Aunque ambos candidatos coinciden en liberalizar la economía y reducir el centralismo estatal, expertos advierten que sus diferencias en cuanto al financiamiento, alcance institucional y urgencia podrían determinar cuál plan resulta viable en un país en crisis.
Rodrigo Paz y Jorge Tuto Quiroga. Foto: El Deber
Rodrigo Paz intensifica su propuesta de ‘capitalismo para todos’ como el eje de su programa en base a la regularización de la economía informal, el acceso a créditos, la eliminación de aranceles para bienes no producidos en Bolivia y, sobre todo, la redistribución del Presupuesto General del Estado (PGE) en una proporción de 50 – 050 entre el gobierno central y subnacionales para mejorar la distribución de los recursos y garantizar que lleguen a la población.
En tanto, Jorge Tuto Quiroga, propone una apertura económica sin trabas, así como la generación de reformas estructurales desde el Estado que permitan atraer inversión y negociar el financiamiento externo como palanca para recuperar la estabilidad macroeconómica. Su oferta incluye también disposiciones para lograr mayores niveles de autonomía regional en temas como salud y educación, además de medidas de choque financiadas con crédito externo y ajustes en el gasto público.
Existen puntos de encuentro entre ambas propuestas, según los expertos, debido a que ambos proclaman la reducción de la intervención estatal ineficiente, promover la inversión privada y dotar de mayor autonomía a gobernaciones y municipios, para quitar el peso de las determinaciones en el nivel central y otorgar un peso específico a los gobiernos subnacionales para que se responda con eficiencia a las necesidades de su población territorial. Esa convergencia de discurso muestra una coincidencia sobre que el problema actual es la mala gestión del Movimiento al Socialismo (MAS).
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Sectores productivos esperan un cambio en la política económica a partir del 8 de noviembre. Foto: Visión 360
Sin embargo, son las diferencias operativas las que, según economistas y analistas, incidirán en la consecución de resultados distintos en la práctica, por ejemplo, en cuanto a la fuente de recursos: Quiroga apuesta por el financiamiento internacional y rescates por vía de créditos para inyectar liquidez y ejecutar reformas rápidas; en cambio, Paz rechaza depender del endeudamiento masivo y dice preferir la reorganización del gasto público y la formalización para generar recursos internos.
Segundo, el ritmo y la factibilidad. Si bien la propuesta 50/50 de Paz es muy atractiva para las gobernaciones y los municipios, no aterriza en cuanto a la capacidad real que tienen esos niveles de gestión para garantizar una correcta ejecución y que ahuyente los riesgos de desequilibrios regionales e impacto en la sostenibilidad fiscal si no va acompañada de ajustes técnicos concretos, advierten analistas. Quiroga, en cambio, propone ajustes más ortodoxos que podrían estabilizar de manera más rápida la economía nacional, pero con un costo social inmediato si no se diseñan redes de protección.
Tercero, el contenido social y simbólico. Paz incorpora un lenguaje de inclusión y ‘capitalismo popular’ que busca atraer a sectores informales y urbanos con medidas específicas como la legalización de las actividades informales y los créditos blandos, mientras que Quiroga se concentra en restaurar la confianza de los mercados e inversionistas internacionales. Tal vez esa la diferencia que puede ser determinante en el amonto del apoyo electoral en la segunda vuelta, sobre todo por parte de los sectores populares.
Los sectores productivos reclaman acciones inmediatas a los futuros gobernantes. Foto: La Patria
Según el analista Gonzalo Rojas Ortuste, profesor emérito en el Postgrado en Ciencias del Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrés (CIDES-UMSA), en La Paz, la crisis económica y de desinstitucionalización del Estado son dos de los principales retos de los candidatos presidenciales. «Para Quiroga, las respuestas pasan por el apoyo de los organismos internacionales, de los que se muestra conocedor y familiarizado con tales procedimientos. Para Paz, la respuesta son medidas gradualistas y de impactos más selectivos y focalizados. Como se sabe, ambas opciones tienen méritos y dificultades», dice.
