Los reubicados buscan refugio en el sur del enclave para evitar quedar en medio de los enfrentamientos entre las FDI y los terroristas de Hamas
Fuente: infobae.com
La ciudad de Gaza atraviesa una transformación forzada después de semanas marcadas por enfrentamientos y bombardeos constantes que han alterado profundamente la vida cotidiana.
Las ofensivas militares y la violencia persistente han deprimido el tejido social y obligado a las familias a replantear decisiones cruciales para su supervivencia, mientras la ciudad evidencia el desarraigo y la ausencia de quienes fueron parte de su vida habitual.
La gravedad de esta situación quedó reflejada en el informe emitido por el Ejército de Israel, que aseguró que más de 750.000 palestinos han abandonado sus hogares y buscado refugio en el sur de Gaza.
Este éxodo es una consecuencia directa de una nueva fase operativa, con ataques concentrados en zonas concretas de la Franja de Gaza. Según explicó el portavoz en árabe del ejército, Avichai Adrai, la evacuación masiva se intensificó porque los habitantes reconocieron el incremento de la violencia y consideran más seguro dirigirse al sur.
Avichai Adrai informó que la evacuación es prioritaria por motivos de seguridad (Instagram)
En ese sentido, las órdenes militares instaron a trasladarse hacia áreas como Al Mauasi, lo que multiplicó la cantidad de desplazados y sumó tensión a una situación ya límite.
Factores logísticos y de seguridad condicionaron este movimiento. El ejército israelí reforzó sus indicaciones mediante altavoces, panfletos y mensajes electrónicos, guiando a la población hacia refugios improvisados en zonas consideradas menos vulnerables.
En este panorama, la presencia del grupo terrorista Hamas sigue siendo señalada por Israel como la principal causa de las operaciones militares y, consecuentemente, de la evacuación forzosa de la población.
Hamás ejecutó a tres acusados de colaborar con el enemigo en una muestra pública (Reuters)
En consecuencia, la vida en las zonas receptoras de desplazados ha cambiado drásticamente. Los recursos escasean, la infraestructura se ve sobrecargada y la capacidad de acogida resulta insuficiente frente a la marea humana que demanda atención. La ayuda internacional se enfrenta a condiciones adversas, con grandes obstáculos logísticos para distribuir suministros, atender necesidades básicas y mantener abiertos los corredores humanitarios.
Al tiempo que las rutas de evacuación se congestionan y los servicios esenciales se ven forzados al límite, persiste la incertidumbre entre quienes llegan al sur. Muchas personas enfrentan prolongadas esperas para acceder a alimentos, agua y asistencia sanitaria, mientras observan cómo sus posibilidades de regresar a casa se diluyen entre la urgencia y el desconcierto.
Familias enteras buscan refugio en el sur ante la falta de seguridad en sus barrios (Reuters)
Durante la última semana, las fuerzas armadas de Israel ampliaron su ofensiva militar en la principal urbe del enclave y bombardearon infraestructura vinculada a Hamás, lo que profundizó la situación de emergencia entre quienes ya se encontraban desplazados de sus hogares.
En línea con el avance militar que provocó un desplazamiento masivo y agravó la emergencia humanitaria, Benjamin Netanyahu declaró el viernes ante la Asamblea General de la ONU que su gobierno seguirá adelante hasta eliminar a los terroristas de Hamas que masacraron a más de 1200 israelíes en los ataques del 7 de octubre de 2023.
Benjamin Netanyahu defendió la intensificación de las operaciones en el enclave (EFE)
La postura se mantiene firme a pesar de las crecientes críticas internacionales por el impacto de la ofensiva sobre la población civil.