Fuente: https://actualidad.rt.com
El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el primer ministro australiano, Anthony Albanese, firmaron este lunes un acuerdo sobre tierras raras y minerales críticos, buscando reducir la independencia del país norteamericano de China.
«Dentro de aproximadamente un año, tendremos tantos minerales críticos y tierras raras que no sabrás qué hacer con ellos«, manifestó el mandatario estadounidense previo a la firma del pacto en la Casa Blanca.
Por su parte, Albanese describió así el acuerdo: «Una cartera de 8.500 millones de dólares que ya tenemos lista para poner en marcha». Asimismo, afirmó que el trato lleva la relación bilateral «al siguiente nivel». «Ha sido fantástico el contacto que hemos tenido juntos, la amistad que hemos desarrollado», expresó.
Ninguno de los dos líderes ofreció muchos detalles sobre el pacto, pero sí se indicó que incluye el procesamiento de las tierras raras por parte del país oceánico.
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Según el texto del acuerdo divulgado por la Casa Blanca y el Departamento de Industria, Ciencia y Recursos de Australia, los dos países invertirán al menos 1.000 millones de dólares durante los próximos seis meses en proyectos minería y procesamiento, además de establecer un precio mínimo para los minerales críticos.
La Cancillería china no comentó directamente el pacto, pero instó a las naciones que posean «recursos minerales clave» a «desempeñar un papel activo para garantizar la seguridad y la estabilidad de las cadenas industrial y de suministro, y asegurar la cooperación económica y comercial normal».
China, que controla la producción de tierras raras al procesar cerca del 90 % de la cadena de suministro global, anunció el pasado 9 de octubre que endurecerá los controles para las exportaciones de tierras raras y magnetos, cruciales en varios sectores de la industria estadounidense, en respuesta al régimen de exportaciones de EE.UU., que prohíbe a las empresas chinas acceder a chips de última generación. Al día siguiente, Trump amenazó con imponer un arancel adicional del 100 % a las importaciones chinas, profundizando el conflicto comercial.