De la estrategia al golpe bajo: las campañas del balotaje se reducen a la táctica y la guerra sucia


El analista político Marcelo Vera advierte que la segunda vuelta se libra más en ataques y acciones coyunturales que en propuestas de gobierno.

eju.tv / Video: La Hora Pico de eju.tv

En Bolivia, la segunda vuelta electoral se libra más en el terreno de los golpes bajos y los ataques recurrentes que en el debate de propuestas que exige la población; así lo sostiene el analista Marcelo Vera, quien observa que la campaña de los binomios Rodrigo Paz – Edman Lara y Jorge Tuto Quiroga – Juan Pablo Velasco ha dejado de lado toda planificación estratégica para convertirse en una suma de ‘acciones puntuales’ marcadas por la guerra sucia.



Según el experto, las campañas, tanto en primera como en segunda vuelta, perdieron el enfoque estratégico y se volcaron a la planificación táctica, de acciones inmediatas, con un claro énfasis en desprestigiar al rival más que plantear soluciones a demandas ciudadanas como la solución a la crisis económica, la escasez de dólares y combustibles, o el encarecimiento de los artículos de primera necesidad, que son los temas urgentes a resolver.

“La campaña se ha tornado tanto en la primera como en esta segunda vuelta en una campaña táctica, es decir, de acciones puntuales enfocadas a tratar de buscar de alguna manera votos específicos; en esta segunda fase, que podría haber sido un poco más de planteamiento de propuestas, mucho más estratégica para buscar el voto, nuevamente nos encontramos ante una campaña que es terriblemente táctica, con acciones que se quiera o no, si están en el marco de la guerra sucia”, dijo.

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Vera recuerda que incluso los debates organizados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que debían ser espacios de propuesta, se convirtieron en un cruce de ataques personales. “Nos perdimos de escuchar qué iban a hacer con los problemas urgentes del país: la falta de dólares, la subvención de combustibles, la corrupción. Nos quedamos atrapados en los escándalos del momento”, subrayó. “Nos perdimos en los debates el escuchar propuestas y nos concentramos en los ataques personales entre los candidatos”, lamentó.

Foto: captura pantalla

El especialista destaca que esta lógica se alimenta de la influencia de asesores extranjeros, como el ecuatoriano Jaime Durán Barba y el español Antonio Nieto. “Ellos han convertido las campañas en un tablero de guerra táctica. Se trata de responder a la coyuntura, no de ofrecer una visión de país”, añadió, para luego sostener que “estamos más preocupados por algún tipo de acción que le pasa a algún candidato en un aeropuerto, o lo que alguien dice, que en conocer las propuestas y cómo los candidatos presidenciales y vicepresidenciales van a solucionar los problemas urgentes y acuciantes de la población”.

El analista pone ejemplos sintomáticos sobre su aseveración, por ejemplo, el llanto impostado de Rodrigo Paz al recordar un episodio infantil o el saludo a la Pachamama de Juan Pablo Velasco, en abierta contradicción con sus supuestos viejos tuits racistas en un afán de llegar a nichos de votantes específicos, empero mediante el uso de acciones incoherentes que denotan más bien una falta de honestidad política hacia los votantes.

“Por un lado lo tenemos a Rodrigo Paz con el tema del chicle, la niña, que es totalmente ridículo, porque escuchando el contexto también de lo que dice Rodrigo Paz, ni siquiera es emotivo, como para llegar a las lágrimas. ¿Cuál es el sentido de que los estrategas establezcan este tipo delineamiento? Vos tienes que llorar. Por otro lado, para ser de cierta manera imparcial, lo tenemos a un Juan Pablo Velasco, que dice, todos somos hijos de la Pachamama, y ahí medio que uno dice: ¿por qué dijo eso? ¿Cuál es el contexto?”, puntualizó.

Incluso la figura de Tuto Quiroga, que parecía posicionada en la derecha dura, terminó sorprendiendo al convocar a los mandos medios del Movimiento al Socialismo (MAS) a ser parte de su propuesta. “No me lo inventé, lo dijo en los medios. Entonces, ahí vos ves que de pronto eso no es estrategia, es puro oportunismo táctico”, sentenció Vera en el programa La Hora Pico de eju.tv que se transmite por la señal de radio Oriental.

Foto: captura pantalla

Para el analista, la lógica electoral boliviana se ha contaminado con la ‘civilización del espectáculo’. “Estamos consumiendo política como entretenimiento. Ya nadie pregunta por un plan de gobierno, solo se espera el próximo escándalo”, cuestionó. “Han sido superados por el tema de la fuerza de la realidad. Evidentemente, son acciones tácticas. Estamos a menos de 18 días de las elecciones y lo que estamos buscando es la forma en cómo sacar trapitos al sol mucho más oscuros de los candidatos”, apuntó.

Vera recordó que en la segunda vuelta hay en juego un 20% de esos votos que en la primera vuelta fueron al nulo y hoy podrían ser recogidos por Tuto Quiroga, o Rodrigo Paz; empero, depende mucho de cómo será el planteamiento discursivo a ese grupo de electores; por ello, apelan a elementos que no tienen que ver con un planteamiento estratégico de campaña, sino se enfocan en acciones tácticas que permitan ‘enamorar’ a ese grupo objetivo, es así que recurren a ciertas situaciones que serían impensables en otro momento.

“En algún momento de la primera vuelta, Tuto Quiroga era muy medido con sus palabras, ha vuelto a recuperar la virulencia de los ataques, digamos, y la táctica hoy por hoy es cómo desapareció, como se le ganó en la primera vuelta al masismo; los estrategas han encontrado que la idea de masismo todavía sigue siendo muy fuerte y atemoriza a la población y le han puesto al masismo una nueva cara”, explicó para dar el contexto de la presencia aún fuerte de Evo Morales y su movimiento político.

Plantea también que ya no importa mucho la parte estratégica de una campaña, por ello ya no se observan, como en el pasado, las grandes concentraciones de gente, las marchas multitudinarias, o las inauguraciones de casas de campaña.  Por ende – dice – lo que está en juego no es la confrontación de modelos de país, sino la capacidad de cada bando de “usar la coyuntura para golpear más fuerte al adversario”.