El músico galés había sido sentenciado a 35 años de cárcel por múltiples delitos sexuales contra menores. Falleció tras ser atacado por otro recluso con un cuchillo.
Por Ester Palomino
El exvocalista de la banda galesa Lostprophets, Ian Watkins, murió a los 48 años tras ser atacado con un cuchillo por otro recluso en la prisión de Wakefield, en el norte de Inglaterra, donde cumplía una larga condena por múltiples delitos sexuales contra menores.
Los datos del incidente fueron recopilados por la agencia británica PA este sábado. Las circunstancias todavía son objeto de investigación.
HMP Wakefield, el lugar del hecho, es una prisión de alta seguridad conocida por albergar a algunos de los criminales más peligrosos del Reino Unido.
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Un portavoz de la Policía de West Yorkshire declaró a The Guardian que “a las 9.39 de esta mañana, la policía fue llamada por el personal de HMP Wakefield para reportar una agresión a un prisionero. Los servicios de emergencia asistieron y el hombre fue declarado muerto en el lugar poco tiempo después”.
Las autoridades precisaron que detectives del Homicide and Major Enquiry Team se encuentran a cargo de la investigación y que las pesquisas continúan en la escena del crimen.
El ataque se produjo apenas dos años después de que Watkins sufriera otra agresión en el mismo penal, en 2023, cuando fue tomado como rehén por tres internos durante seis horas y resultó con heridas que no comprometieron su vida.
Un historial de crímenes atroces
Ian Watkins fue sentenciado en diciembre de 2013 a 35 años de prisión —29 años tras las rejas y seis adicionales bajo libertad vigilada— por trece cargos de abuso infantil, entre ellos intentos de violación de bebés y posesión de pornografía extrema.
Según Reuters, el exvocalista se declaró culpable de dos intentos de violación, de agresión sexual contra un menor de 13 años, de conspirar para violar y agredir sexualmente a otros niños, además de seis cargos por posesión de imágenes indecentes de menores y uno por posesión de pornografía extrema.
Durante la audiencia de sentencia en la Cardiff Crown Court, el juez John Royce calificó a Watkins de ser “una influencia profundamente corruptora, altamente manipuladora y un depredador sexual”.
Añadió que “el público, y en particular las mujeres jóvenes y los niños, necesitan protección contra usted”.
La investigación policial reveló que Watkins había persuadido a dos mujeres —madres de víctimas— para que abusaran sexualmente de sus propios hijos y los ofrecieran al músico. Ambas fueron condenadas a 14 y 17 años de prisión, respectivamente.
El entonces detective jefe Peter Doyle, de la policía de Gales del Sur, describió el caso como “la evidencia de abuso infantil más perturbadora que he visto en mis 28 años como oficial de policía”.
Tal fue la magnitud de los delitos investigados que las autoridades británicas colaboraron con cuerpos policiales de Estados Unidos, Alemania e Interpol, ante la sospecha de que Watkins hubiera cometido delitos similares en el extranjero durante las giras de Lostprophets.
La caída de una estrella del rock galés
Antes de su arresto en 2012, Ian Watkins era una figura prominente del rock alternativo británico. Lostprophets, formada en Pontypridd (Gales) en 1997, alcanzó fama internacional con álbumes como Start Something (2004) y Liberation Transmission (2006), vendiendo más de tres millones de discos en todo el mundo.
Su carrera se desplomó de manera fulminante cuando, el 21 de septiembre de 2012, fue arrestado tras un operativo antidrogas en su casa, donde la policía confiscó computadoras, teléfonos móviles y dispositivos de almacenamiento que contenían material incriminatorio.
Un año después, tras la confesión de Watkins, la banda anunció su disolución definitiva. En un comunicado emitido en octubre de 2013, los demás integrantes manifestaron estar “descorazonados, enojados y disgustados” por los crímenes del cantante, y expresaron su solidaridad con las víctimas.