Simpatizantes del PDC predominan en los accesos al Hotel Real Plaza; se conoce que Tuto Quiroga instó a sus adherentes a no apostarse en lugares aledaños al lugar del debate, para evitar confrontaciones.
eju.tv / Video: RRSS
Desde varias cuadras alrededor del Hotel Real Plaza, sede del debate presidencial organizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), se percibe un ambiente cargado de expectativa y tensión. En las calles aledañas se congrega un nutrido contingente de seguidores del Partido Demócrata Cristiano (PDC), que porta pancartas y banderas, además, de lanzar arengas y cánticos en respaldo a Rodrigo Paz y Edman Lara.
En contraste, muy pocas personas visibles de la alianza Libertad y Democracia Libre (Libre) hacen presencia en los accesos. Aunque no existe confirmación oficial de un llamado directo por parte de Jorge Tuto Quiroga para que sus seguidores no concurran al lugar, el bajo número de simpatizantes podría obedecer a advertencias de evitar tensiones públicas con los seguidores de Paz – Lara.
Los organizadores del debate, a través del TSE, habían suscrito acuerdos con ambas fuerzas políticas para que el evento se desarrollara con normalidad, sin provocaciones, y en un ambiente de respeto y moderación. Estas pautas habrían sido difundidas en los talleres preparatorios previos al debate. Los representantes de ambas tiendas políticas suscribieron un acuerdo en el que se comprometen a evitar los ataques directos y la guerra sucia
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En las inmediaciones del hotel, fuerzas de seguridad y control de tránsito mantienen cortes y filtros para garantizar el orden. Algunas de las calles están restringidas al tránsito vehicular, generando fluidez reducida y esperas para los peatones. Al centro del debate solamente pueden ingresar aquellas personas que estén acreditadas por el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) para ingresar a las instalaciones del céntrico hotel.
La gente se concentra cerca del Hotel Real Plaza. Foto: RRSS
Si bien este tipo de despliegue de simpatizantes puede tener un efecto simbólico sobre la percepción de fuerza; el verdadero desafío queda en la capacidad de ambos candidatos para transmitir sus propuestas desde el atril, sin que las confrontaciones de la calle desvíen la atención del público. Los candidatos tienen la llave para mejorar su posición respecto al otro: una propuesta clara y creíble puede inclinar la balanza en favor de uno de los contendientes.