Evo Morales compara la persecución a los cocaleros con la presión internacional sobre Venezuela y Palestina


El exmandatario acusa a EE. UU. de ir tras los recursos naturales de Bolivia y sostiene que la criminalización del Trópico de Cochabamba responde a la misma lógica que el cerco contra Venezuela por su petróleo y el asedio a Palestina.

eju.tv / Video: RKC

El expresidente Evo Morales aprovechó el acto por el 25° aniversario de la creación del municipio de Entre Ríos, en el Trópico de Cochabamba, para lanzar un discurso con una fuerte carga geopolítica. Afirmó que la región cocalera atraviesa un proceso de ‘criminalización y satanización’ similar a la situación que viven en la actualidad Venezuela y Palestina, pueblos – dijo – castigados por resistir al imperio’ y poseer riquezas estratégicas.



EE. UU. mantiene sanciones drásticas contra el régimen de Nicolás Maduro. En las últimas semanas, esta presión creció, porque el gobierno de Trump desplegó una flota naval y aérea frente a las costas de ese país para lanzar operaciones militares en el Caribe para combatir el narcotráfico. En Palestina, el principal problema es el conflicto armado desencadenado por los ataques de Hamás contra Israel en octubre de 2023, que provocaron una masiva respuesta militar israelí en la Franja de Gaza. El conflicto ha causado la muerte de decenas de miles de personas, en su mayoría palestinos.

El exmandatario trazó una comparación directa entre esos dos conflictos internacionales y la situación boliviana: “El cerco, su pretexto de lucha contra el narcotráfico a Venezuela por el imperio, es justamente por el petróleo. Así como Venezuela es un país que tiene mayor reserva del mundo en petróleo, como Bolivia en temas de litio. Y estamos en la mira del imperio, estamos en la mira de los internacionales. Estamos viviendo un cerco mediático con mensajes de criminalización, de satanización, de penalización a la región del Trópico de Cochabamba, así como en grande pasa en Venezuela o lo que está pasando en Palestina”, expresó.

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Morales es declarado huésped ilustre del municipio de Entre Ríos. Foto: captura pantalla

En ese sentido, Morales remarcó que nuevamente son los recursos naturales que interesan a los países industrializados los que promueven estos ataques contra ciertas regiones del orbe. “El litio boliviano es hoy el centro de la disputa política y económica. Los problemas políticos de hoy son otra vez por los recursos naturales. Detrás, primero, del golpe; después, la proscripción a las elecciones, está el tema del litio.” De esa manera, hizo un parangón entre los episodios recientes de conflictividad con el interés de potencias extranjeras por el mineral estratégico.

En su discurso, Morales insistió en que los cocaleros del trópico de Cochabamba enfrentan un proceso similar de penalización: “Cuando un sector social, así como el movimiento campesino e indígena originario, acompañado por los movimientos populares, define defender sus recursos naturales, ahí viene esta forma de penalización”, para luego sostener que, “la lucha y la resistencia de la gente humilde, de la gente pobre frente al capitalismo, en todo el planeta tierra, en todos los cinco continentes, es lucha de ricos y pobres; pobres y ricos”.

Reivindicó también la lucha de los movimientos sociales que le son afines como punta de lanza de las conquistas sociales. “El trópico de Cochabamba junto al movimiento campesino indígena originario o Pacto de Unidad valen porque desde acá demostramos al mundo que los humildes también tenemos derechos, no solamente derechos políticos, económicos, sociales, culturales, sino también derechos a garantizar soberanía y dignidad”, resaltó el máximo líder de las seis federaciones de esa región.

Evo Morales con autoridades locales. Foto: captura pantalla

Morales apela al contexto internacional sensible. En Palestina, los desplazamientos forzados, la violencia armada y la presión geopolítica han configurado una crisis humanitaria de alcance global. En Venezuela, las sanciones económicas impulsadas por Estados Unidos y la Unión Europea, por la defensa de la democracia y la lucha contra el narcotráfico, han golpeado a su economía petrolera. Morales pone al movimiento cocalero a la par de esas dos situaciones.

Sin embargo, mientras Palestina es escenario de un conflicto bélico prolongado y Venezuela sufre sanciones internacionales directas, en Bolivia el cuestionamiento se centra actualmente en las acusaciones contra dirigentes cocaleros por temas de narcotráfico. Aun así, Morales intenta instalar en su narrativa al trópico de Cochabamba como un centro de resistencia frente a una supuesta ofensiva externa por los recursos naturales bolivianos y equipara la lucha sindical con hechos que marcan la agenda geopolítica mundial.