El país volvió a posicionarse entre los diez mayores inversores globales en ese rubro, impulsado por un crecimiento del 13.9 % en 2024 y una expansión sostenida en sectores clave como la nube, la inteligencia artificial y la industria.
Fuente: Infobae.com
Brasil escaló posiciones y volvió al grupo de los 10 países que más invierten en Tecnología de la Información (TI) en el mundo, según el estudio “Mercado Brasileño de Software – Panorama y Tendencias 2025″, de la Asociación Brasileña de Empresas de Software (ABES). En 2024, las inversiones en TI crecieron 13.9 %, superando el promedio global de 10.8 %, y alcanzaron USD 59.500 millones. El sector ahora representa 3.8 % del PIB brasileño.
Dentro del entramado productivo brasileño, el ecosistema de software se compone mayoritariamente de actores de escala reducida: aproximadamente el 94.5 % de las empresas que desarrollan software en el país son micro y pequeñas. Esta fragmentación destaca la “importancia de la innovación local en un ecosistema altamente fragmentado”, según el estudio.
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Los sectores que más demandaron soluciones tecnológicas fueron el financiero, el de telecomunicaciones y el industrial. Este último —que incluye manufactura, logística y transformación— destacó por un crecimiento del 22.1 % en inversiones, reflejando una aceleración de la digitalización en cadenas productivas y fábricas.
La adopción de tecnologías como computación en la nube, IoT y aplicaciones de CRM continúa expandiéndose, y el informe señala que la inteligencia artificial generativa y los agentes autónomos surgen como una tendencia para 2025.
La previsión para 2025 mantiene ese ritmo: “Se espera que el mercado de TI siga creciendo en 2025, con una previsión de aumento del 9.5 % en inversiones en Software, Hardware y Servicios, superando el promedio global estimado de 8.9 %”.
Aunque el reciente anuncio de Estados Unidos de aplicar un arancel del 50 % sobre productos brasileños generó preocupación, no se prevé un impacto directo sobre el software o los servicios, ya que la medida se dirige principalmente a bienes manufacturados. Aún así, podría generar efectos indirectos al reducir inversiones en TI por parte de empresas de cadenas productivas afectadas, una posible “decisión económica defensiva”, según el estudio.
En el segmento de exportaciones, el desempeño fue más modesto: las exportaciones brasileñas de software crecieron solo 2.5 % y las de servicios 2.9 %, cifras claramente inferiores al avance del mercado interno.
Según fuentes externas, en 2022 el mercado interno brasileño alcanzó USD 45.2 mil millones de facturación y avanzó 3 % sobre 2021. Desde entonces, el reciente impulso posiciona al país como líder regional y potencia global.
El crecimiento vertiginoso de la nube fue evidente en 2024: Brasil destinó USD 3.500 millones a nube pública (subida del 20 %), USD 2.400 millones a proyectos de inteligencia artificial generativa (alza de 30 %) y USD 4.900 millones en soluciones ERP (software que integra procesos clave de una empresa), con un modelo SaaS (software como servicio, accesible por suscripción a través de internet y sin instalación local) que ya representa el 30 % de esas implementaciones.
Desde el punto de vista macroeconómico, Brasil sigue siendo la séptima economía más poblada y ocupa la décima posición en PIB nominal. El aporte del sector TI al PIB refleja su inserción estratégica en la agenda de competitividad.
El vínculo entre TI e Industria 4.0 cobra relevancia: el país ha adoptado políticas estatales como la Estrategia Brasileña de Inteligencia Artificial (EBIA) y la E-Digital, además del Plan Nacional de Internet de las Cosas, con el fin de impulsar digitalización y productividad. En consonancia, el gobierno propone un plan de inversión de USD 4.070 millones para IA entre 2024 y 2028, con foco en innovación empresarial, infraestructura y formación.
No obstante, persisten desafíos estructurales. Muchas MSMEs (micro, pequeñas y medianas empresas) operan aún con baja madurez digital, sin ERP integrados ni acceso a financiamiento externo. El déficit de talento especializado y la burocracia tributaria son barreras notables.
También preocupa la incertidumbre regulatoria. El proyecto de ley 2.338/2023 (sobre IA) ha sido calificado por especialistas como potencialmente restrictivo, regulando la tecnología desde su concepción en vez de enfocarse solo en aplicaciones de riesgo alto.
El liderazgo brasileño en América Latina no implica estancamiento. Su participación pasó del 36.7 % en 2023 al 35 % en 2024, una pequeña caída pero suficiente para incitar mantener la competitividad regional.
Empresas como TOTVS, líder en software ERP en Brasil, y Stefanini, consultora global con un enfoque AI‑First, representan ejemplos concretos del crecimiento brasileño en TI.
En síntesis, Brasil ha regresado al grupo selecto de potencias en inversión tecnológica, impulsado por crecimiento interno, adopción de nube e IA, e impulso institucional. Pero para consolidar ese lugar, necesitará superar déficit de exportaciones tecnológicas, fortalecer su tejido pyme, y avanzar en talento, regulación eficaz e inclusión digital.
El camino que sigue el país hoy podría definir su papel en la próxima década de transformación global.