Garrafas llegan a costar hasta Bs 70 en el Trópico debido a su escasez


La crisis actual podría ser solo el preludio de un colapso mayor, advirtió el exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos, quien alertó que la escasez de diésel y la falta de divisas podrían afectar el suministro nacional de GLP en los próximos meses.

eju.tv



Una crítica escasez de gas licuado de petróleo (GLP) afecta a las comunidades rurales del Trópico de Cochabamba donde las garrafas alcanzan precios especulativos de hasta 70 bolivianos, debido a la drástica reducción en la distribución. El presidente de las juventudes de las Seis Federaciones del Trópico, Claudio Sarabia, alertó que los camiones cisterna han reducido sus entregas a la mitad, lo que provocó un desabastecimiento que obliga a la población a utilizar leña para cocinar.

“(Su costo) está sobre 70 o 50 bolivianos y prácticamente no han dado solución (…) donde se distribuía gas licuado en los diferentes surtidores se ha recortado el cupo que llegaban de dos camiones cada semana y ahora solo llega uno con gas”, explicó el dirigente a Radio Fides y agregó que el mercado especulativo perjudica gravemente a las familias de menores recursos.

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Sarabia confirmó que la situación se mantiene sin mejoras en la actualidad. “Hasta este momento no se ha regularizado la venta de gas licuado en los diferentes municipios. Sigue hay especulación en áreas rurales y poblaciones alejadas”, explicó el líder juvenil. “Rogamos a las autoridades competentes que puedan subsanar este problema. (Ahora) muchos compañeros y compañeras incluso ya cocinan con leña”, agregó.

La crisis actual podría ser solo el preludio de un colapso mayor, advirtió el exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos, quien alertó que la escasez de diésel y la falta de divisas podrían afectar el suministro nacional de GLP en los próximos meses.

“Si no traemos dólares, el próximo año no va a haber GLP. Cocinaremos con leña”, pronóstico Ríos y reflejó exactamente la situación que ya viven las comunidades del Trópico cochabambino. Esta advertencia confirma que el desabastecimiento actual no es un problema aislado sino el síntoma de una crisis energética estructural que amenaza con expandirse a todo el país si no se implementan soluciones de fondo.