Con un sueldo de Bs 22 mil, diputada exige que les den celulares nuevos «para irse tranquilos»


La legisladora María Elena Ortega reclamó que luego de su gestión en la ALP no les pagarán «ni un finiquito» y que sus percepciones ni siquiera sirven para su jubilación.

eju.tv / Video: RPO

La diputada de Comunidad Ciudadana (CC) María Elena Ortega pidió durante su intervención en la sesión de la Cámara de Diputados que a ella y a todos sus colegas les den celulares nuevos «para irse tranquilos» a sus casas al final de su servicio en la Asamblea Legislativa Plurinacional.



«Que nos den nuevos celulares para irnos tranquilos a nuestras casas (…), es lo mismo que nos quisieran pedir los bolígrafos que nos han dado, no pues, son fungibles, no podemos entregar nada de esas cosas, las tabletas también tienen una vida útil que ya justamente se está cumpliendo», reclamó Ortega cuando tomó la palabra.

Cada uno de los 130 diputados de la Cámara Baja, entre los que se encuentra Ortega, percibe un salario mensual de 22.633 bolivianos. Redondeado a 22.000 y por los 12 sueldos que reciben en un año, los legisladores tienen un ingreso anual de unos 264.000 bolivianos, suma que en los cinco años de permanencia en el cargo dan un total de 1,3 millones de bolivianos.

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«No gozamos de ni un finiquito, no tenemos ni un peso»

Además de dirigirse al presidente de la Cámara Baja, la diputada titular por Tarija y secretaria de la Comisión de Política Social de esa instancia expresó su petición a todos los ciudadanos que seguían la transmisión de la sesión a través de las redes sociales, a quienes les dijo que ellos no tienen «ni un peso» y reclamó que cuando se van ni siquiera les pagan un finiquito.

«Por qué más bien, presidente, no agiliza usted ahora, en este tiempo que tenemos, el hacer un nuevo contrato con Entel y más bien que nos den nuevos celulares para irnos tranquilos a nuestras casas, porque si bien dicen ‘ay, ganan bien’, nosotros no gozamos de ni un finiquito, no tenemos ni un peso, nos vamos con lo que recibimos y adiós, sí o no, porque en otras empresas por lo menos tienen un finiquito que les pagan, aquí no, aquí chau y a tu casa», lamentó Ortega.

La actual administración estatal está a cinco semanas de concluir su gestión y todos los funcionarios están llamados a entregar los activos del Estado que se les entregaron cuando ingresaron a cumplir funciones.

Sin embargo, Ortega cuestiona que deban devolver las herramientas de trabajo suministradas por el Estado: «Con qué objetivo nos pueden pedir, para qué, ¿para guardar en un almacén? Nosotros tenemos archivos, hemos trabajado en esas máquinas», manifestó.

Ortega no será parte de la próxima Asamblea Legislativa y aseguró que volverá a su región cuando acabe su gestión, por lo que considera que su petición no es un exceso y que el titular de Diputados debe velar por ellos.

«No es abusar, pero cuando nosotros recién hemos venido, presidente, nos han hecho esperar casi tres meses para darnos un celular, yo no sé por qué usted no vela ahora por nosotros que nos vamos y no retornamos», dijo.

Beneficios sociales, viáticos y también alimentación

Los senadores y diputados electos no sólo perciben un sueldo, sino que reciben diferentes beneficios: crédito en sus líneas corporativas, transporte, pago de viáticos cuando viajan y servicio de alimentación cuando se quedan a sesionar.

El Estado gasta cada mes al menos 5,2 millones de bolivianos para el pago de sueldos de senadores, diputados y parlamentarios supraestatales. Por el Decreto Supremo 1778, los legisladores reciben entre de 371 y 553 bolivianos para viajes interdepartamentales; de 222 a 332 bolivianos por viaje intradepartamental.

Si realizan viajes al exterior se les paga de 207 a 300 dólares para países de Centro, Sudamérica y el Caribe, y si van a Norteamérica, Europa, Asia, África u Oceanía pueden recibir entre 276 y 360 dólares. Todo eso sin contar que cuando sesionan por varias horas (si es que alguna vez lo hacen) la alimentación corre por cuenta de la Asamblea.

«Este sueldo, que sepan también muchos que sé que ahorita están en redes escuchando, no nos sirve para la jubilación; ellos dicen ‘ah, claro, ellos se van a jubilar bien’, falso, usted sabe como profesional que es, no nos jubilamos, pues, con este sueldo que ganamos ahora», insistió Ortega, a quien ganar más de ocho veces el salario mínimo nacional (Bs 2.750) le parece tan insuficiente que pide quedarse con los activos del Estado.