Se trata de la última intervención del mandatario boliviano ante el foro multilateral más importante del orbe. Luis Arce debe entregar la silla presidencial el 8 de noviembre
Por: eju.tv / Video: Facebook Luis Arce
En el 80 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Luis Arce planteó este jueves un diagnóstico sobre lo que considera una nueva forma de intervención internacional en la que apunta a Estados Unidos e Israel.
En ese marco, presentó seis propuestas destinadas a reconfigurar el orden multilateral, darle un nuevo rol a la Asamblea con decisiones vinculantes y definir una ruta para la reparación con el objetivo de consolidar una paz sostenible.
Se trata de la última intervención del mandatario boliviano ante el foro multilateral más importante del orbe. Arce debe entregar la silla al nuevo presidente de Bolivia el 8 de noviembre. Participó en cuatro ocasiones, solo estuvo ausente en 2024 por los incendios forestales que golpearon al país.
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Para el mandatario boliviano la dinámica actual de geopolítica tiene un nombre: neocolonialismo. En ese marco, urgió a la comunidad internacional una urgente respuesta.
«La ONU se erigió sobre las osamentas de entre 50 y 70 millones de vidas que perecieron en el holocausto y la destrucción de naciones que quedaron en ruinas, no solo físicas sino también morales debido a la violencia que aplicó el fascismo, pero también el naciente imperialismo con el uso dos bombas atómicas», afirmó.
«Uno de los objetivos con que nació las Naciones Unidas fue no repetir la barbarie de la guerra. Hoy suenan los ecos de tambores de guerra en todos los continentes, se práctica el genocidio por la sola decisión de dos países de negarle el derecho a ser libre y soberano a un pueblo; se usan armas sofisticadas en clara señal de provocación contra un país soberano y se impulsa una mayor militarización de una región con la doble moral de lucha contra las drogas; y, en esa misma región, se mantiene un criminal bloqueo contra un pueblo y su Estado por el solo hecho de haber conquistado su plena independencia hace más de seis décadas», añadió.
«¿Qué hacer?», se cuestionó el mandatario boliviano y planteó:
- La creación de una Comisión de Reparaciones por la esclavitud, el apartheid, el genocidio y el colonialismo en los países del Sur Global.
- Convertir la Asamblea General de las Naciones Unidas en un órgano vinculante, para que sea la voz efectiva de todos los pueblos y no en el espacio de realización de la voluntad de los poderosos.
- Declarar al mundo como territorio de paz e impulsar la desmilitarización hasta donde sea posible.
- Una reforma profunda del Consejo de Seguridad que impida que uno o dos países tengan secuestrada la estabilidad mundial.
- Avanzar hacia la declaración universal de los Derechos de la Madre Tierra.
- Rechazar todo tipo de guerra comercial y trabajar por la disminución de las brechas económicas y sociales entre los países del capitalismo central y los países de la periferia.
Para el presidente boliviano, se trata de «un momento histórico que nos invita a detenernos y mirar hacia atrás para recordar por qué nació esta organización y si dio los resultados que la humanidad esperaba después de dos guerras mundiales, en las que la lucha por la riqueza y áreas de influencia dejó millones de muertos, desplazados, y heridos».
«El pueblo boliviano, a quien le hemos garantizado un tránsito democrático como no se vio en 28 años en nuestro país, estará vigilante y atento a los cambios que deben darse en las Naciones Unidas en procura de garantizar la Paz Mundial», dijo Arce.