En su primer discurso al gabinete, el presidente Rodrigo Paz delinea los pilares de su gestión: apertura económica, federalismo en construcción y meritocracia estatal. Promete eficiencia, humildad y trabajo 24/7 para Bolivia.
eju.tv / Video: DTV
El presidente Rodrigo Paz Pereira marcó el tono político y simbólico de su gobierno con un mensaje directo a sus ministros y al país: el Estado debe dejar atrás el bloqueo burocrático y convertirse en motor de desarrollo. ‘Se acabó el Estado tranca’, proclamó desde el Palacio quemado, donde juramentó a su primer gabinete. Con un discurso cargado de llamados a la ética pública y la eficiencia, el mandatario trazó una hoja de ruta que apunta a un cambio estructural en la gestión del Estado y una nueva relación con las regiones.
“Cada día será para Bolivia”, advirtió Paz a sus ministros en su primer mensaje como Jefe de Estado y por ello pidió disculpas a sus familias por la exigencia que impondrá su mandato. “El Estado les obliga a estar 24/7, cada día de la semana es para Bolivia”, enfatizó y apeló al compromiso moral y técnico de sus colaboradores: “ustedes son hombres y mujeres de bien, tienen conocimiento de la patria, pero no están aquí por mérito propio, sino por la voluntad del pueblo que se expresa a través del Estado”.
El nuevo mandatario introdujo sus ‘cuatro guías’ de gobierno: Bolivia en el mundo y el mundo en Bolivia; capitalismo para todos; adiós al Estado tranca; y el modelo 50-50 con las regiones. Este último concepto, explicó, será el eje de una transformación institucional que busca descentralizar la economía y preparar el camino hacia un futuro modelo federal. “Estamos encaminando a un país federal con capacidades plenas de sus regiones para desarrollar y aportar a la diversidad y a esa unidad que sólo puede expresar crecimiento y bienestar”, dijo.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Con una crítica al ciclo de los últimos 20 años, Paz cuestionó el viejo modelo de representación sectorial del Estado. “Durante 20 años se representó a sectores. Yo quiero preguntar, ¿dónde está el gas? ¿Dónde está el litio?”, interpeló. “¿Bolivia está mejor o es momento de darle a la meritocracia, la eficiencia y la transformación del Estado para que el pueblo sea quien se beneficie?”, preguntó; marco así una clara distancia con el modelo estatista y rentista de los gobiernos anteriores del Movimiento al Socialismo (MAS).
El presidente también destacó el clima político con el que arranca su gestión: “Se ha dado una presidencia de diputados con unanimidad. Esto no se veía ni en los dos tercios del MAS. Lo mismo se dio en el Senado”, celebró, al atribuir el logro a la acción concertada del vicepresidente Edmand Lara y de las nuevas bancadas parlamentarias. Pidió aprovechar ese consenso para aprobar con urgencia reformas legales en minería, hidrocarburos, seguridad jurídica y evaporíticos. “Necesitamos prontitud. Bolivia está a punto de recibir una ingente cantidad de recursos del exterior, depende de nosotros darle acceso a esas inversiones”, insistió.
La política exterior será otro eje de la administración Paz. El mandatario destacó el interés internacional despertado por su asunción. “Jamás se vio tal cantidad de visitas, quieren venir a Bolivia. No cerremos las puertas, demos una oportunidad”, afirmó, para luego subrayar que su gobierno buscará reposicionar al país en el mundo con una diplomacia abierta a la inversión y la cooperación. “Bolivia para el mundo y el mundo para Bolivia”, es la premisa de la gestión.
Paz sintetizó su visión en una consigna de cambio: “Capitalismo para todos, adiós al Estado tranca, y el 50-50 con las regiones”. Por ello, prometió una reorganización ministerial progresiva para ‘darle eficiencia y prontitud a las soluciones que requiere el país’. Tal cual lo hizo en sus anteriores discursos, Paz apeló a su creencia religiosa para proclamar un nuevo tiempo para el país: “Dios bendiga a la patria, Dios bendiga a sus familias, y ahora no queda más que ponernos a trabajar y darle resultados a los bolivianos y bolivianas. Vienen tiempos mejores”.