La elección de Rodrigo Paz como nuevo presidente de Bolivia abre un escenario político de alta tensión ya que emergen señalados riesgos que van del apoyo condicionado al posible desgaste político.
Rodrigo Paz es un convencido de la fortaleza de la familia. Foto: RRSS
El presidente saliente, Luis Arce, en una entrevista con la agencia española EFE, advirtió que el presidente electo Rodrigo Paz será un ‘blanco fácil’ de los ataques de Evo Morales, porque el exjefe del Movimiento al Socialismo (MAS) –dice– planificó tener un objetivo fácil y débil para poder desgastarlo desde el momento en que ocupe el sillón presidencial y de esa manera empezar nuevamente su carrera por ser candidato.
En la misma línea, Arce sostuvo que Morales trabaja para que se borren las acusaciones en su contra, exista impunidad y vuelva a la contienda electoral. El presidente, que culmina su mandato el próximo 8 de noviembre, señaló que el exmandatario presionará a Paz para que borre las acusaciones en su contra y le genere un manto de impunidad por los supuestos delitos que cometió. Además, que su principal intención es que ‘se le habilite como candidato’ para que pueda participar en futuros comicios.
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La afirmación tiene sentido habida cuenta de la última declaración del exjefe de Estado sobre el triunfo de Paz en el balotaje, quien justificó que gran parte de esa victoria se debió al apoyo de sus seguidores. “Paz y Lara ganaron con el voto evista, el voto de los indignados por la proscripción y exclusión electoral. El 1,3 millón del voto nulo definió la segunda vuelta. Está claro que el voto fue más contra Tuto, el eterno perdedor, hijo del dictador Banzer y aliado de Jeanine Añez”, escribió en sus redes sociales.
Sin embargo, Morales enfatizó que ‘el pueblo no les da un cheque en blanco’ a los ganadores de la segunda vuelta electoral y de manera solapada puso condiciones para la estabilidad de la próxima gestión gubernamental. “Es un voto con mandato para que no destruya el Estado Plurinacional y todas las grandes transformaciones y conquistas sociales; que no aplique medidas neoliberales y que no se someta al imperialismo; que no sea represor; que no criminalice la protesta social; y que gobierne consultando al pueblo”, detalló.
Evo Morales asegura que Paz no tiene un ‘cheque en blanco’. Foto: captura de pantalla
Ante esta afirmación, Paz respondió que el voto de los evistas no solamente lo benefició, sino también a otros líderes políticos como Jorge Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina y apeló a una constatación, que más allá del voto duro y militante, está el otro respaldo que, de acuerdo al desempeño de un mandatario o político, puede cambiar de opinión sobre su respaldo, porque está ligado a otro tipo de consideraciones como el manejo correcto de las finanzas públicas, las políticas acertadas, además de la probidad y transparencia.
“El voto es de los hombres y mujeres de Bolivia, el que no entienda eso sigue con la mentalidad de los 20 años de Gobierno, tal vez están trasnochados en esa mentalidad, porque el voto es de los bolivianos”, expresó para establecer que la decisión del elector puede mutar de un momento a otro. “El voto tiene la libertad de, hoy día, votar en un sentido, mañana votar en otro porque eso es parte de la democracia, lo que condice acá es que el boliviano ejerció su derecho para llevar adelante la voluntad para constituir un nuevo gobierno”, afirmó.
Al respecto, Arce señala los riesgos que podrían convertir a Paz en un blanco político: al atribuirse Morales parte del apoyo en la victoria de Paz, se abre un vínculo que puede transformarse en presión política o social hacia el nuevo presidente; recuerda también que Morales fue el actor principal en la desestabilización de su gobierno, por lo que espera una estrategia similar dirigida ya al nuevo mandatario.
Por ello, resalta que, si Paz no establece una clara ruptura o posicionamiento independiente respecto al evismo, podría quedar atrapado entre reivindicar su autonomía y responder a demandas de ese grupo. Paz, por su parte, marca distancia al dejar en claro que ‘el voto es de los bolivianos’ y rechazar la amenaza de Morales sobre el ‘cheque en blanco’; amén de ello, también enfatiza que no hay ningún tipo de acuerdos con Morales que condicione su Gobierno. “No soy masoquista para tranzar con alguien que hizo daño al pueblo”, reitera.
Paz y Arce en la reunión que sostuvieron hace unas semanas.
Paz descartó así durante una entrevista con CNN cualquier posibilidad de haber pactado con el MAS y menos con Evo Morales para llegar al poder y aseguró que su victoria representa el cierre de un ciclo político que, a su juicio, le ha hecho daño al país. “Hay que ser bastante masoquista como para estar vinculado a algo que no le ha hecho bien al país”, dijo en el programa Conclusiones de CNN sobre las versiones que sugieren un posible acuerdo con el evismo.
La victoria de Rodrigo Paz representa una ventana de renovación política en Bolivia, pero también una línea de tensión: entre el mandato autónomo que reclama el nuevo presidente y las expectativas, implícitas o explícitas, del voto que lo ungió. Entre la amenaza que señala Arce respecto al papel de Morales y el desafío que Paz asume de demostrar que no será instrumento, sino actor de cambio. Y así, en ese delicado equilibrio, se verá si Paz se transforma o no en el blanco fácil que se ha advertido.