En balance, y pese a coincidencias ideológicas generales, los expertos consultados por diferentes medios de comunicación coinciden en que las diferencias pragmáticas – fuentes de financiamiento, calendario de reformas, y diseños para sostener los servicios sociales – son más numerosas y decisivas que las coincidencias; vale decir, ambos hablan un idioma parecido, pero ponen cartas distintas sobre la mesa.
Paz y Quiroga presentan propuestas que comparten algunos fundamentos ideológicos similares especialmente en torno al mercado, al recorte del Estado y al fortalecimiento de la descentralización, pero con diferencias metodológicas. Ambos abogan por menos trabas burocráticas, mayor participación privada, liberalización económica y apertura para inversiones. expertos coinciden en que ambos comparten ese horizonte ideológico neoliberal, pero moderado.
Las protestas sociales tienen incidencia en la economía nacional y deben ser abordadas. Foto: AE
Ambos proponen dar más poder a gobiernos departamentales y municipales, descentralizar salud, educación y servicios básicos, y revisar el reparto fiscal. Quiroga ha sido más explícito en ciertos eventos sobre currículo regionalizada, redistribución educativa de hasta 62 % para regiones, y libertad de propiedad individual y regalías.
Los dos candidatos identifican una crisis en inflación, desabastecimiento de insumos básicos, deterioro institucional y necesidad de acción inmediata. Su diagnóstico del estado del país tiene coincidencias fuertes y comparten meta de restaurar confianza, estabilidad macroeconómica y gobernabilidad. Expertos señalan que Paz pone énfasis especial en la economía popular, en apoyar a comerciantes informales, emprendedores, transportistas, etc. Quiroga también valora la participación del sector privado y la formalización, aunque con menor perfil en algunos discursos.
En cuanto a las diferencias, Quiroga propone obtener financiamiento externo amplio, incluyendo préstamos de organismos internacionales (créditos, apoyos multilaterales), como parte de su plan de rescate económico. Paz rechaza depender principalmente de créditos internacionales, argumenta que Bolivia tiene recursos suficientes si se optimiza el manejo del Estado, reduce el despilfarro y mejora la recaudación interna.
Las filas por combustible se agudizan día que pasa y no existe una solución pronta. Foto: AP
Expertos como Gonzalo Colque advierten que Paz propone medidas muy ambiciosas: más gasto social, créditos baratos, reducción de impuestos, distribución del presupuesto público al 50/50 entre gobierno central y subnacional, bonos a transportistas, comerciantes, etc., pero se cuestiona cómo se financiará sin aumentar el déficit ni presionar la inflación. Quiroga, en cambio, propone ajustes más tradicionales – reducción de gasto corriente ineficiente, ajuste fiscal, negociaciones internacionales – aunque estos ajustes podrían tener costes sociales sensibles.
Gonzalo Colque señala que la diferencia entre prometer y ejecutar será clave. Propuestas como las de Paz tienen un gran respaldo político en sectores populares, pero enfrentan riesgos fiscales, inflacionarios y de capacidad institucional de los municipios y regiones. Por otra parte, Quiroga tiene ventaja en cuanto a experiencia en negociaciones exteriores, credibilidad ante inversionistas internacionalizados, aunque corre el riesgo de que sus ajustes generen descontento si no va acompañado de mecanismos de compensación social.
Si bien hay un terreno común entre Rodrigo Paz y Jorge Quiroga – mercado libre, descentralización, recuperación institucional -, las diferencias son más numerosas y sustanciales en lo que toca a cómo hacer las cosas, de dónde vienen los recursos, cuál será el impacto social inmediato, y cuánto se arriesga en términos sociales versus ajuste económico. En ese sentido, parece que las diferencias superan a las coincidencias en cuanto a implementación, fuente de financiamiento, ritmo y las prioridades sociales.