Aunque marcaron la campaña, las redes no definieron la primera vuelta y muestran sus límites como herramienta política. Las campañas estuvieron atrapadas en el algoritmo, dice el analista Marcelo Vera.
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Las redes sociales irrumpieron con fuerza en la campaña, pero su peso real en las urnas sigue en cuestión. El analista Marcelo Vera sostiene que las plataformas digitales construyen percepciones, aunque no definen por sí solas quién gana una elección, la muestra más clara es que el candidato que salió favorecido en la primera vuelta tuvo una presencia marginal frente a quienes entonces supuestamente peleaban quién iba al frente de la preferencia del electorado.
Los datos del Tribunal Supremo Electoral revelan que los mayores inversionistas en publicidad digital fueron Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina. Sin embargo, el ganador de la primera vuelta fue Rodrigo Paz, quien prácticamente no tuvo presencia en redes. “Eso demuestra que las redes sociales no son determinantes. Son un complemento, pero no sustituyen el trabajo territorial ni los acuerdos políticos”, subrayó Vera.
Desde una mirada crítica, el analista considera que las redes sociales son un espejismo que muestra a la gente lo que quiere ver y eso tiene mucho que ver con el algoritmo, debido a que el consumidor al identificar su preferencia de temas lo que hace es que el sistema encauzará la información hacia los temas que considera que son relevantes para el internauta; por ello, la confusión de los electores ante la profusión de los mensajes de uno u otro lado.
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“Automáticamente la inteligencia artificial del algoritmo de las redes que sigues, te va a negar la posibilidad de ver otro tipo de pensamientos. Entonces, en ese sesgo, vas a entender que, si toda la gente que estás viendo opinar en redes sociales están a favor de la postura de Tuto, asumes de que Tuto está ganando. Estás sorpresa de un algoritmo que te condiciona de alguna manera a interpretar esa parte de la realidad. Entonces, en esta oportunidad, en esta elección, las redes sociales han hecho mucho”, anotó.
Foto: captura de pantalla
A ello se suma, la poca trascendencia que – en su criterio – tuvieron los medios de comunicación tradicionales en el momento de la generación de la información y de la definición del voto, pese a que esa estructura convencional dispuso de una batería de encuestas, realizó entrevistas a profundidad con los candidatos, promovió los debates entre los candidatos, pero, a la hora de la verdad, fue poco gravitante y cedió terreno al inestable espectro de las redes sociales.
“Entonces, un tema ahí tiene que ver con que no existe instancias de credibilidad a las cuales creerles, entonces esto genera una incertidumbre en el electorado. Los medios de comunicación, que suelen ser un referente en este tipo de elecciones, tampoco han llenado ese espacio. Mucho de lo que está pasando en la elección, y es una pena, se está construyendo a partir de las redes sociales. Y las redes sociales son un engaño, porque te generan una visión parcializada de la realidad”, enfatizó.
El especialista alerta, además, sobre el sesgo de los algoritmos. “Si te gustan las ideas de Milei, o Trump, las redes te van a negar el acceso a otras posturas. Eso crea una ilusión de mayoría que no existe”, advirtió, para prevenir que ese fenómeno da una idea aproximada sobre la complejidad del entorno electoral actual en el que las redes sociales asumen un peso gravitante.
El analista también diferencia entre la publicidad pagada y la viralidad orgánica, porque se puede saturar las redes sociales de anuncios, pero eso no garantiza la viralización del mensaje. En ese sentido, el caso de Edman Lara, surgido de transmisiones en vivo y TikTok, muestra el potencial de la viralidad; pero, el avance del PDC, dice Vera, se explica más por el recorrido territorial y las alianzas con sindicatos y gremios de Rodrigo Paz que por la actividad digital.
Foto: captura de pantalla
“Los que más han invertido en redes sociales, no necesariamente (son) los que más se han viralizado. Son dos temas diferentes. Yo puedo saturar de pauta YouTube, Instagram, el mismo Facebook, pero no necesariamente mi mensaje se va a viralizar. Eso te demuestra que las redes sociales no son fundamentales en nuestro país para que un candidato presidencial gane unas elecciones. Y esos datos nos los demuestran teniéndolo a Rodrigo Paz en la primera vuelta como victorioso y que no invirtió en redes sociales”, puntualizó.
En Bolivia, donde el 80% del padrón se concentra en el eje metropolitano, el voto urbano fue determinante para la victoria de Paz en la primera vuelta, porque, según su análisis, no fue solo el campo ni las redes, sino el territorio el que marcó diferencia. “La gente desconocía que estaba visitando cada pequeña población del país y estaba haciendo acuerdos con gremios, al margen de las redes sociales. Estaba negociando espacios de poder a futuro con transportistas, con poblaciones, con sindicatos”, marcó.
“Entonces hemos entrado en una forma de hacer política muy de espectáculo, muy banal, y no metería yo eso solamente a nosotros, si no es parte de una tendencia. Las polarizaciones respecto a las ideologías cada vez son más fuertes”, esgrimió, para luego sentar a manera de constatación vivida durante la campaña electoral que, “las redes sociales influyen, pero todavía no deciden elecciones en Bolivia”.