminuye. Entonces, cuando hay menos oferta por factores climatológicos, hay una tendencia a subir (el precio)”.

Carreón sostiene que el contrabando a la inversa podría agravar la situación, pero subraya que no es un elemento determinante en la actual escalada de precios.

Sin embargo, aunque existen normativas para frenar la salida ilegal de alimentos, en la práctica el control es mínimo, a decir del Vicepresidente de la CAC.

“El contrabandista es hábil (…). En las granjas, el Senasag controla la producción, pero al mayorista nadie lo fiscaliza. Él puede decir que vendió a ‘Juan Pérez’, y de 20 huevos, solo cinco llegan al mercado local; los otros 15 cruzan la frontera”, advierte.

La salida clandestina de este producto boliviano está varias veces escondida entre las cifras generales del contrabando a la inversa; y la economía del sector se vuelve tan frágil como la cáscara de un huevo.

El ilícito tiene aliados; productores ven ‘mafias’

Para el vocal de la Asociación de Productores de Huevos del Perú (Aprohperu), Elmer Quispe, quienes están involucrados en el contrabando de huevo de Bolivia hacia su país son parte de “mafias” organizadas que se dedican a esta actividad ilegal. Son grupos que conocen bien el negocio, saben cómo operar, y manejan el proceso para transportar camiones de huevo; no es el acto improvisado de un comerciante que va a probar suerte.

El vicepresidente de la Asociación Departamental de Avicultores (ADA) en Cochabamba, Bolivia, Iván Carreón, explicó que son principalmente comercializadores mayoristas quienes recolectan huevos de diferentes productores. “Muchos llevan al occidente del país, a departamentos como La Paz y Oruro, o incluso a centros mineros. Otros, directamente a Desaguadero y hacia la frontera con Perú”.

Sobre si estos comerciantes trasladan otros productos, Carreón presume que “al hacer un negocio ilícito, ven diferentes alternativas para poder llevar y vender”, pero no tiene datos precisos al respecto.

Por su lado, el vicepresidente de la Cámara Agropecuaria Cochabamba (CAC), Rolando Morales, también apuntó a “grandes operadores” como los principales beneficiarios. Ellos compran al por mayor y canalizan los cargamentos a través de redes que se mezclan con compradores minoristas, generando un flujo constante e invisible.

“Mientras, hay menos oferta en el mercado y eso provoca que el producto tienda a subir de precio”.

Sobre el origen del huevo que cruza la frontera, Carreón reconoció que no hay información concreta. “Sabemos que muchas veces se lleva directamente desde Santa Cruz hacia el occidente. No podemos afirmar de dónde es que sale ese huevo que se está llevando a los países vecinos”, sostiene.

RIESGOS Y HERIDOS La modalidad planificada del contrabando representa un alto riesgo para los involucrados. Según el viceministro de Lucha Contra el Contrabando de Bolivia, Luis Amílcar Velásquez, hace dos semanas interceptaron en Achacachi, La Paz, un camión con 200 mil unidades de huevo que intentaban sacar ilegalmente del país. Durante el traslado del cargamento hacia la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA), cuatro patrullas que escoltaban el vehículo fueron emboscadas por unas 200 personas. El ataque permitió que el contrabandista recupere tanto el camión como la mercadería.

En operativos similares, solo en el primer semestre del año, registraron 375 agresiones, que incluyeron desde personas heridas hasta casos de incapacidad y fallecidos.

A este panorama, se suman casos de corrupción dentro de las propias fuerzas encargadas de combatir el contrabando. En el primer semestre, procesaron a seis militares, tres por cohecho y tres por presunto favorecimiento a estas redes ilegales.

Hace pocos días, aprehendieron en Oruro a cinco militares por haber permitido el ingreso irregular de al menos 17 camiones con mercancía de contrabando desde Chile, a través del Hito 23. Usaban radios handy que operaban en la misma frecuencia que los transportistas, y en el celular de uno de los detenidos encontraron mensajes que hacían referencia a un pago de 27.600 bolivianos.

En este caso, se trató de mercancía que ingresaba ilegalmente al país, pero transportistas que prefieren mantener el anonimato aseguraron que esta práctica también ocurre en sentido contrario, cuando se saca del país producto nacional de forma ilegal.

Respecto a los civiles, en el mismo periodo aprehendieron a nueve personas.

El Comando Estratégico Operacional de Lucha Contra el Contrabando (CEO-LCC) se encuentra desplegado en toda la línea fronteriza con Chile, Perú, Argentina, Paraguay y Brasil, organizados en seis Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC).

El Ministerio de Defensa detalló que se pusieron en ejecución todos los comandos estratégicos en Bolivia. Como ejemplo, el Comando Estratégico Andino y Pagador, que cuenta con 22 puntos de control, uno de esos en Desaguadero.

Aunque el Gobierno fortaleció al Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando (VLCC) y movilizó incluso al Ejército, los productores aseguran que las medidas son insuficientes.

La CAC exige políticas públicas coordinadas entre el Estado y el sector privado para frenar esta situación.

Fuente: Opinión